viernes. 26.04.2024
Andrés Hernández Martínez | Escritor

Bienaventurados los hipócritas

Fuera de juegos de palabras y sopas de letras, con o sin “h”, fuera de hipocresías y palabras rancias, fuera de envidias irreales y prepotencias fatuas, fuera de lo ruin del ser humano, que no es poco, esperemos que el padre Turpín vuelva a rescatar este año la sinceridad, la...
Fuera de juegos de palabras y sopas de letras, con o sin “h”, fuera de hipocresías y palabras rancias, fuera de envidias irreales y prepotencias fatuas, fuera de lo ruin del ser humano, que no es poco, esperemos que el padre Turpín vuelva a rescatar este año la sinceridad, la simpleza, la naturalidad de espíritu y sobre todo la beligerante solidaridad y piedad de la moral, de la frágil ética basada en un sentimiento noble, en una más que afición que convulsa a toda una ciudad y así echamos de menos a un padre franciscano, seguidor incondicional de su líder y fundador, curas revolucionarios de vestiduras talares marrones que han transformado la acritud del lado posiblemente más oscuro con su singular esfuerzo y ejemplo, la amistad y la confianza en un Club.

El año pasado fue un revulsivo para la campaña, fue un talismán para un deporte que en las más altas esferas se ha situado en el exceso y la desproporción económica y socio-deportiva y un año después, no olvidemos que esto es un negocio, y cuando llega la campaña de socios, se acentúa esa desproporción, este año no se convertirá, otra vez sin querer, que no “sin querer queriendo” en otro reo de la estupidez, ni será ajusticiado mediáticamente por la envidia, la soberbia, la avaricia y por la ira que estos pecados mortales deriva, vivir unos colores intensamente, este año son mareas blanquinegras las que se someten a ese juicio que ha comenzado, malo cuando la polémica se traslada a la propia economía de la campaña, malo cuando se deja entrever dudas sobre los jugadores, precisamente aquellos que se han ganado la confianza del aficionado, ahora está fuera de sitio ciertas declaraciones, no quiero pensar que la mediocridad se instale en el Cartagena, no se lo merece y sus aficionados tampoco.

Todos tenemos dudas sobre los últimos partidos, incluso hasta las políticas influyentes, todos tenemos dudas de la actuación general, desde el Presidente hasta algún jugador pasando por el entrenador, dudas…, pero no nos olvidemos, esto es un negocio amparado en el ansia de un noble, deportivo e ilusionado sentimiento. Como escribía hace tiempo, quiero encontrarme este año otra vez con padres “Turpínes” que me enseñen a expresarme y a escribir, con el corazón y los sentido.

Quiero encontrarme a tantos trabajadores anónimos que cumplen una misión trascendental y escondida, y quiero encontrarme a mis amigos, claro, a los que me critican y a los que me premian, sobre todo a los primeros, pero no quiero ver a una reata de tramoyistas, judas del siglo XXI, que anidan en el estereotipo de la hipocresía, fariseos de sotanas aterciopeladas y plumas voraces que se aprovechen de ese sentimiento, aunque ellos también sean bienaventurados, como los pobres de espíritu, se ha desmembrado el quinto mejor equipo de la 2ª División, y no hay quinto malo, se acertará o no….

Así que vuelvan a ser bienaventurados los que creen y sigamos siendo la “ostia” este año, que viva la madre que nos parió, el…., que nos bendijo y el cura que nos bautizó…, y además con las botas de color blanco y rojo, por el puntapié…, que gozo, Dios existe y es justo y además es bueno….

Bienaventurados los hipócritas
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