De nuevo bajas las aguas turbias en el Cartagena tras el batacazo que supuso caer en Melilla por 3-2 teas tirar a la basura una amplia ventaja de 0-2 y un 1-2 después, hasta el minuto 85. La decepción es lo que prima en la expedición del equipo pero también entre una afición que todavía tiene las imágenes del inocente penalti que Nico Abenza, lateral fichado procedente del Ontynent, provocó y con el que ganaría el Melilla en el minuto 90.
Este jugador se convirtió, desde ese momento, en el centro de casi todas las criticas ya que supuso el gol de la victoria loca cuando ya se daba por bueno el empate como mal menor. Y Abenza está, ahora mismo, en el ojo del huracán.
Los 21 partidos que lleva jugados, entre titular y suplente, en el Cartagena no han servido aún para coger la confianza necesaria ya que sus actuaciones han tenido más sombras que luces. Sin ir más lejos ante el La Hoya Lorca saltó al campo a sustituir a Segura en el minuto 65 y no mejoró la actuación del canterano, con una línea irregular que le han ido señalando durante la temporada.
Ahora llega este batacazo, un fallo grave que le ha supuesto convertirse en el centro de las críticas y que ya veremos las consecuencias que tiene. Ya hay quien se atreve a decir que Abenza lo tendrá difícil en el futuro para recuperar la confianza del preparador algareño. En cualquier caso también sería justo añadir que no se puede personalizar todas las culpas en este sólo jugador ya que la segunda mitad fue soporífera en cuanto a juego y a competitividad del equipo. Abenza estuvo mal, sí, pero no fue el único.
Manolo Palomeque no es de los que tiene pelos en la lengua y ya le dijo al propio Abenza tras el partido que cómo cometía esa falta, aunque Palomeque piensa seguir hablando con este y con el resto de futbolistas que bajaron de forma alarmante el buen juego que exhibieron antes del descanso.
Los tiempos que corren no son los mejores, ni para el Cartagena ni para Nico Abenza, inmerso en el ojo del huracán por ese 3-2 que, a decir verdad, nunca debió llegar.
