24 de mayo de 2011, 2:00
Y lo hago, en el momento más difícil, cuando las cosas se han puesto más feas y delicadas para el equipo y requiere de una mayor generosidad por parte de todos. De ahí nuestra valentía, porque lo que me gustaría básicamente es mostrar mi reconocimiento y gratitud al maestro, que ha orquestado los dos mejores años de fútbol profesional y creado una nueva efesemanía en la ciudad que estaba olvidada.
Al maestro, que nos convirtió en el equipo revelación y nos puso en el mapa futbolístico. Al maestro, que logró el milagro de unir a miles de cartageneros en torno a un equipo que lleno cientos de páginas de prensa, programas especiales de radio y televisión en todo nuestro país consiguiendo ser la envidia del resto de equipos. A ese maestro, que ha trasladado la imagen de un Cartagena fuerte, que cuando se juega frente nosotros nos consideran de los equipos más importantes de la categoría y en “sólo dos años”. Al maestro, que sufre en silencio y no cuenta lo que el resto de la afición desconoce, y es la precaria estructura profesional de este club con más corazón que técnica.
A él, al Mister Juan Ignacio, y al resto de jugadores, que en estas dos temporadas nos han hecho VIVIR con mayúsculas, la pasión y la locura desenfrenada del fútbol en una categoría en la que lo normar es sufrir como lo hemos hecho en las últimas semanas. Por dios, que poca memoria tenemos, y que poco valoramos lo que hemos vivido y gozado. Si no valoramos lo bueno que tenemos y hemos conseguido entre todos será imposible ser felices y disfrutar de los buenos momentos. Como todo en la vida hay una cara A y B del disco. ¿Usted con cual se queda? Yo lo tengo claro y por eso grito:
GRACIAS A TODOS. GRACIAS, JUAN IGNACIO.
Pienso durante estos días que debemos darle las gracias por todo. Que deben salir por la puerta GRANDE, por la puerta más GRANDE del municipal Cartagonova, si es que finalmente los destinos de Paco Gómez y Juan Ignacio son incompatibles. Creo que corresponde ahora, en el peor momento, acercarnos a ellos con un gesto humano y cariñoso, que diría mucho de nuestra afición. Nada menos, que de esa afición 10, que ha recorrido España con este equipo y éste entrenador. Es esa afición que han envidiado todos los entrenadores que han paso por nuestro estadio y han comprobado como nuestro equipo perdía y le aplaudíamos hasta el final.
A esa afición encomiendo mi artículo, no a la otra. Conociendo que todos somos pasionales y agradecidos, y por eso mismo, tenemos que corresponder con aquellos que hicieron algo por nosotros en el campo. Nos hicieron soñar, disfrutar y que los fines de semana no hubiera otra cosa más importante para niños y mayores que nuestro Efesé.
Por los que han defendido el nombre y el escudo de Cartagena y han logrado ese pequeño milagro de unirnos a todos en torno a unos colores. Que mejor motivo que recordárselo con un gesto esta semana en el último partido en casa como despedida de la temporada.
Quisiera recordar un proverbio que dice que “ El que da, no debe volver a acordarse; pero el que recibe nunca debe olvidar." La afición de Cartagena no debe olvidar todo lo que hemos recibido y disfrutado y como nos han hecho sentir: grandes, muy grandes, tal vez más grandes de lo que realmente somos en este juego.
Tal vez con el paso del tiempo, que lamentablemente es lo que suele ocurrir, valoremos en su justa medida lo que ha supuesto esta efesemanía. Una pasión desmedida que nos volvió locos hasta el punto de perder la cabeza y no reconocer, una parte de la grada, una victoria lograda en casa, por ejemplo. Creo que todo eso se debe a nuestra pasión infinita que nos desborda a todos y a lo poco preparados o acostumbrados que estamos para sufrir en las gradas.
