viernes. 26.04.2024
 El protagonismo lo tiene el FC Cartagena, heredero que recogió el testigo del Cartagonova CF. Florentino Manzano entregó los poderes a Luis Oliver y éste a su vez renunció para que Paco Gómez, con Manzano de puente, se hiciese con la entidad, a día de la fecha SAD

La peculiar historia da en el quid de la cuestión: una deuda global de 700 millones de pesetas, acumulada en una larga década condujo al popular Efesé  a la pérdida de la categoría –en Segunda División B-   en el año 1995, por resolución de la Comisión Mixta Federación Española de Fútbol y Asociación de Futbolistas Españoles, aunque la paradoja es que en lo estrictamente deportivo los blanquinegros  lograron salvarse de la caída a Tercera al ganar al Casetas de Zaragoza en el encuentro de  promoción por la permanencia, en el terreno neutral de La Fuensanta, en Cuenca.
 
{sumario:40 millones de pesetas de presupuesto que el club no pudo cubrir :sumario}En campo conquense el delantero leonés Antonio  fue el autor del único gol pero meses más tarde la caída al pozo de Tercera fue inevitable. El Cartagena FC había finalizado la competición en el puesto 16, tras las 38 jornadas de Liga en el grupo IV de Segunda B, compuesto mayoritariamente por equipos de Andalucía.  El Efesé manejaba un presupuesto de 40 millones de pesetas que no pudo cubrir,  caminó toda la campaña prisionero de sus problemas económicos. Jamás pudo centrarse el equipo del técnico de Pilar de la Horadada,  Antonio Pedreño, en la competición, en la que sumó 33 puntos al imponerse en once encuentros y empatar en otros once y sufrir el fracaso en dieciséis partidos. Pedreño, que tenía el sustento como director de la CAM en la oficina de su localidad natal,  pudo cobrar el 50 por ciento de sus emolumentos en los cerca de tres años en los que se dedicó al Efesé.
 
Aquel Efesé de hace diecisiete años careció de canales de financiación y apenas tuvo respaldo de sus seguidores, con una ridícula lista de unos quinientos abonados. Tres años antes había llegado, con la presidencia de José Luis Belda, a disputar dos promociones de ascenso a Segunda A, en las que el premio final fue recogido por el Racing Santander –con muchísima polémica, por la forma en la que el Getafe le regaló el ascenso en el campo de Las Margaritas- y un año más tarde por un Badajoz que terminó goleando a los cartageneristas en el estadio del Vivero (5-1) en medio de un ambiente hostil soportado por dos mil seguidores del Efesé.  El uruguayo Voltaire García llevaba la responsabilidad técnica del cuadro cartagenero en ambas ocasiones.

La reclamación de ayudas no halló respuesta aquella temporada fatídica de 1995/96. El Ayuntamiento recién estrenado tras las elecciones, con Pilar Barreiro en la alcaldía y el concejal Alonso Gómez, ex árbitro de Primera, no estimaron procedente tender su mano al Efesé y, de manera no oficial, sí se mostró más receptivo cuando se trataba de auxiliar el proyecto del Cartagonova FC que propició el hoy presidente del Cádiz,  Florentino Manzano, quien había sido secretario técnico del Cartagena en la gloriosa temporada del último ascenso a Segunda A en Torrejón, en mayo de 1982, y posteriormente directivo con Andrés Martínez Prieto, aunque no tuvo responsabilidad en la caída a Segunda B en 1988, pues ya no figuraba en la entidad. Florentino estaba dispuesto a que el Cartagonova fuese el recambio natural del entrampado club que había entrado en una dinámica negativa desde que Belda salió de la presidencia.
Un factor a tener en cuenta en aquellos tiempos, hacia la mitad de 1995, fue el desprenderse con la Liga en marcha del goleador Enrique Cuxart, que fue traspasado al Elche por cuatro millones de pesetas. Responsable de la operación fue Francisco Villaescusa Lledó, dirigente de la entidad y empresario de la construcción en San Javier, al que relevó  el cartagenero José Marín Alburquerque, con presencia provisional. El club vio aliviada fugazmente su situación económica, también en parte, aunque en lo deportivo la capacidad goleadora del conjunto se quebró hasta verse conducido a disputar la promoción de permanencia, a partido único, con los aragoneses del Casetas.
{sumario:Fue un descenso por los despachos tras no comparecer a jugar en Fortuna el 6 de octubre de 1996 :sumario}Predestinado a desaparecer a corto plazo, el Cartagena FC se vio  con sus frágiles huesos en Tercera, por el efecto del  descenso desde los despachos, y no pudo asimilar  la situación, abandonado a su suerte. Y así llegó el tremendo palo de la retirada del equipo, que no acudió en la quinta jornada de Liga a disputar su encuentro en la localidad de Fortuna. Fue el 6 de octubre de 1996 y la decisión la adoptó la mayoría de jugadores de una plantilla conducida entonces por Pedro Arango. Todos los futbolistas, excepto cuatro, se negaron a jugar.
 
Andrés Bolarín, que había accedido a la presidencia y que fue noticia nacional al ser ingresado en la cárcel de San Antón por cuestiones ajenas al fútbol, calificó de insensata esa actitud. Mas Bolarín, como antes Andrés Hernández, hermano de Añil, no había dado con la fórmula salvadora. No se contaba con dinero para responder a las modestas exigencias de un también modesto equipo en el que figuraban Alejandro, Estevi, Correa, José Ramón Egea, Ginés, Rafa, Bascuñana, Pepe Bayardo, Aledo, Julio, José Luis, Juan José y Ramón, casi todos de la cantera.
Enseguida el Juez Único de Competición de la Federación Regional, Enrique Quiñonero, impuso  al Efesé una sanción de 125.000 pesetas  y al pago de una indemnización al Fortuna, por 30.000 pesetas, cantidades que jamás serían sufragadas, que se sepa.
 
{sumario:Cuando el Efesé se retiró sólo contaba con 60 socios y su último entrenador fue Pedro Arango :sumario}En aquella triste campaña de su retirada tras la incomparecencia en la quinta jornada de la Liga en Tercera, el Cartagena sólo disponía de sesenta  fieles abonados, lo que sirvió para que el concejal Gómez López comentase. “Hasta los aficionados nostálgicos han fallado esta vez”. 
Pero en la trastienda ya estaba en Tercera un Cartagonova FC llevado  técnicamente por Chechu Delgado, y en segunda fila un Cartagena Atlético, de José Luis Belda, que terminó por desaparecer  también por carecer de apoyos y estar obligado a jugar sus partidos en el campo entonces de tierra de calle Carmen Conde (Ciudad Jardín).
 
El Efesé estaba ya finiquitado de las categorías nacionales, pero como Cartagena FC seguía vigente la marca con el funcionamiento del equipo juvenil, al amparo de José Gómez Meseguer y sus colaboradores, quienes  hicieron posible la puesta en marcha de la Ciudad Deportiva del Polígono Industrial Cabezo Beaza, en la que permanece en una valiosa labor de cantera y con la paradoja de ser filiales del FC Cartagena SAD.
 
Para Pepe Gómez Meseguer, ya jubilado de sus tareas en el sector de la construcción, convertido en feliz abuelo y entretenido en las instalaciones del Polígono Beaza, sostiene la teoría de que el Efesé, el de siempre, sigue vivo. En Tercera, con 200 espectadores los domingos de partido, pero vivo y con recuerdos.

Se cumplen en este octubre 17 años de la caída del Efesé tradicional
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