8 de junio de 2011, 12:07
“El club ha decidido no contar conmigo para la próxima campaña, algo que comprendí perfectamente cuando se me comunicó, aunque es verdad que quería continuar al menos un año más”. Así comenzaba Víctor Fernández la rueda de prensa de su despedida, en una sala de prensa que se vio colmada por cerca de un centenar de aficionados, aunque Víctor compareció solo en la mesa.
El ex 21 albinegro comenzó con la lectura de un comunicado en el que agradecía a la afición su apoyo y cariño, y en el que dejaba claro su malestar con el club: “Este señor, recién llegado a la dirección deportiva, se permite el lujo de hablar de mi sin conocerme e, intuyo, sin haberme visto jugar demasiado. Sus palabras me han hecho daño, porque quien sabe como soy, sabe que nunca le haría daño al Cartagena. Por eso no comprendo la inquina y la rabia con la que se ha justificado una decisión que no cuestiono. Las formas y las mentiras han sido lo que me ha causado pena y dolor”.
Además, reiteró que se ha sentido “solo, porque me hubiera gustado que alguien del club se hubiera sentado aquí a mi lado y agradecido los servicios prestados, ya que no solo me he dejado la camiseta con el primer equipo, sino también he entrenado al infantil. No me arrepiento de mi implicación”.
Fue luego, en el turno de preguntas, donde Víctor matizó y contradijo la versión dada desde el club sobre como se produjo su salida. El ex-albinegro dijo que “me presento en el estadio porque Paco López [director general del club] me citó allí por teléfono, y no interrumpo ninguna reunión como se ha dicho. Allí, el señor Quirantes me comunica que no voy a seguir en el club. Ni llamo a nadie ni cojo el teléfono, solamente intento contactar con el presidente, cosa que no consigo. Cuando llego a casa, veo que la noticia ya se sabe y tuvo que decirlo”.
“A la mañana siguiente me llama el presidente diciendo que iba a hablarlo con Quirantes, que estuviese tranquilo, pero ya no he sabido nada más hasta que escucho sus últimas declaraciones. Sé que después de esto van a venir más declaraciones, pero esto es todo como fue”. Víctor quiso precisar además que no tiene nada a nivel personal con Ángel Quirantes, pero que “sí que me hubiera venido mejor que la decisión hubiera estado en manos de alguien que conociera día a día”.
No quiso precisar nada más sobre su futuro. “Ahora voy a irme de vacaciones y esperar. No sé si seguiré jugando al fútbol o colgaré las botas”. De esta manera, Víctor quiso despedirse de la afición: “Me voy, pero se queda mi cariño, un cariño que ha hecho que a partir de ya mismo el Cartagena pierda un futbolista, pero gane un aficionado para siempre”.
Entre los que acompañaron a Víctor, los que han sido sus compañeros en las dos últimas campañas, Unai Expósito, Toché y Txiki, situados cerca de la escalera de acceso. Los aficionados siguieron con máxima atención, en silencio, la lectura de un escrito por el propio Víctor, en cuatro minutos, ante el que no titubeó para expresar sus sentimientos.
Siguió luego el turno para las preguntas de los informadores que tuvieron la suerte de poder estar cerca del protagonista, un Víctor serio, con un rictus de tristeza pero forzando muchas veces la sonrisa y solícito ante la continua petición de sus admiradores para que firmase en camisetas albinegras o en una cartulina o en cualquer papel.
Víctor pasó un mal trago, como todos los fans presentes que a posteriori se trasladaron a las escalinatas de acceso al estadio, en el exterior, en medio de una llovizna. Víctor se fotografió con todos y sacó fuerzas para no llorar. Sin duda fue una de las ruedas de prensa más amargas que ha tenido que despachar en su vida de futbolista dedicado 18 años a jugar de maravilla, dando pases precisos al compañero o logrando goles inverosímiles.
Ahora el mítico jugador de los goles imposibles y de los penaltis infalibles se marcha de vacaciones. Para no volver. Profesionalmente como jugador, no volverá. Pero cuando lo haga por libre recogerá el afecto, el cariño que merece todo un mito, solo cuestionado por la determinación técnica y administran.tiva de un club que va a rejuvenecerse y para el que Víctor, como Cygan y otros ídoles recientes, ya no sirven.
