23 de abril de 2015, 10:51
Todo va a depender de lo que el equipo, este FC Cartagena zarandeado toda la temporada por los vendavales de la incoherencia del alucinante proyecto de Sporto, haga en los partidos que quedan de Liga, lo que no deja de ser lo más normal del mundo. Pero ha surgido Paco Belmonte, nombre de torero que podría convertirse andando los años en un Quique Pina-2, y su grupo madrileño de entrada da un paso adelante con condiciones y yo veo claramente que han echado por el atajo para evitar que, dando rodeos, puedan llegar fuera de tiempo y se hunda el 'tocado' cascarón, más que barco, de los albinegros.
Lo siento, pero debo decir y digo que a diferencia de que los impenetrables misterios de Sporto, disfrazados o maquillados desde el principio por el ilicitano Paco López , desaparecido en combate, y por Cristina Bustillo hasta el final de la estancia de ambos en el club -"Roma no paga a traidores", pues las dos personas fueron después despedidas de club sin compasión, como lo han sido Pedro Reverte, Pedro Arango, José Teso,Yolanda y algún otro empleado hasta dejar el cuadro laboral en mantillas- el grupo de Belmonte aterriza con las cartas boca arriba en el estadio Cartagonova, intuyo, y no se anda con esos rodeos e incógnitas a los que nos obligó a estar acostumbrados la pareja de Javieres (Marco y Martínez), campeones del esperpento.
Esto que escribo no es un cheque en blanco a favor de los futuros compradores de Madrid conducidos por un dinámico Paco Belmonte, con el que nunca me he tomado un café, sino que desde lejos ya se percibe la intención de hacerse abiertamente con una plaza futbolística aún por explotar debidamente. Llevada de aquella manera por Paco Gómez 'El Paloma' en una larga década y a punto de ser hundida por Sporto.
Hay que aplaudir la solidaridad y valentía del grupo empresarial local capitaneado por el cartagenero Isidoro, ex jugador en la Segunda del Cartagena en los años 1982-83, con ayuda de la Plataforma Salvemos al Cartagena y la Federación de Peñas, porque la lidia de este toro no era sencilla, y no queda otra que confiar en que se va a consumar la apertura de una nueva etapa en el tantas veces maltratado fútbol de Cartagena, resquebrajado por movimientos sísmicos con epicentros en el empresario de Jacarilla, anteriormente en Luis Oliver y ahora en Sporto.
Al menos va a entrar gente que sabe de qué va la cosa del balón redondo y que no desconoce que no hace mucho tiempo Cartagena dio casi 9.000 abonados en la Liga Adelante y que rozó el ascenso a Primera División. Recuperar la ilusión en los aficionados no será demasiado difícil cuando se vea que al timón del reflotado barco van personas coherentes que van a cometer errores, como humanos, pero los justos.
