12 de agosto de 2011, 12:04
Con el trallazo de
Álvaro Antón a la escuadra, todo el mundo cartagenerista estaría bastante más contento y planteándose muchas menos dudas ante la primera jornada de la hora de la verdad frente al Depor.
Estas cosas suceden en las pretemporadas, mucho más cuando Ángel Quirantes ha fichado una quincena de nuevos futbolistas que siguen asimilando estrategias, métodos de preparación, respuestas de compañeros, ambiente…Tiempo al tiempo. Hay que considerar, yo lo estimo así, que el Cartagena ha tenido en precampaña muchas más cosas buenas que regulares o malas. Pero en cantidad. Lo apunto desde la perspectiva de saber lo que cuesta organizar un equipo casi nuevo que, a las primeras de cambio, ha tenido que pechar con el lastre de las lesiones musculares, simultáneas, de los centrocampistas defensivos Mariano y Cléber, más la de Riau. Ya es mala suerte.
Que la máquina diseñada por PL no es perfecta de momento es verdad, dentro de las probaturas. Pero se intuye un buen sistema para un equipo pretendidamente sólido. La fase de ensayos continúa y persistirá aun con la Liga en marcha, y será preciso que se hayan jugado entre seis y ocho partidos para que se pueda percibir lo que dará de sí un conjunto al que se le ha puesto la peligrosa etiqueta de estar entre los favoritos, con una decena más de clubes. Por el momento el baile va bien. Calidad hay en el 95% de los componentes. Lo demás se dará pronto.
Debo decir que vi al Almería funcionar de menos a más en el Cartagonova y con más fondo de armario físico que el Cartagena, y también con más garra. Haciendo fútbol los almerienses no fueron superiores pero sí dispusieron de un hombre capaz de hacer lo que hizo: darle la vuelta él solito al marcador en un par de minutos. Me refiero al dorsal 23, Ulloa, uno de los mejores killer de la categoría, que tendría perfecto encaje en un Primera de los ocho mejores. Por ahí se escapó la Carabela de Plata al puerto de Almería. La eficacia de Ulloa, al que el Castellón sacó partido económico en su traspaso, fue decisiva.
Casi todo el peso del centro de campo albinegro lo llevó un gran futbolista llamado Dimas, que ha participado casi sin descanso en toda la pretemporada, con Lafuente probando en la posición en la que ha venido haciéndolo desde el inicio de los ensayos, por el centro y con verticalidad. La defensa tuvo algunos desajustes en la banda de Manu Torres, tal vez por falta de concentración, y en conjunto el bloque funcionó bien. Los desplazamientos largos de balón a las bandas, por Josemi, muy buenos. Unas alas peligrosas como demostró desde los primeros minutos Juan Collantes con una jugada de pícaro y después con buenos centros que apenas tuvieron rematadores. La defensa del Almería ganaba la partida por colocación y anticipación.
Toni Moral no estuvo muy vertical y además le dieron estopa para ponerle freno.
Habrá que tener paciencia con los goleadores que deben de salir de la gente joven incorporada – Salva Chamorro y Bolado- y de un Maldonado que salió a jugar con fe ya con la segunda parte en marcha y a cinco minutos para el final tuvo la mala fortuna de pifiar en el lanzamiento de un penalti que le detuvo el meta del equipo andaluz. Era el 2-2 y el regalo de la prolongación del partido. Inevitablemente de forma automática apareció en el ambiente la imagen del dorsal 21 de las pasadas campañas, el infalible Víctor en las ejecución de la falta más temidas por los porteros. Una situación normal. Pero habrá que ir haciéndose a la idea de que el gran Víctor ahora está en Leganés y que no va a volver expresamente para transformar en goles los penaltis a favor del Cartagena cuando esas faltas se produzcan.
Siendo o pretendiendo ser enemigo de los tópicos, no tengo más remedio que decir que el equipo de Paco López sigue estando en construcción y que la afición, la veterana y la joven, sabe que en este estado hay que armarse de bastante paciencia y dejar de ser impacientes. Hay material para un gran equipo. Sus lagunas es lógico desaparezcan con la compenetración y con el arreglo del centro del campo. El dulce puede estar más dulce con un par de fichajes, pero no se quiere rizar el rizo.
El problema del gol favorable dejará de serlo cuando los chavales tomen confianza. No ha lugar a síndromes de ausencia de rematadores. Las actuales herramientas pueden ser muy válidas.
Entretanto se tendrá que acatar la realidad de que los artilleros en tiempo pasado están en Grecia, uno, y el otro, en Leganés. En deteminados momentos y situaciones es perjudicial vivir de recuerdos por muy bonitos que sean. Comparar en estos casos puede no ser bueno para la saludable marcha del negocio.
