19 de abril de 2011, 2:00
'El Dorado' llegó a ser un 'Reino' que pasó a la historia por la ambición, por el egoismo y por la inconformidad de sus conquistadores. Pero sobre todo, y por encima de todo, por el deseo de alcanzar el éxito. Un éxito que hoy día se reparten demasiados aspirantes, los mismos que con escasa conformidad no dan valor a lo que tienen. ¿O tal vez sí?
Y siendo así, que alguien me explique quién no hubiera firmado al principio de Liga que a falta de ocho partidos para el final del campeonato el Cartagena tendría la permanencia prácticamente asegurada; que el Cartagena estaría peleando por el play off de ascenso a Primera División; que el Cartagena no fuera protagonista a nivel nacional por sus impagos y problemas extradeportivos (como el Rayo, Celta, Betis, Salamanca, etc.); que el Cartagena fuera un ejemplo de afición tanto en casa como fuera... y que, al fin y al cabo, que el Cartagena, y en el Cartagena, los únicos 'peros' hayan sido las lesiones de uno, las tarjetas del otro, los cambios de uno y los goles del otro.
Y, sinceramente, ¿a mí qué más me da? ¿Qué me importa una cosa u otra? ¿Qué me importa si al final lo hacemos bien o mal? ¿Qué me importan las críticas o los elogios? A mí, lo que de verdad me importa es que el año que viene vamos a seguir en Segunda; que vamos a seguir viajando a campos y ciudades de 'Primera'; que vamos a sacar decenas de autocares cargados de ilusión con aficionados dispuestos a dejarse la piel por sus colores; que vamos a esperar cada quince días para que los nuestros ganen en el Cartagonova, y que vamos a hacerlo con orgullo, con honor, con sensatez y con coherencia.
Y nosotros iremos a grandes estadios mientras otros, muy a su pesar y tras haber competido en lo más alto del fútbol español no hace tanto tiempo (Tenerife, Salamanca o Albacete, por citar algunos ejemplos), podrían pasearse por las miserias de la Segunda División B.
Por eso, y porque aún sigo teniendo fe ciega en este equipo (creo sinceramente que vamos a jugar el play off de ascenso), ahora es momento de vivir nuestro particular 'El Dorado'.
Y siendo así, que alguien me explique quién no hubiera firmado al principio de Liga que a falta de ocho partidos para el final del campeonato el Cartagena tendría la permanencia prácticamente asegurada; que el Cartagena estaría peleando por el play off de ascenso a Primera División; que el Cartagena no fuera protagonista a nivel nacional por sus impagos y problemas extradeportivos (como el Rayo, Celta, Betis, Salamanca, etc.); que el Cartagena fuera un ejemplo de afición tanto en casa como fuera... y que, al fin y al cabo, que el Cartagena, y en el Cartagena, los únicos 'peros' hayan sido las lesiones de uno, las tarjetas del otro, los cambios de uno y los goles del otro.
Y, sinceramente, ¿a mí qué más me da? ¿Qué me importa una cosa u otra? ¿Qué me importa si al final lo hacemos bien o mal? ¿Qué me importan las críticas o los elogios? A mí, lo que de verdad me importa es que el año que viene vamos a seguir en Segunda; que vamos a seguir viajando a campos y ciudades de 'Primera'; que vamos a sacar decenas de autocares cargados de ilusión con aficionados dispuestos a dejarse la piel por sus colores; que vamos a esperar cada quince días para que los nuestros ganen en el Cartagonova, y que vamos a hacerlo con orgullo, con honor, con sensatez y con coherencia.
Y nosotros iremos a grandes estadios mientras otros, muy a su pesar y tras haber competido en lo más alto del fútbol español no hace tanto tiempo (Tenerife, Salamanca o Albacete, por citar algunos ejemplos), podrían pasearse por las miserias de la Segunda División B.
Por eso, y porque aún sigo teniendo fe ciega en este equipo (creo sinceramente que vamos a jugar el play off de ascenso), ahora es momento de vivir nuestro particular 'El Dorado'.
