Hasta hoy me negué a creer que El FC Cartagena iba a seguir perdiendo y perdiendo partidos. Esta plantilla, después de poner en práctica nociones futbolísticas Juanignacianas, aceptó tomar en consideración el tipo de juego y de sistema de los dos últimos años y se conjuró, dejando de lado a Javi López,para sumar con desesperación este solitario y primer punto de esta Liga Adelante.
En la columna que publiqué el pasado miércoles en este mismo lugar, cada vez más desplazada hacia el fondo de la portada de Sportcartagena, decía: “ser de catón la obligación de un entrenador inteligente tricotar el sistema de juego en función de las características de los jugadores de que dispone. El sistema son ellos, los jugadores. Hoy desgraciadamente no sucede así, esta temporada, en el FC Cartagena no hay lana, ni ovillo, ni madeja para tricotar sistemas de juego ni bolillos para confeccionar aunque solo sea una mantilla de blonda barata y pobre”. Ahí lo tienen, se han asimilado las primeras letras dictadas desde el interior del vestuario, se ha mantenido la portería a cero y traerse un puntito que, personalmente, no me satisface nada. ¡Ay, ay, ay!
Dicho esto, visto el partido y dando la importancia que tiene este puntito, que nadie se equivoque, todavía no podemos asomarnos a cualquier balcón de cualquier plaza de las muchas existentes en Cartagena y empezar a tocar música a lo Gladiator con trompetas y ámbalos, tibias, tambores y órganos para que los pies andantes que pasean por sus bellas peatonales comiencen a bailar con la melodía milagrosa de la vida, contra la que nada podrán hacer los pajarracos chillones de la crisis. ¡Qué felices somos y con qué poco nos conformamos!
Hasta el día de hoy he estado pensando que al FC Cartagena tenía que ocurrirle como a Obélix que, desde que despidieron a Juan Ignacio, también se cayó como un infante en la marmita y ha tenido que llegar, por vía conversación interna, la poción mágica Juanignaciana para que este equipo medio respire y aleje unos pasitos el sofoco por el que está pasando.
Y hete aquí que han tenido que pasar siete jornadas sin conseguir ni un solo punto, que se tuviese que despedir a un inexperto entrenador y a un ineficaz y parlanchín director técnico para que llegase el espíritu juanignaciano y apuntar el primer punto en el tablero del vestuario cartagenerista.
¡Qué buen vasallo si tuvieran buen señor! Pues ahí han estado los “Vasallos”, son ellos los que fueron en busca del Buen Señor de siempre para tener criterio y personalidad, como reconoció Javi López en la rueda de prensa previa al partido. “Los propios jugadores quieren volver a las señas de identidad que le han dado resultado en el pasado. Están buscando una semejanza con lo que hacía el antiguo entrenador, con el que trabajaron bastante tiempo, Juan Ignacio. Nos va a costar llegar a ese nivel, pero el equipo está convencido de que tenemos que ir a ese fútbol.
Estamos mejorando los mecanismos de juego y buscando soluciones a nuestros problemas. Los jugadores se han dado cuenta de que si actuamos como un equipo y tenemos un plan, seremos un conjunto competitivo y tendremos opciones de ir saliendo del sitio en el que estamos”.
Señor Presidente, dueño y señor, deportiva y dinerariamente, de esa plantilla, a partir de ahora, con el resultado de hoy, con la decisión tomada por sus jugadores y con ese rayito de luz entrando por el ventanuco de este su vestuario y por la aceptación y reconocimiento que Javi López ha tenido del buen criterio de sus jugadores, este equipo, desde este mismo instante,no necesita entrenador, no va a soportar imposturas ni a pseudo profesionales y se van, hace unos días lo hemos comprobado, a rebelar ferozmente contra cualquier pretensión impositora y de adoctrinamiento que no sea la de ellos mismos, lo demás, y no lo consentirán, será un atisbo de tozudez.
Han tenido valor, cabezonería y arrojo para decir gritando y todos lo hemos escuchado: ¡Aquí estamos y para eso hemos venido! Nos sobramos y bastamos para empatar jugando al fútbol con unas pequeñas directrices que los compañeros de la pasada temporada han impuesto al nuevo entrenador y a los diecisiete nuevos compañeros. La minoría se ha impuesto a la mayoría, el orden al desorden y el sentido común futbolístico al sin sentido. Sé que todo esto removerá, repateará y hará temblar muchas conciencias. ¿Qué quieren que les diga?, yo me alegro y si esto sigue, después de esta decisión acertadamente tomada, no podré disimular mi alegría y mi disfrute.
Los descosidos y cicatrices que este equipo tenía no solo en la cara, nos la habían partido hasta siete veces siete, sino en todo el cuerpo le daban un divertido aspecto payasote que hacía que fuésemos la risa de toda España y se comenzara a escribir la novela negra más larga de toda su histórica existencia futbolera.
Pienso que todo ha sido un sueño, un mal sueño y que los de la “Rebelión del Gómez Meseguer”, un miércoles cinco de octubre, han dado por concluida la tristeza y posible insumisión queriendo extirpar de su mente esos nefastos tumores de puntos perdidos y comenzar a sumar, vivir y no dejar nunca de aprender como cuando estaba Juan Ignacio.
¿Y de quién vamos a aprender nosotros ahora que él se ha ido?se preguntaron, pues del que sabe, se respondieron y esta tarde de domingo lo han puesto en práctica empatando vestiditos de azul con ribetillos rojos.
Pedro-Roberto J.P.En un “Rincón para Doce”.Dies 10/9: Ante diem septimum Idus Octobres.
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