jueves. 18.04.2024

La Farola del Lago: ¡Luchar y vivir por lo que amas! (Juan Buendía Martínez)

Hola queridos amigos,  y seguidores de mi “Farola del Lago”. ¡Ya estoy aquí ¡ ¿creíais que me había olvidado de escribir? No, no me he olvidado, ocurre que, estos días he invertido mi tiempo en escribir un artículo “técnico”  muy importante, (al menos a mí me lo parece) y que por su temática no encajaba en este nuestro querido Sportcartagena. Una vez vuelto a la “normalidad”, retomo mi columna para contarles una historia fantástica.

Espero poder ser capaz, de transmitir los sentimientos que he ido sintiendo, conforme me adentraba en la vida de un hombre que, dedico la suya en cuerpo y alma al fútbol, y que vivió por y para este deporte. Han leído bien, he dicho “conforme me adentraba en su vida” eso es lo que he hecho. Todo empieza de una forma casual, (como todo en la vida) un día, me encuentro con un querido amigo, Pepe Ojados Roca, compañero de muchos años en la UPCT. Nos dimos un abrazo y me dice… Loren, tengo en mi casa (y te la ofrezco)  la herencia “literaria” de un amigo, al que en sus últimos años cuidamos mi esposa y yo. Vivía solo y quisimos ayudarle, dándole amistad y compañía. Le pregunté (naturalmente) de quién se trataba, y cuando me dijo el nombre Juan Buendía Martínez, mi interés se despertó totalmente. Siempre había sentido  curiosidad (desde niño) por ese hombre, al que veíamos en todos los campos de fútbol pegado a la valla con gesto pensativo, pero apenas sabía nada de su vida. Por supuesto acepté la oferta de mi amigo, y me entregó tres bolsas repletas de papeles y documentos.

Lo confieso, nunca pude imaginar que una persona pudiera sentir tal pasión por un ideal, he leído todos los documentos libros y cartas, los he leído casi sin descanso,  quedándome hasta muy tarde leyendo, y con las pupilas rojas, (algunas veces por las lágrimas) de tanto leer. Ha sido un repaso por la historia del fútbol en Cartagena leyendo documentos  que jamás pensaba llegarían a mis manos.

Son tantos que…no sé cómo ordenar la historia, en fin…empiezo viendo fotografías y maquetas, que forman parte del sueño de este hombre. Abro una libreta (libro de actas) que empieza en mil novecientos treinta. y voy leyendo acta por acta, y reunión tras reunión, las ilusiones que van manifestando unos señores (encabezados por un joven de veinticuatro años llamado Juan Buendía Martínez). Estos señores, eran los directivos de un equipo de futbol federado en la categoría regional de la fecha, perfectamente estructurado, con un número importante de socios y con una ilusión enorme por tener su propio estadio. Este equipo era El Club Deportivo Los Tigres. El sueño de Juan Buendía,  era tener su propio estadio. En todas las reuniones que quedan reflejadas en el libro de actas, se puede leer la lucha que mantuvieron con el Ayuntamiento para que les cediera los terrenos de la parcela que hoy ocupa en el Paseo Alfonso XIII la Casa de la Juventud, y que de toda la vida se ha llamado el Campo de los Tigres. Por fin, consiguen en mil novecientos treinta y cuatro que el Ayuntamiento les ceda los terrenos “en precario”,  y pletóricos de alegría, emiten bonos (los tengo en mi poder) de dos pesetas cada uno para ayudar a la construcción del Estadio.

Era tal el estado de alegría de Juan Buendía y sus amigos que encargaron la construcción del Campo de Los Tigres nada menos que al arquitecto  Víctor Beltri, (obran los documentos, y diseño del estadio en mi poder con la firma del arquitecto). Para que ustedes se den una idea del esfuerzo y tenacidad de este hombre, no tengo más remedio que, transcribir literalmente una pequeña parte de la carta, que mucho después le escribe al  Alcalde Don Miguel Hernández Gómez. Dice así: Tú bien sabes con que sacrificio fue hecho ese campo. Tú no ignoras que en él he dejado mi  juventud, mi salud y mis ahorros de toda mi vida. Todas mis horas extraordinarias, y vendí hasta una casa que tenía en Los Blases, al pie del Coto Dorda, y que era un recuerdo de mi padre, también está ahí metida. Esta casa, tenía huerto con higueras, naranjos, parras y una balsa y casa para el casero, todo lo vendí por cinco mil pesetas, al que hoy vive allí. La vendí porque me comprometí con el contratista a pagarle las cinco mil pesetas que valía levantar los cien metros de pared que me tiraron el viento y la lluvia, y lo vendí para pagarle, y no quedar en la vergüenza de faltar a mi palabra. Señores, les aseguro que, esto que escribo leído en mi cuartico de estar, rodeado de papeles en silencio total, y con la mente trasplantada a ese tiempo de “alpargatas” me llega al alma.

