viernes. 29.03.2024

La Farola del Lago: ¡Tenía que contarlo!

Me da en la nariz, que las cosas van a salir bien esta temporada, y como mi ilusión sigue intacta, pues he dejado volar la imaginación, y me he puesto a soñar, y a recordar. Siempre había pensado reflejar todo lo vivido por este que escribe, el día del ascenso en Alcoy, (24 de Mayo de 2009) ¡qué lejos en el tiempo, y que cerca en mi mente!, lo tengo todo guardado en un estante especial de mi cerebro, y de vez en cuando lo saco, lo aireo, y lo vuelvo a guardar.

Pero… resulta que tengo la premonición de que, estamos en vísperas de algo bueno para nuestro querido F.C.Cartagena. Por ello hoy día 13 de Julio de 2016, me ha dado por visitar mi “estantería”, la que tengo en el armario de mi cerebro, dedicada a cosas de mi FCC. y sacar esos recuerdos de aquel inolvidable día y contárselo a ustedes.

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El equipo que subió en Alcoy en 2009.

Si…ya sé que hace mucho tiempo que ocurrió, pero…permitirme que lo cuente veréis como merece la pena. El sábado (día anterior al partido) me llamó mi amigo Antolín hijo, (el de las gasolineras BP) pues me une gran amistad con padre e hijo, y me dice, Loren, vente mañana con nosotros a Alcoy. Yo sabía que ya por aquel entonces, los “Antolines” estaban muy unidos a la cúpula del FC Cartagena, y le contesté afirmativamente. Al otro día, (el día grande) me recogieron en la puerta de mi casa después de comer, y acompañados de dos amigos, Federico y Alberto, salimos “disparaos pa El Collao”, más contentos que unas pascuas, pensando que el milagro se iba a producir. Al llegar al estadio empecé a alucinar, habían colas tremendas, pero se ve que Antolin llevaba algún distintivo en el parabrisas de su mercedes, porque, a nosotros nos abrieron las puertas del estadio de par en par, y llegamos hasta los mismos vestuarios, (joder lo que es tener “enchufe”) al poco llegó el autobús con nuestros jugadores y sus esposas, y los fuimos saludando uno por uno. Todo a lo grande ¡qué maravilla! Inmediatamente mis amigos se fueron para el palco presidencial, yo me quedé en tribuna rodeado de alcoyanos, (pues la afición del Cartagena estaba en gol norte) y ahí empezó mi odisea.

Servidor, hacía un par de semanas que había decidido dejar de fumar, (increíble para todos, pues yo fumaba casi dos paquetes diarios) le estaba echando un par de “bemoles”, y pasándolas “canutas”, estaba aguantando, pero… he aquí que mis dos vecinos de asiento uno a cada lado y alcoyanos de pro, se estaban fumando sendos puros, echándome “to” el humo en la cara. Lo estaba pasando horrible, los nervios me comían. El árbitro había expulsado a Viyuela, Mariano estaba lesionado, (se le había subido los gemelos hasta “el galillo”), nos habían remontado el partido, y yo ya no podía más, las lagrimas se asomaban a mis ojos, ¡y además sin fumar!, pero con los dos puros “pegaos” a mi cara. En ese momento me levanté de mi butaca, sumido en una tristeza enorme, llegué hasta el pasillo trasero de la tribuna del estadio, no había ni un alma en ese pasillo, solo estaba la cantinera limpiando, al verme entristecido, la buena señora pensando que yo era Alcoyano, me dijo en valenciano, pero perfectamente entendible ¡amigo! No se preocupe fúmese un cigarro y quítese los nervios ¡que ganamos! ¡ lo que me faltaba! “pa” echarme a llorar. Empecé a dar paseos de un lado a otro del pasillo hasta que me fui acercando a la parte de gol norte donde estaban los míos, y me asomé, sin querer mirar, pero… mirando, y en ese momento sucedió lo más bonito que futbolísticamente me ha pasado.

Lo estoy escribiendo, y viéndolo en mi mente, Fernando Martin (central del Alcoyano) se traba con el balón, Carmona le acosa, se lo quita, y se lo entrega a Juan Pablo a puerta vacía y GOOOOOLLLL del Cartagena. Les juro que es como lo describo, volví al pasillo me senté en el suelo y lloré como un chiquillo, pero esta vez era de ¡felicidad! Cuando pitó el arbitro el final del encuentro ¡la locura! Habíamos ascendido, estábamos en segunda.

Dejamos el coche en la Muralla del Mar, y nos fuimos al Submarino, y ahí el “disloque”

Tanto esfuerzo, tanto dinero gastado, ¡qué difícil es salir del pozo! Llegué hasta la zona de vestuarios, donde todo era alegría, naturalmente en el nuestro, porque en el de ellos…figúrense, vi a los Antolines y nos abrazamos exultantes de gozo. Ellos me dijeron que si quería quedarme a celebrar el ascenso, pero era imposible, pues yo debía volver a Cartagena.

Fue una sabia decisión, el viaje de vuelta lo hice con unos amigos, (yo no les conocía, me los presento Antolin) a los que con mucho gusto nombro y recuerdo en este articulo. Sus nombres son, Antonio Bernal, Francisco Madrid Rabadán y Pedro Jiménez Palazón. Fue un viaje de vuelta fantástico, era como si nos conociéramos de toda la vida, la alegría por el ascenso de nuestro equipo, nos unió de tal forma, que más que paisanos parecíamos familia. Todo el viaje cantando, contando chistes y anécdotas.

Dejamos el coche en la Muralla del Mar, y nos fuimos al Submarino, y ahí el “disloque”. ¡Qué alegría! Todo eran abrazos y canticos. Ya no era un sueño ¡habíamos ascendido!. Creo que todo lo relatado, justifica el titulo de este articulo ¡TENÍA QUE CONTARLO! Era una necesidad que se ha ido dilatando en el tiempo, pero que por fin ve la luz. Ojalá que, a final de esta temporada podamos…bueno, vamos a soñar. ¡AH! y hasta ahora, no he vuelto a fumar. Como siempre, muchas gracias a mis lectores.

P.D. Quiero dedicarle este artículo con mucho cariño, a mi amigo, compañero muchos años en la UPCT. Domingo García López, en recuerdo de nuestra amistad, compartida con un amigo común e inolvidable, que nos dejó hace años. Andrés Pérez. Tornell.

La Farola del Lago: ¡Tenía que contarlo!
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