Por ejemplo, en el minuto 44 le mostraba a Pablo Insua, lateral del Sporting, la primera cartulina amarilla para, antes de cumplirse la hora de partido, ya en la segunda mitad, tras otra falta descarada del mismo futbolista, ahora ante Narváez, le perdonaba la que tendría que haber sido su segunda cartulina y por consiguiente su expulsión.
No hablemos ya del gol que, aunque dudoso pero saltaba a la vista del ojo humano que Juan Carlos Real entraba desde atrás en posición correcta pero el banderín levantado de uno de sus auxiliares le condujo al error de anular el gol. Tras unos minutos de tensa espera el VAR corroboraba que el tanto había sido legal.
Aún hubo más, la agresión con el antebrazo de Gaspar Campos, el 7 rojiblanco, quien le daba con el antebrazo un fuerte golpe a Damián Musto en la cara, que motivó su relevo. Aunque estaba cerca de la jugada López Toca entendió que no había ocurrido nada y le perdonaba lo que tuvo que ser una tarjeta roja directa. El VAR no intervino en esta ocasión.
