viernes. 26.04.2024
Y si grande fue la entrada en el Cartagonova, por la fórmula de regalar una entrada a cada abonado, más grande fue la protesta, masiva desde luego, de los jugadores del Las Palmas cuando el colegiado extremeño López Acera señaló penalti ante la sorpresa de la mayoría. Se fue al punto maldito/bendito y Collantes se puso delante de la pelota. El pequeñín de la casa parecía estar seguro de lo que había que hacer en ese momento.

Los jugadores de Canarias se fueron corriendo en busca del auxiliar que por el pinganillo avisó al jefe arbitral del penalti sorpresa. Murmullos en las gradas. Ni el meta Reina, que estaba en la otra puerta, se enteró del asunto y fue un compañero de equipo el que le dijo: "Han señalado penalti". Todos se frotaban las manos. No digamos en las gradas el chorro de felicidad congelada que llegaba a falta de hacerse efectiva.

(Al principio el personal creía que ese penalti llegaba por gentileza de Espacio Mediterráneo, el emporio comercial del Polígono Beaza. Pero no fue regalo...Tampoco fue cosa de Decathlón).
¿Se habría vuelto majara el árbitro. No.

Las protestas de los amarillas, cercando al árbitro y a su ayudante de nada sirvieron, El sueño del gol número 10 en la Liga apareció, planeó por las gradas por unos segundos. Habría sido el 1-0 ante un Las Palmas sin chicha y sin limoná. Pero no.

Tiró el castigo Collantes y paró sin saber apenas lo que hacía Barbosa cuando se iba a lz izquierda. La pelota, por el centro, tropezó en el cuerpo del neta y se quedó a pocos centímetros de la línea de gol. No hubo suerte o no hubo acierto.

A todo esto, ¿no es Dimas el primer nominado para lanzar estos castigos? En los entrenamientos entran todos. Y con Víctor Fernández en el campo el seguro de penalti/gol habría surtido efecto.

A todo esto, ¿por qué no tiró el penalti Goiría? Es un decir.

Al principio parecía, con el penalti, que el árbitro había adelantado la fiesta de Reyes Magos, pero luego corrió como la pólvora la teoría de que fue el auxiliar chivato el que vio el agarrón de Javi Guerra en el área. Casi nadie se percató de ello. La 7RM estaba allí con sus cámaras y el equipo habitual.

Después del penalti marrado, la desesperación. La grada al borde del suicidio colectivo. Únicamente los optimistas dieron por bueno el empate, a condición de que se gane en Jerez de la Frontera, de donde era el Caballo Lucero, la Paquera y Lola Flores.

Javi López
, que entrenó al Xerez la pasada Liga, no tiene que hacer más que trasladar el gafe cartagenero al estadio Chapín, donde Tato espera sediento de venganza.

De todo lo anterior dio cuenta cumplida, en la voz de J.A. González Paredes. para Radio Unión / Sportcartagena, solo ante el peligro, por indisposición transitoria de Carlos Sánchez, 'Charly' para los amigos.

Protesta masiva por el penalti señalado
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