Datkovic, se puede decir así, sufrió como uno más en las gradas del estadio cartagenerista hasta que el Efesé se destapó. El croata, que no jugó ante el Levante al quedarse en el banquillo, no lo pensó dos veces y se vino hasta Cartagena para tratar de animar, desde su interior, al que él sigue considerando ‘su’ equipo, a pesar de la mala salida que tuvo originada por los embustes descubiertos en este diario con respecto a su salida del equipo en la segunda jornada.
El croata ocupó una butaca en la tribuna central y fue el centro de muchas miradas aunque también los aplausos y ánimos de tantos y tantos aficionados que siguen echando en falta a uno de los mejores centrales y más comprometidos que ha tenido el Efesé en los últimos tiempos.