domingo. 28.04.2024
La opinión de
José Antonio González Paredes

José Antonio González Paredes

Como la noche y el día

Los momentos dulces que están viviendo los aficionados al fútbol sala de Cartagena contrastan, y de qué manera, con los malos que siguen sufriendo los del fútbol. O lo que es lo mismo, la alegría que semana a semana sigue dando el Jimbee contrasta con las penas del FC Cartagena, que tiene a los suyos con el corazón en un puño sobre la posible permanencia del equipo en el fútbol profesional. Son como la noche y el día.

Cuando todo tiene un límite

Cuando el entrenador del FC Cartagena, Julián Calero, decía en la rueda de prensa posterior al partido contra el Racing de Santander que el jugador que no estuviera fastidiado era poco menos que un cobarde, llevaba razón. Y la llevaba, claro que sí, pero con condicionantes.

Yo no quiero a Luis Carrión

Estoy convencido de que al leer el titular de este artículo tú has sido uno de los que han ‘pinchado’ para saber por qué coj..... he puesto esa frase de manera pública. Y ¿sabes qué? Que te voy a responder.

Siempre igual

Yo estoy igual que vosotros. Cansado, hastiado y deseando que cada día me aparezca en las redes sociales, en el SportCartagena o en el Teletexto algún nombre, algún interés e incluso algún fichaje confirmado del FC Cartagena. Pero ¿Sabéis qué? Que a esperar toca. Y todo ello por una sencilla razón.

¿Que viene el Barça? Pues gritemos…

A expensas de crearme algún enemigo o de que haya alguien a quien le pueda ofender este comentario, creo que todos (o prácticamente todos) coincidimos en que lo que está sucediendo en Cataluña es, cuanto menos, un disparate. Al menos, y como es mi caso, visto desde la lejanía.

Vamos a sonreír, vasco

No es normal que te esté escribiendo estas palabras mientras sonrío. Y digo que no es normal porque cuando alguien se acuerda tanto de un amigo que se ha marchado como tú no es lógico ver una sonrisa en su cara. Pero he decidido ser fuerte y sonreír, porque así te hubiera gustado y porque así te recordaré toda la vida, con tu cara alegre y feliz pese a los palos que te estaba dando esa maldita enfermedad que superaste y que muy pocas personas saben; sí amigo mío, porque tú no te has ido por el maldito cáncer sino por una complicación en el tratamiento que seguías después de haber matado al puto ‘bicho’. Hasta para eso fuiste un jabato, hasta para vencer al cáncer.