1 de octubre de 2013, 22:00
Cuando algunos descubrimos a Sergio Jiménez y veíamos su meteórica evolución sólo era cuestión de pronosticar cuándo acabaría jugando en el primer equipo como un firme valor. La pasada campaña ya fue un valor decisivo en el ascenso de su equipo a Tercera, Pacheta se dio cuenta y lo puso en valor con el primer equipo aunque sin atreverse de forma decididamente valiente, quizás por lo mucho que se estaba jugando entonces el Cartagena.
Pero con la llegada del sevillano Tevenet ya fue otro cantar. Pronto se dio cuenta de a quien tenía en la plantilla, fue cuando el club corrió para hacerle la ficha que pedía a gritos con el primer equipo. Sergio fue cogiendo confianza hasta el punto de convertirse en uno de los jugadores más destacados de la pretemporada. Ante el Albacete, por ejemplo, lo bordó en Pinatar Arena. Pedía a gritos la titularidad.
Y así fue. Ahí estuvo Sergio en la primera jornada ante El Palo, en el once inicial que repetiría una semana más tarde en Lucena. Pero el sueño no duró demasiado. Unas molestias inesperadas en su rodilla le llevaron hasta el quirófano hace pocos días. Y no contentos con esa mala suerte, en pleno proceso de recuperación un proceso infeccioso le ha vuelto a llevar hasta el quirófano, una contrariedad que a Sergio no le ha quedado más remedio que encajar con el mejor espíritu pero es evidente que se trata de una complicación inesperada.
A Sergio no le queda otra opción que ponerle al mal tiempo buena cara y empezar su recuperación en el momento que pueda con una sonrisa. No hay otra. Dos intervenciones quirúrgicas a un chaval de 20 años, por fáciles que sean, siempre es un inconveniente. Pero el de Los Belones aún tiene muchas cosas que decir. Salió y nos dejó a todos un poco con el caramelo en la boca que acabó convertido en una auténtica mala pata.
Que se recupere bien y que vuelva pronto y con ganas es lo que le deseo.
