Y es que Julio es un joven con movilidad reducida que pertenece a ASTUS (Asociación Tutelar de la Persona con Discapacidad), cuya ilusión era llegar hasta la plaza de la Catedral de Santiago de Compostela y vivir sus caminos, sus lluvias, sus fríos, sus albergues…
La idea arrancó hace más de un año gracias a la iniciativa de un atleta llamado Juan Ernesto Peña. Se interesó por la historia y pronto reunió a un grupo de amigos, también amantes del montañismo y el atletismo, y puso en marcha un grupo de voluntarios llamado ‘Zancadas sobre Ruedas’. Tras meses de durísimo entrenamiento en condiciones a veces extremas para poder adaptarse mejor a lo que les iba a esperar en el Camino, la pasada semana llegaba la hora de la verdad.
Seis etapas y casi 150 kilómetros, Julio, en una silla llamada Joëlette, especial para este tipo de eventos, cumplía su ilusión y por fin podía conocer la Catedral de Santiago tras llevar a cabo el Camino.