El convenio no es el problema

Este modelo de gestión evita que los campos de fútbol, de propiedad municipal, cayeran en manos de empresas privadas, que podían entorpecer la labor de los clubes de fútbol base en dichas instalaciones en las que en los clubes que he conocido, no hay nadie que quiera hacer negocio a través de esta actividad. Repito: nadie. Sólo hay labor altruista en tiempo y dinero.

Esta medida se conoce a raíz de lo ocurrido entre la Deportiva Minera y el CD Algar. El equipo del Llano del Beal, con permiso del ayuntamiento, acudía a realizar una sesión de entrenamiento al Sánchez Luengo algareño. Sin embargo, la directiva del conjunto local no había recibido ninguna notificación al respecto del Ayuntamiento, por lo que no dejaron pasar a los mineros a la instalación. Evidentemente, sin la notificación municipal, cualquier daño o problema correría a cargo del club encargado de su gestión: el CD Algar.

Es por ello que este malentendido (totalmente solucionado según ambas partes) ha hecho trascender a la luz pública dichos convenios, alegando que una instalación municipal (financiada a través del Plan E) se convierta de uso exclusivo para un club por el mero hecho de que esté en su localidad o barriada. Sin embargo, esto es falso. Ni el CD Algar ni el Ciudad Jardín pueden hacer lo que les dé la gana con el césped que todos hemos pagado. De hecho, y poniendo el caso anterior, la Minera entrenará dos veces a la semana en El Algar durante toda la temporada, mientras que en Ciudad Jardín se disputan las ligas locales de aficionados, organizadas por el Ayuntamiento.

Las instalaciones siguen siendo de propiedad municipal, y dicho modelo de convenio, tal y como afirma la AFCT en una nota de prensa "además supone un ahorro a las arcas municipales, siendo el modelo de gestión similar al de las ciudades más avanzadas en materia deportiva". Mis preguntas son: ¿cómo metemos a más de 6000 niños en los 4 campos de césped artificial? Además, si son municipales, ¿se puede meter cualquiera sin ningún permiso ni notificación a jugar ahí por el mero hecho de que sea público? ¿Se hace lo mismo con la pista de atletismo, por ejemplo?

Vamos, que a mi humilde opinión, el convenio no es el problema. El problema es la flagrante falta de instalaciones modernas en una ciudad en la que el fútbol base proporciona actividad física a un ingente número de niños. Estos convenios no hacen más que regular una situación que, años atrás, se llevaba sin ningún tipo de control. A Cartagena lo que le hace falta son 10-15 campos más de césped artificial. Entre ellos, el del Dolorense, por ejemplo.