10 de abril de 2011, 2:00
El peor partido de la temporada lo normal es que cause la desolación propia y deje secuelas en equipo y afición. Se dice que esta liga es complicada, pero se demuestra todas las jornadas que no es un eufemismo; es la realidad y lo pueden certificar desde el Celta al Albacete, que ha sido capaz de empatar en Vallecas (3-3) un marcador en 3-0.
Las carencias del equipo de Juan Ignacio se vieron sobre el tapete ante los onubenses, como se percibieron en Los Cármenes. Una plantilla limitada en número de efectivos y recursos, cuando hace pocos meses todos creíamos era autosuficiente para aguantar el tirón, sufre la reiteración en unos errores que van minando las posibilidades. Hoy mismo lo mejor que tiene la entidad es el respaldo de la afición, que es crítica pero se contiene.
Una de las carencias es no disponer de un recambio con garantías de olvidar la ‘tochedependencia’. Los repuestos para cubrir la ausencia del ariete no cuajan. Y Riga tendrá que demostrar más de lo que ha demostrado este sábado para cuadrar en las expectativas creadas cuando fue fichado. Los refuerzos de invierno dan de cal y una de arena, como los dieron los llegados en el anterior ejercicio.
Todos o casi todos valoran la campaña, lo que se está haciendo en la competición porque con los recursos disponibles en lo económico es difícil hacer milagros. Ahora ha llegado la derrota decimotercera . Recuerdo que al carismático Víctor le molestó cuando se produjo la undécima que se destacase esta circunstancia por la prensa y así lo dijo en un encuentro con los medios de comunicación. Había que apoyar más, refrescó memorias el dorsal 21 de los albinegros, pero no es cuestión de que se apoye más sino de que la agilidad mental y física del equipo se recupere.
Los reflejos de la línea de defensa normalmente no son ahora los adecuados. En la espinosa salida a Alcorcón fue una excepción, con ayuda de la suerte, pero el Cartagena vuelve a ser peligrosamente el equipo que se ve desbordado por la serie de jugadas de pizarra diseñadas por los equipos contrarios. Cualquier falta lateral, cualquier saque de esquina causa inestabilidad y acaba mal para Casilla . Hubo excepciones como los cuatro partidos anteriores en casa, pero se volvió por las andadas. Falta de concentración o escaso estudio de los recursos que utiliza el adversario y que a estas alturas de las técnicas ya conocen hasta en los parvularios.
Hay demasiado estatismo en los defensores y el Mariscal Pascal Cygan es triste decir está ya viviendo de unas rentas sin que se encuentre en su mejor momento de forma, por poner un ejemplo aplicable a otros compañeros. Son cosas que no se pueden ni se deben silenciar, al igual que el bajón experimentado por Mariano, o por Antonio Longás , y las desapariciones de José Carlos , que no es ni la sombra del futbolista al que vimos actuar en Primera con el Sevilla. La irregularidad y salidas de pata de banco de Botelho, convertido en un Curro Romero, capaz de las peores tardes y de las mejores, tiene peso en el conjunto.
El preparador Juan Ignacio hace buenas propuestas pero no le salen las cosas. A veces es lento en la reacción, en unas decisiones acierta y en otras todo lo contrario, lo normal en cualquier trabajo; y, como es habitual, a veces da sensación de dar trato preferencial a unos y mantener en el olvido a otros. Voy a dejar aparcado, para no incordiar, el vidrioso tema de Maldonado y Jordi Pablo , quienes llevan camino de perderse toda la campaña.
Con todo lo negro que se ve todo en este momento, un par de buenos resultados cambiarían el decorado, pero ¿cuál es la fórmula? Coherencia y lucha. El Albacete ha sumado 4 puntos en dos semanas y no arroja la toalla, valga el símil, aunque parecía condenado. La posición del Cartagena aún es de privilegio; sería un desatino caer en la desmoralización y continuar con el regalo de puntos. La faceta de psicólogo der JIM tiene la palabra y son los jugadores los que deben implicarse y no salir a pasearse como parece hacen algunos.
Para que se obre la recuperación del Cartagena como equipo que dispone de 27 puntos para intentar un triple salto mortal que sería plantarse en el play off, resulta imprescindible un lavado cerebral urgente, el aumento de la autoestima y elementalmente que el entrenador vaya a lo práctico y utilice a los que física y mentalmente estén mejor para jugar. Sería lamentable que se arrojase la toalla cuando hay muchas posibilidades de clasificación, si se hacen las cosas bien y se aprovechan los enfrentamientos con rivales directos. Pongo por ejemplo un Cartagena-Valladolid, el día 23, del que pueden saltar chispas.
Ni siquiera insinúo que ahora debe ser relevado el entrenador propio porque dudo sea lo más eficaz para el desarrollo de una reacción que se impone y que podría llegar desde la propia responsabilidad, con la corrección de errores voluminosos, en los que no solo el técnico tiene la culpa principal. Hay demasiados futbolistas que están pensando en las musarañas y tienen su parte cuota de responsabilidad.
