jueves. 25.04.2024

Travesía del desierto

En todas las facetas de la vida sucede algo parecido. Llegas a una nueva empresa, a unos nuevos objetivos, y te llega el golpe de la travesía del desierto. ¿Qué te encuentras en ella? Dudas, dificultades, desesperación, pero al final, o te centras con aquella paciencia del Santo Job, o tiras el carro por el pedregal. Terminologías coloquiales que bien se las puede aplicar el FC Cartagena que preside Paco Belmonte.

Belmonte, curtido en mil batallas, sabe que la liga de plata es una carrera de resistencia, donde primero debes adaptarte a ella, nada tiene que ver con la Segunda B, y en segundo lugar, haber planificado adecuadamente la plantilla. ¿Se ha hecho bien este apartado? Hay quienes dicen que sí, porque el mercado de futbolistas es complejo, y los que más, se encuentran enfadados con la cantidad de jugadores que siguen en plantilla que no cuentan en los planes del entrenador Borja Jiménez. Ya lo dice el sentido común, que es lo más común de los sentidos, para poder entrar, hay que dejar salir.

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El equipo inicial albinegro que jugó en Leganés, con la nueva forma de posar. Hasta en eso está influyendo el Covid dichoso

El error garrafal que puede cometer un dirigente, es planificar en plena competición, porque te la juegas con tus rivales, en vez de hacerlo en pretemporada, por cierto, muy criticada por la afición a pesar de los rivales de alto standing que han tenido los albinegros. Analicemos las tres jornadas de liga, 0-0 en Oviedo, 0-1 en el Cartagonova ante el Sporting, y el recientemente partido con el equipo amigo, Leganés 3-1.

Observamos que se ha ido de más a menos, a pesar de que los rivales son de los de mayor solvencia de la categoría, y candidatos al ascenso. No obstante, la preocupación pudiera estar en esa falta de ritmo que requiere una categoría donde los errores te pueden pasar factura. En Leganés ocurrió eso, fallos de principiante que son goles, con lo que se hace un mundo remontarlos.

El FC Cartagena encajo tres goles en la primera parte, por cierto, bastante irregular, mejorando en la segunda parte de manera ostensible. Todo esto está muy bien, pero si no te pones las pilas pronto, te metes en el fondo de la tabla clasificatoria y necesitas Dios y ayuda para salir de un atolladero que se puede convertir en un suplicio.

Paciencia toda, preocupación la justa, ahora bien, exigencias totales, porque hay que pensar lo que ha costado llegar a estar entre los mejores, y lo sencillo que es perder todos tus logros. ¿No les parece?  

Travesía del desierto
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