2 de julio de 2009, 2:00
CARLOS CARMONA. Lo sentimos en el alma. Fue el ídolo en el Efesé, el que levantaba al púiblico de las gradas con sus jugadas y sus lanzamientos de faltas al borde del área, y el que dio a Juan Pablo (no el Papa, claro) el gol del ascenso en Alcoy y abrió la puerta de la gloria. Pero Carmona ha terminado saliendo por la puerta falsa con sus prisas y afanes queriendo cobrarlo todo antes de su marcha. Es lógico que quiera cobrar y cobrará, pero ha sido poco inteligente dejándose aconsejar por un catedrático en peseterismo. Por cierto, ¿alguien sabe quién es el representante de Carmona?