6 de septiembre de 2011, 22:06
Tras veintiún años en el infierno de la 2ª División B y varias fases de ascenso fracasadas el equipo hizo una temporada de ensueño en la división de plata con la mejor plantilla de la corta historia del ahora FC Cartagena (recordamos que el equipo se refundó en 1995). Esa espectacular temporada de los De Lucas, Longás, Toché o Víctor, parece haber perjudicado a la joven afición cartagenerista, alimentada eso sí con promesas desmesuradas por la directiva albinegra.
El estado de alarmismo y urgencia en el que vive instaurado el club hace que cualquier hecho, por mínimo que sea, provoque un seísmo en todos los estamentos de la entidad, incluida su afición. La inesperada marcha del director deportivo aumenta la incertidumbre sobre un proyecto que desde el club nos han vendido que luchará por el ascenso a primera.
Ante estas afirmaciones, la hinchada albinegra descorchó todas sus ilusiones y creyó en otro espectacular arranque como el protagonizado en el debut en la Liga Adelante, donde el equipo entrenado por Juan Ignacio Martínez estuvo once partidos sin perder. Sin embargo lo extraordinario, aunque se repita, no es lo normal. Todo proyecto, especialmente cuando se renueva por completo, necesita un tiempo de compenetración, de asimilación de conceptos.
Es cierto que el equipo dio la sensación el domingo de no saber muy bien a que jugaban, improvisando continuamente. Aun es pronto para conocer a que va a aspirar realmente la plantilla entrenada por Paco López. Por ello la afición debe exigir entrega y compromiso, pero también debe tener paciencia con este grupo de jugadores.
Las críticas se hacen a final de temporada, no al principio. Lo bueno de este deporte es que, cada domingo, te vuelve a dar una segunda oportunidad.
El estado de alarmismo y urgencia en el que vive instaurado el club hace que cualquier hecho, por mínimo que sea, provoque un seísmo en todos los estamentos de la entidad, incluida su afición. La inesperada marcha del director deportivo aumenta la incertidumbre sobre un proyecto que desde el club nos han vendido que luchará por el ascenso a primera.
Ante estas afirmaciones, la hinchada albinegra descorchó todas sus ilusiones y creyó en otro espectacular arranque como el protagonizado en el debut en la Liga Adelante, donde el equipo entrenado por Juan Ignacio Martínez estuvo once partidos sin perder. Sin embargo lo extraordinario, aunque se repita, no es lo normal. Todo proyecto, especialmente cuando se renueva por completo, necesita un tiempo de compenetración, de asimilación de conceptos.
Es cierto que el equipo dio la sensación el domingo de no saber muy bien a que jugaban, improvisando continuamente. Aun es pronto para conocer a que va a aspirar realmente la plantilla entrenada por Paco López. Por ello la afición debe exigir entrega y compromiso, pero también debe tener paciencia con este grupo de jugadores.
Las críticas se hacen a final de temporada, no al principio. Lo bueno de este deporte es que, cada domingo, te vuelve a dar una segunda oportunidad.