El ex 21 albinegro comenzó con la lectura de un comunicado en el que agradecía a la afición su apoyo y cariño, y en el que dejaba claro su malestar con el club: “Este señor, recién llegado a la dirección deportiva, se permite el lujo de hablar de mi sin conocerme e, intuyo, sin haberme visto jugar demasiado. Sus palabras me han hecho daño, porque quien sabe como soy, sabe que nunca le haría daño al Cartagena. Por eso no comprendo la inquina y la rabia con la que se ha justificado una decisión que no cuestiono. Las formas y las mentiras han sido lo que me ha causado pena y dolor”.
Además, reiteró que se ha sentido “solo, porque me hubiera gustado que alguien del club se hubiera sentado aquí a mi lado y agradecido los servicios prestados, ya que no solo me he dejado la camiseta con el primer equipo, sino también he entrenado al infantil. No me arrepiento de mi implicación”.
Fue luego, en el turno de preguntas, donde Víctor matizó y contradijo la versión dada desde el club sobre como se produjo su salida. El ex-albinegro dijo que “me presento en el estadio porque Paco López [director general del club] me citó allí por teléfono, y no interrumpo ninguna reunión como se ha dicho. Allí, el señor Quirantes me comunica que no voy a seguir en el club. Ni llamo a nadie ni cojo el teléfono, solamente intento contactar con el presidente, cosa que no consigo. Cuando llego a casa, veo que la noticia ya se sabe y tuvo que decirlo”.
“A la mañana siguiente me llama el presidente diciendo que iba a hablarlo con Quirantes, que estuviese tranquilo, pero ya no he sabido nada más hasta que escucho sus últimas declaraciones. Sé que después de esto van a venir más declaraciones, pero esto es todo como fue”. Víctor quiso precisar además que no tiene nada a nivel personal con Ángel Quirantes, pero que “sí que me hubiera venido mejor que la decisión hubiera estado en manos de alguien que conociera día a día”.
No quiso precisar nada más sobre su futuro. “Ahora voy a irme de vacaciones y esperar. No sé si seguiré jugando al fútbol o colgaré las botas”. De esta manera, Víctor quiso despedirse de la afición: “Me voy, pero se queda mi cariño, un cariño que ha hecho que a partir de ya mismo el Cartagena pierda un futbolista, pero gane un aficionado para siempre”.
Entre los que acompañaron a Víctor, los que han sido sus compañeros en las dos últimas campañas, Unai Expósito, Toché y Txiki, situados cerca de la escalera de acceso. Los aficionados siguieron con máxima atención, en silencio, la lectura de un escrito por el propio Víctor, en cuatro minutos, ante el que no titubeó para expresar sus sentimientos.
Siguió luego el turno para las preguntas de los informadores que tuvieron la suerte de poder estar cerca del protagonista, un Víctor serio, con un rictus de tristeza pero forzando muchas veces la sonrisa y solícito ante la continua petición de sus admiradores para que firmase en camisetas albinegras o en una cartulina o en cualquer papel.
Víctor pasó un mal trago, como todos los fans presentes que a posteriori se trasladaron a las escalinatas de acceso al estadio, en el exterior, en medio de una llovizna. Víctor se fotografió con todos y sacó fuerzas para no llorar. Sin duda fue una de las ruedas de prensa más amargas que ha tenido que despachar en su vida de futbolista dedicado 18 años a jugar de maravilla, dando pases precisos al compañero o logrando goles inverosímiles.
Ahora el mítico jugador de los goles imposibles y de los penaltis infalibles se marcha de vacaciones. Para no volver. Profesionalmente como jugador, no volverá. Pero cuando lo haga por libre recogerá el afecto, el cariño que merece todo un mito, solo cuestionado por la determinación técnica y administran.tiva de un club que va a rejuvenecerse y para el que Víctor, como Cygan y otros ídoles recientes, ya no sirven.
