Y eso de tener que jugar sin presión, ¿es bueno o es malo en el fútbol? Las dos respuestas pueden ser atinadas. Meditemos. Se dan casos de equipos que, con todo hecho en la competición, se mueven con soltura, guiados por el amor propio, y si tienen alguna calidad, que la tiene el San Roque aunque parezca que son el goleador Chacopino y diez más. El tal Chaco ha marcado 12 tantos. Escribo de antemano, con la influencia por los números de sus resultados fuera de Lepe, que el equipo onubense en circunstancias normales no es ninguna bicoca. De sus dieciocho salidas no ha perdido en 12 (dos victorias, como el Cartagena, y diez empates, también como los albinegros, con seis derrotas). Dieciséis puntos fuera de casa, siete menos que todo un Cádiz CF que va a jugar el playoff. Tres millones de euros cuestan los cadistas y menos de la cuarta parte vale en billetes del San Roque, que viste aurinegro como el antiguo Baskonia o el Crevillente.
Los leperos han sumado fuera de su campo un punto menos que el Cartagena, con una salida menos qe los albinegros. Si ya ha bajado a Tercera ha sido, en buena medida, es por su empacho de empatisis. Demasiadas igualadas. Diez en casa y diez fuera. Al CD El Palo le sucedió algo parecido la pasada campaña: murió por amor a los empates: 17.
Hay que esperar el domingo una jornada que sirva para alcanzar los objetivos, con el lunar de Melilla, que lo es pero que hay que calibrar como accidente por la conjunción de todos los astros, como diría en la previa el entrenador melillense. Monteagudo quería (y todos, claro, todos los albinegros) acabar la competición con esa ristra de resultados sin perder desde que llegó el albaceteño. Aun así lo conseguido tiene mérito. Pero la Liga no es un traje a medida para nadie, Que gane el FC Cartagena, si puede -que podrá, creo y pido una tregua a los gafes- y que también venza Andresito.