Algo huelo para 2019. Algo huelo y bueno. Algo nuevo, distinto. Nunca he sido optimista, sino analítico y escéptico. Y crítico duro y lógico y siempre a través de los datos, como debemos ser los periodistas. Hechos, todos. Opiniones, las más sabias y especializadas, pero las menos.
El optimismo es una manera de ser y escasas veces se obtiene lo que se intuye o desea. En fútbol, donde impera la suerte como baza principal como en todos los deportes, el optimismo y los buenos deseos se diluyen muchas veces. En nuestro Cartagena, demasiados. Casi siempre.
Veo buenos datos, que invitan, y mucho, a la esperanza:
1.- La remontada desde los primeros partidos nefastos en casa ha sido espectacular, lo que demuestra fuerza en el equipo.
2.- La conjunción ha llegado a su tiempo. Al principio, era imposible porque los jugadores, traídos en tropel, ni se conocían.
3.- El equipo lucha y remonta si es necesario.
4.- Tiene algunos jugadores de muchísima calidad, según leo. Aptos para 2ª A e incluso para 1ª.
5.- El entrenador, desconcertado al principio, ha ido encajando piezas y con buenos resultados.
6.- Rota y eso siempre es bueno si no es excesivo.
7.- Así mantiene a todos en tensión y, cuando son necesarios, pueden dar la talla.
8.- Cuando España ganó el Mundial de baloncesto, Pepu Hernández, entonces su entrenador, utilizó a los doce de la plantilla. Y no como muchos entrenadores que contaban con 7 o a lo sumo 8, con lo que dejaban al resto como jugadores inservibles. Hay que contar con todos los que se lo merezcan.
9.- En el Cartagena actual juega un 90 % de la plantilla. Que es una manera segura de triunfar.
10.- El entrenador es tranquilo y sensato y utiliza la gran filosofía del inolvidable Luis : mirad la clasificación en los últimos 10 partidos. Nunca nervios antes.
Y, de cara al futuro, al 2019 veo algo muy importante.
1.-No se va a tocar la plantilla con los famosos (y nefastos) fichajes de invierno.
2.-Desechar a jugadores, en plena temporada, es desestabilizar y, además, para traer otros iguales o peores.
3.-En las últimas temporadas se cambiaba, en plena temporada y liga, cuando el equipo iba líder. Locuras que salieron mal. O se traían a última hora y surgía el fiasco, como con Aitor Rubial, sin tiempo para nada, ahora triunfando en el maldito rayito.
4.- El mensaje para el equipo y para los jugadores que se quedaba era : no confiamos en vosotros y os tenemos que apuntalar.
5.-El Madrid presionó a Zidane para hacerlo en su última temporada porque iban mal en la Liga y se veía lejos la Copa de Europa. Se negó incluso a traer al entonces gran figura De Gea y se empeñó en que siguiera Keylor Navas. Resultado : ¡otra Copa de Europa!
6.- Y Munúa aplaca el optimismo diciendo que no hemos ganado nada todavía.
7.- Y arriesga y va al ataque cuando lo ve necesario.
8.- Y hace jugar al equipo con tensión competitiva, fundamental para ganar algo.
9- Y preparado para sufrir chascos.
10.- Y teniendo en cuenta nuestra continua buena suerte y, sobre todo, la tradición de que -cuando la afición está más ilusionada- el equipo le pega un zarpazo y la deja helada.
(Nada que ver en general con anteriores, nefastas, desesperantes y anodinas etapas. Sin señalar. Nada que ver esta situación con la padecida las dos últimas temporadas. Puede oler a algo bueno)