jueves. 28.03.2024

“LA FAROLA DEL LAGO" | ¡LAS BOTAS DE BENJAMÍN!

Hace unos pocos días, mi querido amigo y gran periodista (jubilado parcial, puesto que mientras le quede un hilo de vida seguirá siendo periodista) Guillermo Jiménez Alcaráz, escribía en su Blog sportícue un artículo, referente al encuentro de nuestro F.C. Cartagena de España, ante la U:D: Las Palmas . En él, (como es habitual), Guillermo hace un pequeño recorrido por la historia y en esta ocasión, nombra a un jugador que tuvo la U.D. Cartagenera en la temporada 1959-60, BENJAMÍN. Cuando leí el artículo, acudieron rápidamente recuerdos que tengo en el armario de mi cerebro, (algunos con telarañas, por no haberlos desempolvado nunca), y entre ellos, apareció uno que correspondía a BENJAMÍN, y que…yo tenía muy aparcado, aunque…nunca olvidado, pues para mí no era un buen recuerdo. Como todo tiene su historia este recuerdo también la tiene, y…de eso va este pequeño artículo, en mi querida Farola del Lago.

Como sabéis (porque lo he dicho en muchas ocasiones), además de mi profesión, que es la de analista químico, también he sido futbolista, no llegué a donde hubiera deseado, pero…al menos jugué en varios equipos, y en todos ellos dejé grandes amigos, que es el mayor tesoro que puede tener una persona,  sentirse querido y respetado. Bien, poco a poco voy yendo al “grano”. Como he dicho anteriormente, en la temporada 1959-60, yo, no era una figura local, pero…al menos (perdonar la inmodestia) estaba de “buen ver” jeje. El caso es que, se interesó por mí el gran Juan Buendía Martínez, en aquel tiempo Secretario técnico de la U.D. Cartagenera, equipo este que… había reemplazado (y salvado) al Cartagena F.C. en una de sus desapariciones por impagos. Hago un inciso en mi historia (no tengo más remedio), para escribir unos apuntes importantísimos sobre Juan Buendía, nunca será bien ponderada su caballerosidad, su  entusiasmo y desprendimiento con el futbol local. Algún día publicaré las actas, cartas y escritos, que tengo en mi poder, en ellos, hay tal cantidad de “amor” por el equipo de su tierra que… fácilmente os emocionareis (como yo), y entenderéis sus desvelos, por el futbol en Cartagena.

Fundó los Diablos Rojos, El Plus Ultra y Los Tigres, luego, fusionó los tres para formar la U.D. Cartagenera, que fue la que durante casi de diez años representó a nuestro futbol y nos sacó de mil apuros.

Es tanta la admiración que siento por este hombre, que si de mi hubiera dependido, (sin desdoro de nadie) le hubiera puesto su nombre a la nueva ciudad deportiva de nuestro F.C. Cartagena. Lo digo ¡sin dudarlo!, y con plena consciencia de lo que digo, en toda mi vida, (que abarca muchos años de nuestra historia) he conocido a nadie que tuviera el entusiasmo y la pasión de este hombre por el futbol. Fíjense mis queridos lectores, hasta donde llegó este hombre, en su entusiasmo por el Cartagena que… (siendo él un directivo importante) el Club, adquirió una deuda, que él había avalado solo de palabra, y con un estrechamiento de manos. El Club no pudo hacerle frente a esa deuda. Pues bien, Juan Buendía vendió (mal vendió) una casa que había heredado de sus padres, para poder hacer frente a la deuda que había contraído su equipo, y de la que él se hizo responsable. A este hombre (Buendía), nuestro querido Pepe Egea Leal, jugador, entrenador y Presidente del Cartagena, en su etapa como tal, tuvo el gran detalle de nombrarle Presiente de honor perpetuo del Cartagena, honrando en parte, la gran contribución del Sr. Buendia al futbol Cartagenero.

Ya veis que, (como ocurre siempre) me desbordan los recuerdos y no tengo más remedio que referirlos. Bien, como he dicho anetriormente, el Sr. Buendía se intereso por mí, (deportivamente claro) y me llamó para fichar por la U.D. Cartagenera, aquello, fue un gran honor y una alegría inmensa, pero…en aquel equipo, todos eran profesionales estaban nada menos que los… Amaro, Santamaría, Parra (el internacional), Campos, Carriega, Nito, Pallares, Guzmán, Suarez…y también Benjamín, todos dedicados en cuerpo y alma al futbol. En aquellos momentos, yo tenía mi trabajo, (que además me encantaba, y me sigue encantando) por ello, le dije al Sr. Buendía que no me atrevía a hacerme profesional, y dejármelo todo, le sugerí que me dejara seguir jugando en la Deportiva Minera (puesto que el Cartagena entrenaba mañana y tarde) y que por las tardes yo entrenaría con el Cartagena. Buendía entendió mi postura, y así lo hicimos. Todos los miércoles y jueves yo entrenaba y jugaba (los partidos de entrenamiento) con la Cartagenera.

Una tarde de jueves, (lo recuerdo como si fuera ahora mismo) llegué al vestuario, y Manolo Cuervo que, hacía de masajista, jefe de material y de todo, me dio la ropa y las BOTAS. Yo me equipé, y…a las órdenes de Ventura Martínez, al lado de aquellos enormes futbolistas me dispuse a jugar. Así lo estaba haciendo, con todo mi entusiasmo, cuando…oigo desde la banda gritar mi nombre Loreeeeeeen, miro y veo a Benjamín, haciéndome señas para que acudiera en pleno partido de entrenamiento. Acudo “mosqueao perdío”, y le pregunto ¿qué quieres?, y me dice en tono altanero, ¡que llevas mis botas y te las tienes que quitar!, Aquello, fue un golpe bajo, que me produjo sonrojo, además de una enorme decepción, pues yo quería aprovechar los entrenamientos para demostrarle al “mister” mis cualidades, y aquello era un parón en pleno partido. Hay que tener en cuenta que, por aquellos tiempos solo algunas “figuras” tenían las botas en propiedad, y quiso la casualidad que, Benjamín (que no era precisamente una gran figura)  tuviera las suyas.

Lleno de mala…”uva”, me fui al vestuario y le conté a Manolo Cuervo lo que me había pasado, a él le sentó todavía peor que a mí, pues él había sido el responsable del lio. Se llenó de orgullo, sacó unas botas sin estrenar, recién compradas en Elche al gran Juanito Sánchez, y me las dio para que las estrenara. Más contento que unas pascuas, salí de nuevo al campo con mis botas nuevas y seguí jugando, y…no lo hice mal. Siempre le agradecí al Cuervo el gesto que tuvo conmigo, por el contrario, mi relación con Benjamín fueron frías y distantes, no por haberme quitado sus botas en pleno partido, sino por la forma chulesca que lo hizo. Es una anécdota que no tiene importancia, pero…que se te queda impresa en la mente, y como tengo la suerte de poder escribir, pues…lo cuento en mi Farola del Lago, y…contado está. Adiós querido amigos y lectores. Hasta siempre.

“LA FAROLA DEL LAGO" | ¡LAS BOTAS DE BENJAMÍN!
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