15 de noviembre de 2009, 1:00
Unos seguidores que viven en plena euforia, en una nube, este sueño de ver al equipo blanquinegro por encima de otros conjuntos con muy superiores presupuestos y con mayor historial. Buena muestra de todo esto es, como diría Jesulín de Ubrique, la im-presionante caravana que marchó a presenciar en directo el derbi contra el Murcia, ya parte importantísima en la historia del club. Ni el más optimista -yo mismo no creía que se alcanzaría esa cifra- podía pensar hace apenas unos meses que el Cartagena iba a contar con 8.000 seguidores fuera de casa, máxime cuando en 2ªB era difícil llegar a la mitad de esa cifra en nuestro propio campo.
Porque la afición del Cartagena está "in crescendo", creciendo domingo a domingo a medida que el equipo va haciendo historia. Pero, aclarado este punto y puesto en su lugar (como hago siempre con los puntos y las comas) quisiera hacer una reflexión, o quizás mejor una petición, que espero no moleste a ninguno de los aficionados que se han incorporado este año al proyecto y que, como ya dije en un comentario a un artículo de este medio de comunicación, se están portando como el conjunto de Juan Ignacio, como auténticos campeones, con alguna excepción como la del tipo del láser contra Las Palmas. Dicha petición es que si llegan las vacas flacas, los malos resultados y, sobre todo, si no se consigue el ascenso, que no era, ni sigue siendo, nuestro objetivo prioritario, sigan comportándose como hasta ahora, acudiendo cada 15 días al recinto de la Rambla de Benipila para apoyar a muerte a nuestro equipo y que así podamos disfrutar siempre del espectáculo que supone un buen partido de fútbol.
Y es que servidor, con muchos años de seguidor del Cartagena a las espaldas -lo que más que un mérito supone que ya voy cumpliendo demasiados-, ve mucha euforia entre los más jóvenes aficionados. Esto es algo normal y, por poner un ejemplo, lo haré con mi hijo, que en diciembre cumplirá doce años y que no para de hablar de ascenso, vive intensamente la "efesemanía" y anda muy ilusionado. Y es que, comparado conmigo cuando tenía su edad, él está viviendo la experiencia de un Cartagena que podría hacer historia ascendiendo a primera y yo, con los años que él tiene ahora, viví un Efesé que llegó a descender a Regional Preferente.
Una euforia que miles de chicos jóvenes comparten y que da gusto verla traducida, como el domingo, en coches desde donde se agitaban bufandas y banderas, con chavales de poca edad luciendo la elástica blanquinegra con gran orgullo. Algo que, hasta hace poco, tan sólo veíamos cuando se producían triunfos del Madrid o del Barcelona.
Sin embargo, lo que yo quiero pedir a esta afición, como comentaba antes, es que no "muera de éxito", que si no se produce el ascenso, que si el año próximo seguimos en 2ªA y los resultados no son como los de éste, que no se desanimen, que no dejen de acudir al estadio. Porque el apoyo de la afición es fundamental para lograr los objetivos deportivos. Buen ejemplo de ello son el Cádiz y el Oviedo. El primero, en 2ªB tras haber pasado varias veces por la máxima categoría, congregaba cada domingo, como mínimo, unos 11.000 espectadores, casi el triple de los que acudían al Estadio Municipal. Por su parte, el Oviedo, el año pasado llegó a contar, en 3ª División, con 18.000 espectadores en sus gradas.
Esto demuestra que, como decía al principio, una de las claves del éxito de este año es la comunión entre equipo y afición, y esto no debe ser flor de un día, de una buena temporada, sino convertirse en algo ya definitivo en el fútbol cartagenero. Así, seguro, algún día, quizás este mismo año, llegarán los grandes éxitos que todos deseamos.
Porque la afición del Cartagena está "in crescendo", creciendo domingo a domingo a medida que el equipo va haciendo historia. Pero, aclarado este punto y puesto en su lugar (como hago siempre con los puntos y las comas) quisiera hacer una reflexión, o quizás mejor una petición, que espero no moleste a ninguno de los aficionados que se han incorporado este año al proyecto y que, como ya dije en un comentario a un artículo de este medio de comunicación, se están portando como el conjunto de Juan Ignacio, como auténticos campeones, con alguna excepción como la del tipo del láser contra Las Palmas. Dicha petición es que si llegan las vacas flacas, los malos resultados y, sobre todo, si no se consigue el ascenso, que no era, ni sigue siendo, nuestro objetivo prioritario, sigan comportándose como hasta ahora, acudiendo cada 15 días al recinto de la Rambla de Benipila para apoyar a muerte a nuestro equipo y que así podamos disfrutar siempre del espectáculo que supone un buen partido de fútbol.
Y es que servidor, con muchos años de seguidor del Cartagena a las espaldas -lo que más que un mérito supone que ya voy cumpliendo demasiados-, ve mucha euforia entre los más jóvenes aficionados. Esto es algo normal y, por poner un ejemplo, lo haré con mi hijo, que en diciembre cumplirá doce años y que no para de hablar de ascenso, vive intensamente la "efesemanía" y anda muy ilusionado. Y es que, comparado conmigo cuando tenía su edad, él está viviendo la experiencia de un Cartagena que podría hacer historia ascendiendo a primera y yo, con los años que él tiene ahora, viví un Efesé que llegó a descender a Regional Preferente.
Una euforia que miles de chicos jóvenes comparten y que da gusto verla traducida, como el domingo, en coches desde donde se agitaban bufandas y banderas, con chavales de poca edad luciendo la elástica blanquinegra con gran orgullo. Algo que, hasta hace poco, tan sólo veíamos cuando se producían triunfos del Madrid o del Barcelona.
Sin embargo, lo que yo quiero pedir a esta afición, como comentaba antes, es que no "muera de éxito", que si no se produce el ascenso, que si el año próximo seguimos en 2ªA y los resultados no son como los de éste, que no se desanimen, que no dejen de acudir al estadio. Porque el apoyo de la afición es fundamental para lograr los objetivos deportivos. Buen ejemplo de ello son el Cádiz y el Oviedo. El primero, en 2ªB tras haber pasado varias veces por la máxima categoría, congregaba cada domingo, como mínimo, unos 11.000 espectadores, casi el triple de los que acudían al Estadio Municipal. Por su parte, el Oviedo, el año pasado llegó a contar, en 3ª División, con 18.000 espectadores en sus gradas.
Esto demuestra que, como decía al principio, una de las claves del éxito de este año es la comunión entre equipo y afición, y esto no debe ser flor de un día, de una buena temporada, sino convertirse en algo ya definitivo en el fútbol cartagenero. Así, seguro, algún día, quizás este mismo año, llegarán los grandes éxitos que todos deseamos.
