Ese refrán de que a perro flaco todo son pulgas parece hacerse realidad una vez más en este Efesé cargado de desgracias. A las bajas que ya sufre por lesión de Ferreiro, Juan Carlos Real y Arnau Solá cabe unir las dudas, también a consecuencia de sendas lesiones, tanto de Kiko Olivas como de Narváez, quienes tienen muy difícil llegar a la cita de este jueves porque no han terminado de estar al 100%.
El último en unirse a la lista de imposibles es el delantero yeclano Alfredo Ortuño, que sufre unas molestias que le hacen muy difícil que vaya a estar en condiciones de disputar un choque en el que toda ayuda será poca para intentar regresar a Cartagena con los tres puntos en juego para seguir albergando alguna esperanza de sobrevivir en la categoría.
Hay que añadir la del sancionado (por tarjetas) Iván Calero lo que elevaría hasta siete los futbolistas de los que el preparador cartagenerista Julián Calero no podrá llevarse a uno de los desplazamientos más largos de la temporada y, tal y como se han puesto las cosas, decisivos para ambos equipos.
Si no hay un milagro que lo remedia al entrenador de Parla no le quedará otra que tener que reinventarse para encontrar un equipo que sea capaz de competir en El Alcoraz, teniendo en cuenta que los tres puntos que se van a poner en juego pueden suponer un paso importante adelante o un paso atrás que podría empezar a ser definitivo si tenemos en cuenta que el Huesca es rival directo en la lucha por salir del pozo y los del Alto Aragón se encuentra aún con cuatro puntos de ventaja por encima.