Este es el problema de probar el caviar en el primer año, y considerar que la excepcional campaña que hicimos es nuestro signo y lo más normal en esta división traicionera. Pues no, querido amigo, lo normal con nuestro presupuesto es lo que hemos hecho y gracias. Claro está que debemos entender que nuestras pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes como en las últimas semanas y lo digo por nuestro presidente.
El hombre empuja a veces con tanta fuerza por la boca que provoca huracanes. No le faltará razón porque pone la pasta y debe y puede exigir, pero las formas son a veces tan importantes como el fondo sin faltarle argumentos. Cosa esta que ya no extraña ni sorprende a nadie.
De tal forma, como en todo análisis de este tipo, nos tenemos que quedar con lo global y no con los detalles negativos, que los ha habido y muchos, esos son para olvidar y tirar a la basura. Porque lo que realmente debemos saborear son esas victorias inolvidables a los grandes, y por supuesto, el repaso que les dimos a nuestros vecinos que quedará marcado en la retina para la historia con desplazamientos masivos de aficionados. Para esto, les propongo que hagan el ejercicio de repasar y volver a vivir en youtube esos videos inmortales y verán como compartirán de alguna forma esta propuesta que les lanzo:
REGALAR A NUESTRO EQUIPO 60 SEGUNDOS DE APLAUSOS PUESTOS EN PIE TODO EL ESTADIO DESDE EL PRIMER MINUTO DE JUEGO.
Todo esto que comparto con ustedes es un acto de fe, de grandeza, y lo hago, después de perder nuestro Cartagena el último billete para la promoción. Billete que se había puesto muy caro en las actuales circunstancias, pero eso ya estaba descontado. Lo importante es que hemos conseguido mucho antes de lo previsto nuestro primer objetivo, o acaso se nos olvida, el mantenerse un año más, y van tres en la LFP. Miren ustedes para abajo la tabla y da vértigo ver que equipos han caído. Por eso, les invito a mirar ya al futuro, ser elegantes, y muy generosos en nuestro agradecimiento a todo lo logrado hasta ahora para mirar el futuro con optimismo. El próximo partido démosle el aplauso por estos dos años inolvidables. Seamos generosos y pasemos página…el fútbol lo será con nosotros.
Al maestro, que nos convirtió en el equipo revelación y nos puso en el mapa futbolístico. Al maestro, que logró el milagro de unir a miles de cartageneros en torno a un equipo que lleno cientos de páginas de prensa, programas especiales de radio y televisión en todo nuestro país consiguiendo ser la envidia del resto de equipos. A ese maestro, que ha trasladado la imagen de un Cartagena fuerte, que cuando se juega frente nosotros nos consideran de los equipos más importantes de la categoría y en “sólo dos años”. Al maestro, que sufre en silencio y no cuenta lo que el resto de la afición desconoce, y es la precaria estructura profesional de este club con más corazón que técnica.
A él, al Mister Juan Ignacio, y al resto de jugadores, que en estas dos temporadas nos han hecho VIVIR con mayúsculas, la pasión y la locura desenfrenada del fútbol en una categoría en la que lo normar es sufrir como lo hemos hecho en las últimas semanas. Por dios, que poca memoria tenemos, y que poco valoramos lo que hemos vivido y gozado. Si no valoramos lo bueno que tenemos y hemos conseguido entre todos será imposible ser felices y disfrutar de los buenos momentos. Como todo en la vida hay una cara A y B del disco. ¿Usted con cual se queda? Yo lo tengo claro y por eso grito:
GRACIAS A TODOS. GRACIAS, JUAN IGNACIO.
Pienso durante estos días que debemos darle las gracias por todo. Que deben salir por la puerta GRANDE, por la puerta más GRANDE del municipal Cartagonova, si es que finalmente los destinos de Paco Gómez y Juan Ignacio son incompatibles. Creo que corresponde ahora, en el peor momento, acercarnos a ellos con un gesto humano y cariñoso, que diría mucho de nuestra afición. Nada menos, que de esa afición 10, que ha recorrido España con este equipo y éste entrenador. Es esa afición que han envidiado todos los entrenadores que han paso por nuestro estadio y han comprobado como nuestro equipo perdía y le aplaudíamos hasta el final.
