Porque así era Pili, madre de todos sus hijos, abuela increible pero también amiga feliz y risueña de todos los que, de alguna manera, estábamos bajo su radar familiar, que eso lo dominaba pluscuanperfectamente. Su marido fue otro gran cartagenero, Aureliano Gómez-Vizcaino, fallecido en 2015 a los 84 años. Lalo, como se le conocía en el ámbito familiar fue entre otros cargos Alcaide de la Asociación de Amigos y Fortalezas y Castillos de Cartagena (Aforca) y también concejal, teniente de Alcalde del ayuntamiento cartagenero y Gobernador militar de la plaza, también era Coronel de Artillería, además de ser todo un personaje, querido y respetado.
A su lado siempre estuvo Pilar, infatigable, vigilante siempre de que su amplia familia estuviese como hay que estar, como Dios manda decía siempre. En verano su casa de Isla Plana era una verbena contínua. La gracia se le caía de los bolsillos, estar con ella era asegurarte un buen rato agradable. Era procesionista, muy religiosa pero si tenía que ser militar o algo parecido lo era, le gustaba todo lo que oliera a Cartagena, hasta se alegraba cuando ganaba el Efesé.
Por algo su hermano Pepe Castelló era el socio número 1 del Efesé, fallecido el 23 de marzo del 2020. pero su auténtica pasión, la de Pili, era y serán sus nietos del alma, a cual de ellos quería más. Porque el éxito de Arde Bogotá le pilló en sus últimos años pero de no ser así capaz habría sido de bailar la primera y en donde fuese necesario si su nieto era feliz con eso.
Este miércoles será la misa a las 11.30 horas en la capilla del Tanatorio Estavesa donde, a buen seguro, se reunirá el ‘todo Cartagena’ para despedir a una mujer que sobre todo, trató de ser una excelente madre y una abuela sensacional. Descanse en paz Pilar Castelló, sobre todo un persona buena que, conociéndole, se ha ganado la indulgencia plenaria que tanto invocaba. No la olvidaremos.