Prosigo, y retomo el “hilo” en 1934, cuando llenos de ilusión, construyen el Campo de los Tigres que apenas pudieron disfrutar unos meses, pues “estalló la “maldita” guerra civil, y todos sus sueños se truncaron, durante casi cuatro años se para todo, absolutamente todo. Tras esos terrible años, los directivos que quedaron “en pie” redoblaron (con Juan Buendía a la cabeza) su esfuerzo para reorganizar su equipo, y volver a poner en condiciones su magnífico estadio de “Los Tigres”, pero…no contaban con que los tiempos habían cambiado, reciben un escrito del Ayuntamiento, firmado por su Secretario Don Luis Villanueva y Muñíz.  Que dice lo siguiente. CERTIFICO: Que en la sesión celebrada por la Comisión Peramente el día veintiséis de febrero último, fue adoptado el siguiente acuerdo. 1º Dar por terminada la concesión de la parcela situada en el Ensanche de esta ciudad, que a titulo de precario venía disfrutando el Club denominado “Los Tigres”, pasando dicha parcela a servir de campo de entrenamiento del Ejercito de Tierra, por lo que podrá disfrutar para sus maniobras de 15.000 metros cuadrados de terreno en la parcela destinada a campo de deportes. El mundo se le vino encima a Buendía, todas sus ilusiones, todo su dinero y todo su trabajo perdido. Noches enteras llorando en su soledad, (Buendía nunca se casó, ni tuvo descendencia) Pero su amor por el fútbol era tal, que redobló sus esfuerzos no se dio por vencido, y luchó, y creó otros dos equipos de fútbol “Los Diablos Rojos” y el “Plus Ultra” (muy famosos en la época). El Alcalde Don Miguel Hernández le había prometido que le devolvería los terrenos del Ensanche, pero una vez más se desvanecieron sus esperanzas, pues el estadio, “su” estadio, le fue transferido al Frente de Juventudes, y allí se estableció lo que sería Radio Juventud de Cartagena.

Juan Buendía, disolvió sus tres equipos Los Tigres y Los Diablos Rojos y el “Plus Ultra” y los “refundó” en uno solo ¡LA UNIÓN DEPORTIVA CARTAGENERA! . Con tal acierto que fue el que sustituyó al Cartagena F.C. durante su obligado elipse por mor del maldito “parné”, y que duró once años. En un intento enorme de reflotar al Cartagena F.C. Juan Buendía le escribe una carta a Don Francisco Celdrán, pidiéndole a este hombre de negocios Mineros, le ayude al fútbol cartagenero. Reproduzco unos párrafos, que al mismo tiempo me sirven para trazar (escrito por el mismo Buendía) parte de su vida.  Dice así. Muy distinguido Señor mío: Mi nombre tal vez no le diga nada, por eso voy a presentarme. Soy Juan Buendía Martínez, fundador de los Clubs, Diablos Rojos, Tigres, Plus Ultra y Unión Deportiva Cartagenera. Hice el que fue Campo de Los Tigres, (hoy abandonado y en ruinas) por ultimo también fui el primer Delegado del Naval Juvenil, siempre he estado en esto del fútbol (aunque no debiera decirlo) y el fútbol me ha costado todos mis ahorros, y prácticamente mi sueldo de trabajador en artes graficas como tipógrafo en la Imprenta Carreño. El artículo se me alarga  y debo concluir. Don Francisco Celdrán le escribió con mucho respeto, pero no le ofreció la ayuda que Buendía le solicitaba para su querido Cartagena F.C.

Juan Buendía siguió siempre enamorado del fútbol, y recibió la alegría en 1990 de ser nombrado (por el Presidente del Cartagena Pepe Egea Leal  y su Directiva) Presidente de Honor  Perpetuo  del Cartagena F.C.  Nació Juan Buendía Martínez en 1906 y murió en 1997 en el Hospital del Perpetuo Socorro, donde siempre tuvo la compañía de Pepe Ojados Roca y de su familia. y nada mas señores, como ven todavía me acuerdo de mi “Farola del Lago”  Un abrazo para todos vosotros.

 

 

 

 

 

 

 

 

La Farola del Lago: ¡Luchar y vivir por lo que amas! (Juan Buendía Martínez)
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