6 de octubre de 2012, 17:03
Creo que José Miguel Monje Carrillo es un presidente de Federación deportiva vocacional. Me parece que no ha llegado al cargo para sacar la barriga en los palcos de los estadios. No sé si fuma habanos ni me interesa. Ha sido futbolista –un día se colocó, siendo muy joven, a la vera del Real Madrid- pero lo suyo es el trabajo a pie de obra o en el despacho, saliendo y entrando.
Él creo no necesitaba del fútbol ni de ese cargo de relevancia en el que al menos estará cuatro años más. Trabajaba en una entidad financiera cuando optó por trasladar su quehacer al ámbito federativo y ha realizado cosas, pero con Cartagena se ha quedado corto. Él lo sabe y una de las primeras cosas que ha manifestado al ser confirmada su reelección es el propósito de dotar a los rectángulos del fútbol modesto cartageneros de césped artificial. Él habla de diez o doce campos.
Lo va a intentar y creo no se olvidará como olvidó su hermano político Ramón Luis Valcárcel, presidente del Gobierno regional, cuando en junio de 1999 acudió con Pilar Barreiro al estadio Cartagonova y delante de dirigentes del fútbol y de la prensa asintió a apoyar la Ciudad Deportiva para Cartagena. Desde entonces, nada de nada.
El reelegido presidente de la Federación de Fútbol de la Región de Murcia y domina en la calle Cabecicos de la capital la situación en un local modélico que fue uno de los mejores tantos que se anotó su antecesor José Luis Morga.
Ya me gustaría que los propósitos confesados por Monje Carrillo recién estrenado como reelegido se confirmen con la realización de esos terrenos de hierba artificial en una zona que va recibiendo con cuentagotas esos campos que son demandados desde décadas.