A esa afición encomiendo mi artículo, no a la otra. Conociendo que todos somos pasionales y agradecidos, y por eso mismo, tenemos que corresponder con aquellos que hicieron algo por nosotros en el campo. Nos hicieron soñar, disfrutar y que los fines de semana no hubiera otra cosa más importante para niños y mayores que nuestro Efesé.
Por los que han defendido el nombre y el escudo de Cartagena y han logrado ese pequeño milagro de unirnos a todos en torno a unos colores. Que mejor motivo que recordárselo con un gesto esta semana en el último partido en casa como despedida de la temporada.
Quisiera recordar un proverbio que dice que “ El que da, no debe volver a acordarse; pero el que recibe nunca debe olvidar." La afición de Cartagena no debe olvidar todo lo que hemos recibido y disfrutado y como nos han hecho sentir: grandes, muy grandes, tal vez más grandes de lo que realmente somos en este juego.
Tal vez con el paso del tiempo, que lamentablemente es lo que suele ocurrir, valoremos en su justa medida lo que ha supuesto esta efesemanía. Una pasión desmedida que nos volvió locos hasta el punto de perder la cabeza y no reconocer, una parte de la grada, una victoria lograda en casa, por ejemplo. Creo que todo eso se debe a nuestra pasión infinita que nos desborda a todos y a lo poco preparados o acostumbrados que estamos para sufrir en las gradas.
Este es el problema de probar el caviar en el primer año, y considerar que la excepcional campaña que hicimos es nuestro signo y lo más normal en esta división traicionera. Pues no, querido amigo, lo normal con nuestro presupuesto es lo que hemos hecho y gracias. Claro está que debemos entender que nuestras pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes como en las últimas semanas y lo digo por nuestro presidente.
El hombre empuja a veces con tanta fuerza por la boca que provoca huracanes. No le faltará razón porque pone la pasta y debe y puede exigir, pero las formas son a veces tan importantes como el fondo sin faltarle argumentos. Cosa esta que ya no extraña ni sorprende a nadie.
De tal forma, como en todo análisis de este tipo, nos tenemos que quedar con lo global y no con los detalles negativos, que los ha habido y muchos, esos son para olvidar y tirar a la basura. Porque lo que realmente debemos saborear son esas victorias inolvidables a los grandes, y por supuesto, el repaso que les dimos a nuestros vecinos que quedará marcado en la retina para la historia con desplazamientos masivos de aficionados. Para esto, les propongo que hagan el ejercicio de repasar y volver a vivir en youtube esos videos inmortales y verán como compartirán de alguna forma esta propuesta que les lanzo:
REGALAR A NUESTRO EQUIPO 60 SEGUNDOS DE APLAUSOS PUESTOS EN PIE TODO EL ESTADIO DESDE EL PRIMER MINUTO DE JUEGO.
Todo esto que comparto con ustedes es un acto de fe, de grandeza, y lo hago, después de perder nuestro Cartagena el último billete para la promoción. Billete que se había puesto muy caro en las actuales circunstancias, pero eso ya estaba descontado. Lo importante es que hemos conseguido mucho antes de lo previsto nuestro primer objetivo, o acaso se nos olvida, el mantenerse un año más, y van tres en la LFP. Miren ustedes para abajo la tabla y da vértigo ver que equipos han caído. Por eso, les invito a mirar ya al futuro, ser elegantes, y muy generosos en nuestro agradecimiento a todo lo logrado hasta ahora para mirar el futuro con optimismo. El próximo partido démosle el aplauso por estos dos años inolvidables. Seamos generosos y pasemos página…el fútbol lo será con nosotros.
