martes. 16.04.2024

La Farola del Lago: Rico...rico...rico, el...

¿A que estáis ya con ganas de terminar la frase, de aquel célebre anuncio?  Rico…Rico…Rico, el Café del Puerto Rico.  Me arde la cabeza, los recuerdos me salen hasta por las orejas. A borbotones me vienen, y es que estoy aquí, en la UPCT. Tan “cerquica” del “lago”… (hablo de Cartagena España). No hay lugar en toda Cartagena que haya sido más futbolero  que el “lago”. Dejarme que vuele con la imaginación en el tiempo, y os cuente cosas de esa Plaza, que indefectiblemente va unida a varias generaciones de cartageneros. Lo tengo que hacer con las limitaciones propias de un artículo, pero la verdad es que… para quedarme a gusto, necesito un libro de cuatrocientas páginas. Lo voy a contar en primera persona, y acudiendo a mis recuerdos cronológicamente.

Me veo con ocho o nueve años, dando vueltas al Lago, con mi inseparable aro metálico, o con mi patín de madera. Veréis, era una época muy mala, pero… como mi tío era carpintero, pues todos los días de Reyes año tras año, me hacía un patín, y mi mamá Concha, completaba ese mágico día, con un aro de acero nuevo, (no sé de donde lo sacaba) “asinque”, servidor, en esa época de penurias, era el niño más feliz del mundo, creía a pie juntilla en los Reyes Magos, y me levantaba lleno de ilusión, esperando ver mi patín y mi aro, como si fuera el mayor Scalextric del mundo.  Bien… pues como decía, me tiraba horas muertas con mi aro, o con el patín dando vueltas al “Lago” pero resulta que, Juanito en su célebre bodega del “Lago” de su mismo nombre, tenía un perro pastor alemán que la tenía tomada con mi aro, y cuando yo pasaba el perro salía “embalao” me robaba el aro y salía pitando por la Calle del Duque, y yo detrás de él “paquitárselo”; aquello, se convirtió en un “Duelo al Sol” a ver quién podía más. El perro, además era un ladrón y a los betuneros (pobre Guinea) los llevaba “locos” pues en plena “faena” les robaba la caja, y dejaba al cliente “cojo” de un pie”. Dios, ¡qué recuerdos!. Bueno… sigo la cronología.

Al “laico” de la Bodega de Juanito, estaba el Bar la Merced, de Pedro González. Ese Bar era un templo de “todo”, deporte, toros… en él, (como tenía una gran ventana que daba a la Calle del Duque) se vendían entradas para el fútbol y los toros, y era punto de reunión de muchas tertulias deportivas. Un día, fue por Noviembre de 1955, acaparó la atención de un  gentío enorme. Fred Galiana (el mejor de nuestros boxeadores) disputaba el título de Europa de Boxeo en París, al francés Ray Famechón, Figuraros, en plena exaltación del franquismo, y el orgullo patrio por medio, Pedropuso un altavoz que se oía en todo el “lago” y… cuando en el sexto asalto, Galiana noqueó al francés, las más de 1.500 personas que lo estábamos oyendo, dimos un grito de ¡viva España! Y “to” el mundo abrazándose. Joe, que “memosiono” todavía.

Cruzo la calle, y en la esquina de la Calle del Ángel con Duque, ahí estaba el nuestro. ¡El Bar Ideal! ¡Madre mía! en ese Bar había de todo, futbolines, billares. Cuantos amigos acuden a mi mente, y cuantos camareros, Perico, Carmelo, Mariano, Paco, Martin Jamones… Pero es necesario que os hable de su dueño, (cuantas barrabasadas le haríamos) Antonio Bobadilla Moya. Era nuestro “enemigo”, porque nos echaba de las sillas de su terraza, por no consumir, mandaba al camarero para que nos largara del sitio. Incluso llegamos a sacar una canción de la que escribo una estrofa.  “Con palabras zalameras y engañosas, va y le dice a Perico el camarero, anda  vete y échame de ahí a esa gente, que me voy a cagar en la leche que les dieron”. Yo, les aseguro a ustedes, que no he conocido hombre más trabajador que ese, y que luchara más por sacar a su gran familia adelante. Lo que pasa es que éramos eso ¡la leche! Me voy quedando sin “papel” y tengo tantas cosas que decir… recuerdo que, dentro del bar había mesas acolchadas  para jugar al julepe. Nosotros, los críos, rompíamos la tela, y sacábamos el pelo, para ponérnoslo debajo de la camisa, como si fuera pelo en pecho, y “fardar” de tío machote delante de las nenas. En esas terrazas del Bar Ideal, se celebraban fantásticas tertulias deportivas, se concretaban fichajes de jugadores, eran las oficinas del “Efesé”. Esas terrazas que han conocido a los Mijares, Octavio, Pepito Ramos, los Telechía, Popi Raja, Pepe Egea, Nito, Elías, Miguel el Nano, Sorni, Arango, Manolin, Terol, Jaime… Allí sentados nos reíamos de nuestra sombra. No debía escribir esto, no es justo, porque me dejo innumerables amigos sin nombrar, perdonarme amigos míos.