Corríjase ya el socavón del balón parado, causa de la pérdida de muchísimos puntos. Una sangría. Es primordial.
En Twitter: @guillermoxim
Las carencias del equipo de Juan Ignacio se vieron sobre el tapete ante los onubenses, como se percibieron en Los Cármenes. Una plantilla limitada en número de efectivos y recursos, cuando hace pocos meses todos creíamos era autosuficiente para aguantar el tirón, sufre la reiteración en unos errores que van minando las posibilidades. Hoy mismo lo mejor que tiene la entidad es el respaldo de la afición, que es crítica pero se contiene.
Una de las carencias es no disponer de un recambio con garantías de olvidar la ‘tochedependencia’. Los repuestos para cubrir la ausencia del ariete no cuajan. Y Riga tendrá que demostrar más de lo que ha demostrado este sábado para cuadrar en las expectativas creadas cuando fue fichado. Los refuerzos de invierno dan de cal y una de arena, como los dieron los llegados en el anterior ejercicio.
Todos o casi todos valoran la campaña, lo que se está haciendo en la competición porque con los recursos disponibles en lo económico es difícil hacer milagros. Ahora ha llegado la derrota decimotercera . Recuerdo que al carismático Víctor le molestó cuando se produjo la undécima que se destacase esta circunstancia por la prensa y así lo dijo en un encuentro con los medios de comunicación. Había que apoyar más, refrescó memorias el dorsal 21 de los albinegros, pero no es cuestión de que se apoye más sino de que la agilidad mental y física del equipo se recupere.
Los reflejos de la línea de defensa normalmente no son ahora los adecuados. En la espinosa salida a Alcorcón fue una excepción, con ayuda de la suerte, pero el Cartagena vuelve a ser peligrosamente el equipo que se ve desbordado por la serie de jugadas de pizarra diseñadas por los equipos contrarios. Cualquier falta lateral, cualquier saque de esquina causa inestabilidad y acaba mal para Casilla . Hubo excepciones como los cuatro partidos anteriores en casa, pero se volvió por las andadas. Falta de concentración o escaso estudio de los recursos que utiliza el adversario y que a estas alturas de las técnicas ya conocen hasta en los parvularios.
Hay demasiado estatismo en los defensores y el Mariscal Pascal Cygan es triste decir está ya viviendo de unas rentas sin que se encuentre en su mejor momento de forma, por poner un ejemplo aplicable a otros compañeros. Son cosas que no se pueden ni se deben silenciar, al igual que el bajón experimentado por Mariano, o por Antonio Longás , y las desapariciones de José Carlos , que no es ni la sombra del futbolista al que vimos actuar en Primera con el Sevilla. La irregularidad y salidas de pata de banco de Botelho, convertido en un Curro Romero, capaz de las peores tardes y de las mejores, tiene peso en el conjunto.
El preparador Juan Ignacio hace buenas propuestas pero no le salen las cosas. A veces es lento en la reacción, en unas decisiones acierta y en otras todo lo contrario, lo normal en cualquier trabajo; y, como es habitual, a veces da sensación de dar trato preferencial a unos y mantener en el olvido a otros. Voy a dejar aparcado, para no incordiar, el vidrioso tema de Maldonado y Jordi Pablo , quienes llevan camino de perderse toda la campaña.
Con todo lo negro que se ve todo en este momento, un par de buenos resultados cambiarían el decorado, pero ¿cuál es la fórmula? Coherencia y lucha. El Albacete ha sumado 4 puntos en dos semanas y no arroja la toalla, valga el símil, aunque parecía condenado. La posición del Cartagena aún es de privilegio; sería un desatino caer en la desmoralización y continuar con el regalo de puntos. La faceta de psicólogo der JIM tiene la palabra y son los jugadores los que deben implicarse y no salir a pasearse como parece hacen algunos.
Para que se obre la recuperación del Cartagena como equipo que dispone de 27 puntos para intentar un triple salto mortal que sería plantarse en el play off, resulta imprescindible un lavado cerebral urgente, el aumento de la autoestima y elementalmente que el entrenador vaya a lo práctico y utilice a los que física y mentalmente estén mejor para jugar. Sería lamentable que se arrojase la toalla cuando hay muchas posibilidades de clasificación, si se hacen las cosas bien y se aprovechan los enfrentamientos con rivales directos. Pongo por ejemplo un Cartagena-Valladolid, el día 23, del que pueden saltar chispas.
Ni siquiera insinúo que ahora debe ser relevado el entrenador propio porque dudo sea lo más eficaz para el desarrollo de una reacción que se impone y que podría llegar desde la propia responsabilidad, con la corrección de errores voluminosos, en los que no solo el técnico tiene la culpa principal. Hay demasiados futbolistas que están pensando en las musarañas y tienen su parte cuota de responsabilidad.
Corríjase ya el socavón del balón parado, causa de la pérdida de muchísimos puntos. Una sangría. Es primordial.
En Twitter: @guillermoxim
