El FC Cartagena disputaba el pasado viernes ante el Real Zaragoza su quinto partido de pretemporada y pese a sumar su tercera derrota del verano (1-2), la gran preocupación del técnico Víctor Sánchez del Amo no era el resultado final.
Pese a que anteriormente los albinegros midieron sus fuerzas con el Birmingham inglés y con el Damac de Arabia (ambos saldados con derrota por la mínima, 1-2 y 0-1, respectivamente); con el Elche CF (con victoria por 1-0); y con el Águilas (empate a cero), la mayor preocupación del técnico madrileño se centra en los problemas físicos que están teniendo algunos de los futbolistas del centro de la defensa, y más concretamente, Kiko Olivas y Gonzalo Verdú. Ninguno de ellos pudo ser alineado frente al equipo aragonés por sendas lesiones y, para colmo, a los pocos minutos de comenzar la segunda parte del partido Alcalá era expulsado con roja directa tras dar una patada a un rival cuando el balón no estaba en juego, dejando a su equipo con diez y, sobre todo, con un centro de la zaga prácticamente ‘desnuda’.
La roja de Alcalá hizo reaccionar al preparador madrileño que enseguida retiró del terreno de juego a Juan Carlos Real para dar entrada a Musto, provocando que al final del encuentro los laterales Arnau Solá e Iván Calero acabaran ocupando los puestos de centrales.
Independientemente de este hecho, Víctor Sánchez del Amo reconoció que “aún nos queda mucho para llegar a donde queremos llegar” para admitir más tarde que desde que arrancó la pretemporada, y por diversas circunstancias el equipo no ha podido trabajar con una línea de tres centrales; variante que podría presentar en alguno de los partidos de Liga.
De igual modo, y a falta de trece días para que arranque la Liga en Segunda División (el FC Cartagena debutará el domingo 13 de agosto en casa frente al CD Eldense), la plantilla albinegra aún necesita muchos retoques.
Los fichajes de un guardameta; de un lateral derecho; posiblemente de un nuevo central; de un mediocentro; de dos extremos y de un delantero (siete futbolistas en total), se han convertido en la mayor obsesión tanto del entrenador como de los responsables de la parcela deportiva de la entidad, sobre todo porque durante la pretemporada ya ha quedado claro que el equipo sigue descompensado y con una urgencia extrema de reforzar una plantilla que pueda afrontar con garantías la dura y competitiva temporada que está a la vuelta de la esquina.