Cafeteria Puerto Rico (2)

La Cafetería Puerto Rico, en la que el Athletic Bilbao desayunó el día que jugaba un partido de 'Copa del Generalísimo' con el Cartagena.

Y por fin, ¡el gran salto! Antonio Bobadilla Moya, con gran visión de futuro, se embarcó, en su gran aventura: Hacer la mejor Cafetería de Cartagena. Llegó a un acuerdo con los dueños del Bar de la Merced, (como he explicado tenía entrada por el “Lago” y por Calle del Duque), y así, de la noche a la mañana, se obró el “milagro”, y lo que había sido un bar del año “catapúm”, se convirtió en una preciosa Cafetería modernísima, orgullo de Antonio Babadilla, y de sus hijos, Mariano e Isidoro, y por supuesto, de sus hijas Rosa, Concepción y Mari Carmen. ¡LA CAFETERIA PUERTO RICO!. Cuantas horas de trabajo, y de vigía, detrás de su mostrador, para llegar a cumplir su sueño.

Fue un cuatro de Noviembre de mil novecientos sesenta y dos. Cuando en una tarde esplendorosa, se inauguró la Cafetería, estábamos junticos, mis queridos amigos Manolín, Raja, Arango, Terol y servidor; fue fantástico poder presumir en nuestro “Lago” de esa preciosa Cafetería. Y Ahí estaba Antonio Bobadilla, al frente de su negocio. Pero esta vez no estaba solo, tenía a su lado dos enormes columnas para sostenerlo. Su hijo Isidoro Babadilla Avilés, y su yerno, mi amigo José Sánchez Macías. ¡Qué decir! de Pepe Sánchez Macías, ( Pepe el del Puerto Rico) a Pepe le mirabas a los ojos y te hacías cuentas de que estabas viendo las procesiones de su querida Cartagena España. En ellas lo fue todo, Cabo gastador de granaderos en su juventud, Presidente de la Lanzada, y de lo que hiciera falta. Pepe… sueña con las procesiones. Hay una cosa que tengo que decir, ¡no tengo más remedio!. En estos tiempos tan mercantilizados, y en familias donde posiblemente se hable de herencias, o de cosas materiales, cuando he intentado profundizar un poco, y me he dirigido a mi amigo Isidoro Bobadilla para que me hable de ellos. Isidoro, con una ternura inimaginable por mi parte, me ha pedido que hable (yo lo iba a hacer) de su querido y respetado cuñado, Pepe Sánchez Maciás. Pues bien, como esa conversación fue telefónica, les aseguro a ustedes que, oír el tono de voz de Isidoro, al hablar de su cuñado, hizo que algunas lágrimas me rodaran. Nunca pude pensar que, el afecto y admiración de Isidoro por su cuñado,  fuera tan intenso. 

Bueno queridos amigos, una historia más de esta “Farola del Lago”, que tiene la osadía de intentar entreteneros un “ratico”. y traeros viejas historias. Un abrazo a todos.

P.D. Deseo dedicarle este artículo, a Pepe Sánchez Macías, por sus horas de desvelo, intentando hacer cada día más “bonitas” nuestras preciosas procesiones. Por su trabajo al “ladico” de su cuñado Isidoro Babadilla,

Por haber sido capaz de traer a esa Cafetería a todo un Athletic de Bilbao, con Iribar a la cabeza, para que le firmara autógrafos a todo el que quisiera. ¡Grande Pepe! y recuerdos a tu esposa Rosa, y a tus hijas Cari y Rosa Mari.  ¡Rico…Rico…Rico, el Café del Puerto Rico!.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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