24 de mayo de 2014, 15:45
LA SITUACIÓN
El fútbol es un deporte cuya historia se ha escrito a base de gestas. El factor sorpresa ha sido siempre uno de los ingredientes que hacen del balompié el deporte rey a este lado del océano. Hay numerosas leyendas que cuentan los más viejos del lugar sobre partidos inverosímiles, resultados de ficción y esfuerzos sobrehumanos. A pesar de ello, lo que hace memorable una gesta de tamañas características es la poca frecuencia con la que se dan. Convertir un milagro en rutinario hace que pierda casi todo su valor. Y la hazaña a la que se enfrenta el Cartagena carece de antecedentes.
Si a Joaquín Sabina le sobraban los motivos en su canción, el Efesé ha tenido que buscarlos con denuedo durante estos siete días. A la solidez defensiva del Avilés, argumento meramente deportivo válido para desesperarse, se le suma que ningún otro equipo ha conseguido darle la vuelta a un marcador similar en este formato de fase de ascenso a Segunda. Tampoco ayuda la poca estabilidad institucional, ya que Sporto Gol Man ha incumplido la enésima promesa de cobro antes del viaje. Ante los hechos de la tierra, solo quedan los deseos de la cabeza y el corazón, algo que a esta plantilla nunca le ha faltado.
CÓMO LLEGA EL CARTAGENA
En el apartado de bajas, hay una ausencia clave por lesión producida casi en la víspera del viaje. Mariano Sánchez sufrió una sobrecarga muscular el pasado jueves y se ha descartado para el partido. A pesar de ello, ha decidido viajar con el resto del equipo. El tirabuzón defensivo se complica ya que Tevenet ha dejado en Cartagena por decisión técnica a su teórico sustituto natural: Javier Tarantino. El vasco es, junto con Diego Segura, el único descarte. La expedición, formada por 17 futbolistas más el 'capi' verá como uno de ellos se terminará cayendo de la convocatoria a última hora.
Todo apunta a que la zaga que el técnico sevillano alinee este domingo será inédita. Lo más probable es que José Picón y Jaime Astrain formen en el eje de la defensa, acompañados por Súper y Riau en los laterales. Por delante, se esperan pocas novedades con respecto a los que jugaron hace siete días. Quizá la irrupción de De Lerma, ya sea por Marcos o por Megías, para dotarle al equipo de un matiz más ofensivo y de creación de juego. La misión está clara: atacar desde el minuto 1 para hacer tres goles. Eso sí, vuelvo a recordad la imprevisibilidad de los planteamientos de Tevenet. Su manga está llena de ases escondidos.
EL RIVAL
Por contra, el Real Avilés ha vivido una semana plácida. El resultado del partido de ida les dota de un colchón importante para afrontar la contienda. Incluso parecería que, según las informaciones que llegan desde la ciudad asturiana, la semana ha sido demasiado tranquila. La afición ha retirado apenas 1.600 entradas para el partido, y existe alrededor de los albiazules un ambiente de relajación que tanto su entrenador Uribe como el gerente Luis Cousillas han querido atajar cuanto antes.
En definitiva, 90 minutos por delante que, ojalá, pueden convertirse en 180 más penaltis. Sería señal de que este domingo se ha escrito una nueva gesta en el mundo del fútbol, con permiso de un Real Avilés que demostró todo su potencial en el Cartagonova.
