sábado. 27.04.2024

La magistrada del juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza y la Policía Judicial de la Guardia Civil buscaban entonces a otras cinco posibles víctimas de abusos y episodios de exhibicionismo protagonizados por Braulio Nóbrega, el delantero del Real Zaragoza. Este quedó, tras declarar en el juzgado de guardia, en libertad provisional imputado por un delito de abuso sexual cometido en plena calle sobre una vecina.

Entonces se dijo que Braulio se exponía a una condena de uno a tres años de cárcel, o a una fuerte multa, por un delito de abusos --se multiplicaría por el número de cargos cuya autoría fuera probada--. El exhibicionismo se castiga con hasta un año de prisión por episodio.

En sus declaraciones ante la Guardia Civil y en el juzgado aseguró recordar que en el último mes había cometido “otras tres” acciones como la que llevó a su detención: abordó por la espalda en plena calle y a primera hora de la mañana a una joven y, tras un forcejeo en el que cayeron al suelo, le efectuó tocamientos en sus partes íntimas.

RÁPIDO TOQUETEO
 El jugador únicamente admitió entonces haberle hecho un rápido toqueteo antes de salir corriendo. Ninguna de esas víctimas había denunciado ayer los hechos. Braulio no describió los episodios ni a las mujeres, pero sí señaló que los cometió en la misma zona y de día.

Los investigadores trataron de identificarlas para recabar sus testimonios. A esta tarea se unió la localización de otras dos o tres mujeres que en las últimas semanas fueron víctimas de un sátiro en Cuarte, localidad en la que ocurrieron los hechos.

La Policía Local había recibido tres denuncias telefónicas --no formalizadas por escrito-- en las que una mujer les alertaba de que un joven que vestía ropa deportiva le había toqueteado un seno, otra les explicaba que un joven le había mostrado el pene y, por último, una señora dijo que le llamaba para que se acercara al vehículo y, al aproximarse, alardeaba de estar masturbándose. Tan solo el primero de esos hechos guarda similitudes con el confesado por Braulio.

“Sé que necesito ayuda”, dijo Braulio ante el juez consciente de que padece un desarreglo mental tras explicar que cometía los ataques “sin ninguna preparación”, en la calle y a plena luz.

Su razón para seleccionar el lunes a su víctima, dijo, fue “ser la primera que pasó por el lugar”. Braulio no tiene antecedentes penales pero sí policiales cuando el año pasado fue detenido por acosar telefónicamente a varias empleadas de una peluquería.

En el Cartagena espera olvidar todos estos problemas a base de goles. Para eso ha confiado en él el club blanquinegro. No será fácil pero espera conseguirlo y encontrar el cariño de la afición blanquinegra.

Una condena de uno a tres años o una fuerte multa, pendientes de resolución
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