jueves. 28.03.2024

La Farola del Lago: ¿Yo? ¡A Los Juncos!

Creo sinceramente, que mi “Farola del Lago”, le debe un artículo al Campo de Deporte y de Recreos de “Los Juncos”, y “de todo” (diría yo), más adelante contaré el porqué de este paréntesis. Tengo nítido en mi memoria, el día anterior a su inauguración oficial, recuerdo a mi amigo inseparable de la calle del Alto, Antonio Tudela Guijarro (El Nono) hijo del Sr. Tudela, dueño de un taller mecánico en la Calle del Parque. En aquellos momentos el Sr. Tudela era el “prohombre” de la calle, el único que tenía una “arradio” y cuando había partidos de fútbol importantes, ponía un altavoz, para que lo oyéramos todos los vecinos. Bueno… pues ya se me ha ido la olla, me pongo a hablar del pasado y quiero escribir todos mis recuerdos.

Decía que, “el Nono” y yo, queríamos ver cómo era el campo de “Los Juncos”, del que todo el mundo hablaba, él ya tenía permiso para desplazarse tan “lejos” a verlo, pero yo debía contar con el permiso de mi mamá Concha, que de ninguna manera me dejaba ir allá al “culo” del mundo solo. Si quería ir, debería hacerlo acompañado de mi tío Pedro, que ya tenía 13 años (seis mayor que yo). Así lo hicimos, salimos los tres en peregrinación, al fin del mundo, a los extramuros. Fue espectacular, cuando llegamos y salimos por el túnel de los jugadores, (con permiso previo de los albañiles) ¡madre mía! qué bonito era, recuerdo los dos balones de cemento que había sobre la valla, a la salida del túnel, Las gradas de tribuna con sus palcos, estábamos impresionados (créanme). Además del campo, que era “divino”, había dos pistas de tenis, una de baloncesto, dos boleras, un cine, dos pistas de baile, un bar cafetería y unos espacios preciosos para pasear. Todo eso, lo había puesto el Consejo Ordenador, (“La Basán”) para disfrute de sus trabajadores, y…de media Cartagena.

Raro era el cartagenero o cartagenera que, por los años cincuenta no iba los sábados por la noche a los bailes de los Juncos

La verdad es que, debido a la lejanía de mi casa en la calle del Alto (téngase en cuenta que ir a los Juncos en aquel tiempo era como ir a las “Filipinas”) tardé bastante en hacerme asiduo del Campo de los Juncos, y además, de sobra son conocidas las Hazañas futbolísticas, tanto del Naval de tercera, como el del juvenil, por lo tanto en el caso de este artículo, mis recuerdos se centran en el otro aspecto en el “verbenero”. Raro era, el cartagenero o cartagenera que, por los años cincuenta no iba los sábados por la noche a los bailes de los Juncos ¿Cuántos matrimonios que hoy serán sesentones (o más) se habrán conocido en esos bailes? Yo no me perdía uno, pasábamos de una pista a otra buscando pareja ¡joé que sentimiento tengo ahora mismo!

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Loren, el autor de La Farola del Lago, bailando en Los Juncos con la que hoy es su esposa.

 

Mis recuerdos vuelan. Pero el encanto verdadero de los Juncos, eran sus cines, en la década de los sesenta, era tal el éxito, que mi querido amigo Luis Quesada, gran futbolista, y por aquel tiempo nombrado director del campo de los Juncos, decidió (con gran acierto) que habría cine tanto en el campo de baloncesto (con aquellas gradas de madera), como en el propio terreno de juego. En la parte de gol Sur, se instaló una gran pantalla y medio campo se llenaba de sillas. Como resulta que la asistencia era masiva, iba gente de todas las edades, muchos matrimonios jóvenes, metían al niño en el carrito y ala “ámonos” al “sine” de los Juncos. “Asinque” muchas veces en el silencio, se oían llantos de algún bebé, y no faltaba alguna voz que, soltaba un “¡dale teta “pa" que se calleeeee!”. Hoy, aquel bonito y bendito lugar, donde… nuestra juventud ha disfrutado de todo, de fútbol, de verbenas veraniegas, de “sine a mansalva”, se ha convertido en un amplio y frondoso parque de esparcimiento de muchos niños y menos niños, pero… naturalmente, cuando paso por Reina Victoria, y miro hacia el parque, recuerdo, cuando estábamos reunidos en el Lago los amigos, y me decían ¡Loren! ¿Dónde vas a ir mañana noche? y servidor respondía ¿YO? ¡A LOS JUNCOS!

Muchísimas gracias como siempre, a todos mis lectores por leer estos artículos, que escribo con el deseo de reverdecer viejos e inolvidables recuerdos.

P.D. Este articulo, se lo dedico a todos los lectores de aquella generación, de cine, baile y “PICÚ”, Coca-Cola, Fanta, gusanitos, casa de un amiguete y “tos” contentos.

La Farola del Lago: ¿Yo? ¡A Los Juncos!
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