sábado. 20.04.2024

Llegar de puntillas para salir a hombros

Con la temporada a punto de echar la persiana habría mucho que escribir de este Cartagena que va a terminarla de forma notable, gracias entre otras cosas a la suerte de haber encontrado a un técnico como Alberto Monteagudo que llegó de puntillas y puede irse a hombros

 

Ya le dije una vez a Monteagudo, cuando estuvimos comiendo juntos en una de nuestras tertulias radiofónicas, que me parecía muy serio el trabajo que estaba haciendo. El manchego llegó al Cartagena en el último quiebro, cuando la inmensa mayoría ya habíamos dado por hecho que sería Eloy Jiménez el entrenador. Pero las conversaciones derivaron por derroteros insospechados con la aparición en escena de Monteagudo cuando nadie lo esperaba. Ni siquiera los más listos de siempre. Y ahí está. Renovado y dispuesto a afrontar una nueva temporada con toda la ilusión del mundo y con muchos aficionados metidos en el bolsillo. Alberto Monteagudo ha logrado convencer a esa gente, a los que no creían en él, como si fuese un anuncio de esas clínicas dentales que convencen a todo el mundo.

En el fútbol mandan dos cosas: los goles y los números y los de este manchego humilde, sencillo y buena persona no pueden ser mejores. Alguien, no recuerdo quien, decía los otros días que esta Liga no tendría que parar, que la próxima tendría que empezar a la semana siguiente porque el Cartagena la va a terminar de lo más enganchado. De haber tenido dos o tres jornadas más que a nadie le quepa duda que este Cartagena se habría colado en los playoff de ascenso.

Pero Monteagudo ya deberá saber a estas alturas que el fútbol no tiene memoria. Y que la próxima temporada le van a pedir más. Yo diría que mucho más. El objetivo histórico no puede ser otro que el de ascender, a ser posible como campeón y por la puerta grande, puestos a pedir no nos vamos a conformar con cualquier cosa, el Cartagena es uno de los equipos grandes de la Segunda B, ahí están sus casi 6.000 abonados, y sus metas no pueden ser menores, sin duda alguna que no.

Me imagino que todo esto lo sabe también el amigo Paco Belmonte, quien ha hecho un buen trabajo en lo económico, en lo social y en lo deportivo. Pero el año que viene ya no vamos a tener el concurso de acreedores al que asirse en alguna tempestad, ni siquiera a un entrenador con nombre como ocurría a principios de temporada con Víctor. Tendremos a un técnico que llegó de puntillas, que casi nadie lo comocía y mucho menos apostaban por él y que, a poco que se hagan bien las cosas, podría salir del Cartagena a hombros. Si se hacen las cosas bien y se deja a la base que hay Monteagudo lo puede conseguir.

Llegar de puntillas para salir a hombros
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