28 de junio de 2012, 13:06
Aquí normalmente soléis encontrar información de y del Cartagena. Sin embargo, me voy a tomar una licencia en este periódico que, por unos días, ha cambiado su logo para incluir en él la bandera de España, un país ahora pendiente de su Selección en la Eurocopa. Luego ya le retomaremos el pulso a los colores albinegros.
Decía que ahora está prácticamente todo el país pendiente de lo que haga la Selección en la Eurocopa. España ya está en la final, y está en disposición de conseguir algo que nunca nadie ha hecho jamás en la historia: encadenar Euro-Mundial-Euro. Sin embargo, he detectado una corriente de personas que parecen empeñadas en hacernos cuplables a los futboleros por la alegría que esto pudiera suponer para nosotros. Y es que, según ellos,
"no sé como te alegras por el fútbol con la que está cayendo en el país". Pues bien, yo les digo lo siguiente:
Queridos aprendices de Pepito Grillo,
Tenemos más que asumido que el hecho de que España gane la Eurocopa no va a hacer que baje la prima de riesgo, o que los cerca de 5 millones de parados encuentren trabajo. Tenemos más que asumido que tampoco va a hacer que dejen de gobernarnos los mismos ineptos, vengan por izquierda o por derecha. También tenemos más que asumido que ganar una Eurocopa beneficia, fundamentalmente, a los que la ganan, a los jugadores. Pero,
¿qué tiene de malo llevarse una alegría? Dejadnos disfrutar.
Si durante 90 minutos (o 120 con prórroga) yo quiero sufrir y alegrarme por los triunfos de un equipo de fútbol es mi decisión, y solamente mía. Si, además, ese equipo de fútbol consigue unirme con millones de personas que compartimos los mismos gustos debe ser algo a celebrar, no a condenar. En esta sociedad nos gusta más dividir que sumar, desde luego.
Lo que deberíamos preguntarnos es:
¿por qué cuando el resto del país está mal, los deportistas no hacen sino ganar? Pues porque desprenden unos valores que nos faltan como sociedad: hay que copiar el
talento, el esfuerzo, el trabajo, la dedicación y la honestidad de nuestros deportistas en un país que es más de aplicar la
ley del mínimo esfuerzo, la pillería y el "mientras no me pillen no pasa nada". Conseguir estar igual de unidos cuando hay que cuando no hay fútbol. Ese es el secreto.
Pero mientras haya gente que quiera seguir fastidiando la felicidad de otros, esto no marchará...
Ya me he quedado a gusto.