Estas cosas suceden en las pretemporadas, mucho más cuando Ángel Quirantes ha fichado una quincena de nuevos futbolistas que siguen asimilando estrategias, métodos de preparación, respuestas de compañeros, ambiente…Tiempo al tiempo. Hay que considerar, yo lo estimo así, que el Cartagena ha tenido en precampaña muchas más cosas buenas que regulares o malas. Pero en cantidad. Lo apunto desde la perspectiva de saber lo que cuesta organizar un equipo casi nuevo que, a las primeras de cambio, ha tenido que pechar con el lastre de las lesiones musculares, simultáneas, de los centrocampistas defensivos Mariano y Cléber, más la de Riau. Ya es mala suerte.
Que la máquina diseñada por PL no es perfecta de momento es verdad, dentro de las probaturas. Pero se intuye un buen sistema para un equipo pretendidamente sólido. La fase de ensayos continúa y persistirá aun con la Liga en marcha, y será preciso que se hayan jugado entre seis y ocho partidos para que se pueda percibir lo que dará de sí un conjunto al que se le ha puesto la peligrosa etiqueta de estar entre los favoritos, con una decena más de clubes. Por el momento el baile va bien. Calidad hay en el 95% de los componentes. Lo demás se dará pronto.
Debo decir que vi al Almería funcionar de menos a más en el Cartagonova y con más fondo de armario físico que el Cartagena, y también con más garra. Haciendo fútbol los almerienses no fueron superiores pero sí dispusieron de un hombre capaz de hacer lo que hizo: darle la vuelta él solito al marcador en un par de minutos. Me refiero al dorsal 23, Ulloa, uno de los mejores killer de la categoría, que tendría perfecto encaje en un Primera de los ocho mejores. Por ahí se escapó la Carabela de Plata al puerto de Almería. La eficacia de Ulloa, al que el Castellón sacó partido económico en su traspaso, fue decisiva.
Casi todo el peso del centro de campo albinegro lo llevó un gran futbolista llamado Dimas, que ha participado casi sin descanso en toda la pretemporada, con Lafuente probando en la posición en la que ha venido haciéndolo desde el inicio de los ensayos, por el centro y con verticalidad. La defensa tuvo algunos desajustes en la banda de Manu Torres, tal vez por falta de concentración, y en conjunto el bloque funcionó bien. Los desplazamientos largos de balón a las bandas, por Josemi, muy buenos. Unas alas peligrosas como demostró desde los primeros minutos Juan Collantes con una jugada de pícaro y después con buenos centros que apenas tuvieron rematadores. La defensa del Almería ganaba la partida por colocación y anticipación.
Toni Moral no estuvo muy vertical y además le dieron estopa para ponerle freno.
Habrá que tener paciencia con los goleadores que deben de salir de la gente joven incorporada – Salva Chamorro y Bolado- y de un Maldonado que salió a jugar con fe ya con la segunda parte en marcha y a cinco minutos para el final tuvo la mala fortuna de pifiar en el lanzamiento de un penalti que le detuvo el meta del equipo andaluz. Era el 2-2 y el regalo de la prolongación del partido. Inevitablemente de forma automática apareció en el ambiente la imagen del dorsal 21 de las pasadas campañas, el infalible Víctor en las ejecución de la falta más temidas por los porteros. Una situación normal. Pero habrá que ir haciéndose a la idea de que el gran Víctor ahora está en Leganés y que no va a volver expresamente para transformar en goles los penaltis a favor del Cartagena cuando esas faltas se produzcan.
Siendo o pretendiendo ser enemigo de los tópicos, no tengo más remedio que decir que el equipo de Paco López sigue estando en construcción y que la afición, la veterana y la joven, sabe que en este estado hay que armarse de bastante paciencia y dejar de ser impacientes. Hay material para un gran equipo. Sus lagunas es lógico desaparezcan con la compenetración y con el arreglo del centro del campo. El dulce puede estar más dulce con un par de fichajes, pero no se quiere rizar el rizo.
El problema del gol favorable dejará de serlo cuando los chavales tomen confianza. No ha lugar a síndromes de ausencia de rematadores. Las actuales herramientas pueden ser muy válidas.
Entretanto se tendrá que acatar la realidad de que los artilleros en tiempo pasado están en Grecia, uno, y el otro, en Leganés. En deteminados momentos y situaciones es perjudicial vivir de recuerdos por muy bonitos que sean. Comparar en estos casos puede no ser bueno para la saludable marcha del negocio.
