Pésimo partido y nueva derrota, la cuarta, de un Cartagena que ya es colista en solitario tras cuatro derrotas consecutivas, la de hoy ante un Alcorcón que ha hecho lo justo para ser mejor. Los albinegros han dado otra pésima imagen, muy mala.
Al final el estadio ha despedido a su equipo y a su entrenador con gritos de 'Paco vete ya' a coro.
FICHA TÉCNICA
CARTAGENA:
Juanma (0), Tixiki (0), Josemi (0), Goni (2), Manu Torres (0), Collantes (0), Cleber (0), Mariano (1), Dimas (0), Toni Moral (1), Bolado (1). Tras el descanso, Lafuente (1) salió por Dimas; en el minuto 65, Chus Herrero (1) por Collantes, y en el 82, Maldonado (-) por Cléber.
ALCORCON:
M. Herrera (1), Anuarbe (1), Babin (1), Agus (1), Ángel (2), Rubén (1), Sergio (1), Abraham (1), Fernando Sales (2), Quini (1) y Montañes (1). En el minuto 61, Miguélez (2) salió por Abraham; en el 66, Saúl (1) por Fernando Sales y en el 76, Oriol (1) por Quini.
ÁRBITRO:
Dámaso Arcediano (Castilla La Mancha), ayudado por Manuel Prieto y Enrique Rodríguez. Expulsó en el minuto 56 a Goni por doble tarjeta amarilla. Amonestó asimismo a Mariano, del Cartagena, y a los alcorconeros Abraham, Anuarbe y Fernando Sales.
GOLES:
0-1, min. 62: Quini. 0-2, min. 75: Miguélez.
INCIDENCIAS: 6.483 espectadores en el municipal Cartagonova. Tarde muy calurosa.
LA CRÓNICA
El retroceso dado por el Cartagena ante el Alcorcón ha sido de los que hacen época, después de dos actuaciones aceptables en Copa y Liga ante Numancia y Sabadell. Mas el equipo de Paco López retornó a la dinámica de no saber a lo que jugar, sumido en una desorientación que acabó desconcertando a la grada y perdiendo el partido, con lo que ello acarrea. De momento los albinegros son colistas sin puntuar a estas alturas de la competición.
Un Alcorcón discreto, bien ordenado en la contención pero nada del otro mundo en la ofensiva pero lo suficiente para desbordar cuando se lo propuso, aprovechó el bajón cartagenerista y se llevó el botín con dos goles en el segundo tiempo: el primero, de Quini (62’) y el segundo por Miguélez (75’), en un tiro lejano, catorce minutos después de salir para relevar a Abraham.
En el ambiente cartagenerista previo al partido había coincidencia general en el sentido de que era imprescindible enderezar la trayectoria en la Liga por medio de un triunfo, pero esta vez afloraron errores anteriores: un centro del campo perdido, que ni apoyaba atrás ni ayudaba a la ofensiva. Se jugaba al pelotazo y con fallos evidentes que no fueron eventuales porque se extendieron a la totalidad del partido, con la excepción de unos minutos en el arranque de la segunda parte con la entrada de Ander Lafuente por un desaparecido Dimas. El vasco intentó abrir brecha hasta que acabó contagiado,primero en el centro del campo y después en ka banda. Iván Bolado a poco de la reanudación conectó un intencionado remate de cabeza. Pero después se volvió por las andadas del mal juego y del desbarajuste que enfadó a la grada.
El 0-0 se mantenía en el marcador, pero es que el Alcorcón ya había dado avisos en sus aproximaciones al área local en el primer tiempo, en la que el único que cumplía era el joven Goni, expulsado por doble amarilla a los 56 minutos. La rigurosidad del árbitro en la primera tarjeta condujo a que la segunda exhibida al defensa zaragozano fuese injusta y muy perjudicial para el Cartagena, que quedaba con menos efectivos, su sino en la presente campaña, obligado a reestructurar el equipo. Mariano pasó a defender, aunque durante unos minutos se constituyó en ariete, y después los cambios solo sirvieron para que el público se enfadase más, en esencia con la entrada de Chus Herrero (defensa) para relevar a Collantes (delantero en banda) al que se le vio falto de ritmo y seguridad.
Había pocos argumentos para salvar de la hoguera a jugadores que mostraron hallarse a años luz de una mínima compenetración, en contra de lo que pudieron manifestar en Sabadell con un fútbol en progresión.
En este segundo partido liguero en casa el Cartagena no mandó nunca. Jamás se le vio con posibilidades de vencer, aunque en teoría lo intentó. Fue el desconcierto, la descolocación y los errores del colectivo lo que puso al equipo en el disparadero de perder frente a la estrategia de Anquela, que sabía que no tenía por qué tener prisa. Cuando le presentaron en bandeja la victoria, por la superioridad numérica tras la expulsión de Goni, la aprovecharon para vencer 0-2 y aún el meta Juanma evitó un tercer tanto en los últimos momentos.
Hasta Juanma, uno de los mejores en sesiones anteriores, estuvo desconocido, con salidas de puerta, despejes fallidos y un segundo gol en el que pudo hacer más.
Pintan bastos para el Cartagena cuya afición espera el veredicto de un cambio de conducta y un revulsivo, y este sábado pidió el relevo del entrenador, la marcha de un estratega que pone voluntad y lo mejor de su esfuerzo pero no da en la tecla. Hay jugadores que no responden a las expectativas en todas las líneas de la formación. Puede ser cuestión de tiempo, pero el público se enfada y al calor de los tropiezos la Efesemanía se derrite como barra de hielo ante los rayos del sol.
