Musto y Mikel Rico, una de las parejas de mediocentros de mayor edad de la categoría, sino la que más, volvía a jugar junta por primera vez esta temporada. Si bien es cierto que la pasada liga fueron el ‘corazón’ del equipo en numerosas ocasiones con Luis Carrión, esta temporada aún no habían tenido la oportunidad de hacerlo; es más, en el caso del vasco el partido del domingo en Ferrol fue su segunda comparecencia en el once inicial albinegro.
La vuelta de Musto al equipo no sólo supuso más consistencia en el eje de la medular sino que además resultó decisiva a la hora de controlar al equipo gallego sobre todo en la segunda parte, en la que los de Julián Calero se vieron superados en todo momento.
Y es que las estadísticas de Musto hablan por sí solas: casi 12 kilómetros recorridos durante el encuentro, con ocho recuperaciones y cinco despejes.
La lástima es que esta buena actuación no le sirvió al equipo para haber sumado tres puntos que hubieran tenido su peso en oro y que se escaparon en el 92 con el tanto de los gallegos que suponía el definitivo empate a uno en el marcador.