2 de noviembre de 2009, 1:00
Cuando el vasco Unai Expósito, dorsal 23 del Cartagena, agarraba con seguridad el balón en el minuto 72 para disponerse a lanzar la falta desde una posición absolutamente alejada de la suya muchos aficionados se sorprendían. “¿A dónde va Expósito?” decían unos, “¿Es que la va a tirar –la falta- Unai?” `preguntaban otros.
El partido, en ese momento, estaba en un complicado 1-1 y Marcos Márquez, de Las Palmas, había tenido una buena ocasión unos minutos antes.
Junto a Expósito estaba Antonio Longás, un consumado lanzador de faltas al borde del área, tanto que el pasado jueves, al término del entrenamiento en la Hacienda El Álamo, llegó a sacar de quicio al buen meta albinegro como es Rubén. Pero Expósito también hizo varios goles. Y lo demostramos con una imagen, que ciertamente no esla mejor pero que demuestra lo ensayado que estaba la jugada.
Muchos, por tanto, pensaron que sería Longás y no Expósito, pero nada más lejos de la realidad. Unai llegó, habló con su compañero, colocó el balón y casi sin coger carrera, puso el balón justo en el mismo sitio que lo hacía el jueves por la mañana.
Todo un golazo pero también un tanto trabajado que premia el esfuerzo del ‘23’ albinegro, quien precisamente debutaba oficialmente en la Liga. Podemos decir que ese tanto, el que significaba el 2-1, se ‘fabricaba’ el jueves en la ‘factoria’ de Fuente Álamo. Vale más una imagen que mil palabras, la del entrenamiento y la de gol.
El partido, en ese momento, estaba en un complicado 1-1 y Marcos Márquez, de Las Palmas, había tenido una buena ocasión unos minutos antes.
Junto a Expósito estaba Antonio Longás, un consumado lanzador de faltas al borde del área, tanto que el pasado jueves, al término del entrenamiento en la Hacienda El Álamo, llegó a sacar de quicio al buen meta albinegro como es Rubén. Pero Expósito también hizo varios goles. Y lo demostramos con una imagen, que ciertamente no esla mejor pero que demuestra lo ensayado que estaba la jugada.
Muchos, por tanto, pensaron que sería Longás y no Expósito, pero nada más lejos de la realidad. Unai llegó, habló con su compañero, colocó el balón y casi sin coger carrera, puso el balón justo en el mismo sitio que lo hacía el jueves por la mañana.
Todo un golazo pero también un tanto trabajado que premia el esfuerzo del ‘23’ albinegro, quien precisamente debutaba oficialmente en la Liga. Podemos decir que ese tanto, el que significaba el 2-1, se ‘fabricaba’ el jueves en la ‘factoria’ de Fuente Álamo. Vale más una imagen que mil palabras, la del entrenamiento y la de gol.
