27 de octubre de 2009, 1:00
Sobre todo teniendo en cuenta que nuestro equipo es un recién ascendido y que su presupuesto es la mitad del que maneja el conjunto capitalino. Es una situación que tiene, según quien la haga, varias explicaciones. Sin embargo, para el autor de estas líneas, creo que la más clara es la actitud, que no la aptitud, de los jugadores de uno y otro conjunto.
Así, aunque soy de los que pienso que el Cartagena ha hecho mejores fichajes que su eterno rival y que la dirección técnica murciana se ha equivocado fichando nombres y no hombres, también soy consciente de que la plantilla del Murcia podía ir mucho mejor de lo que ahora figura en la tabla simplemente con un cambio de actitud de sus jugadores.
Porque, lo fácil y habitual en el mundo del fútbol es echar la culpa al entrenador, en este caso a José Miguel Campos, que el año pasado salvo a los murcianos de un descenso más que merecido. Por ello, es muy probable que en los próximos días, si no hoy mismo, se produzca la destitución del técnico de Mazarrón. Pero creo, que Campos no es el culpable de dicha situación, sino los jugadores que visten la camiseta grana.
La cuestión es que, estableciendo un paralelismo entre los dos conjuntos, el Cartagena ha fichado jugadores jóvenes y veteranos que se han identificado con un proyecto, que pese a que están en puestos de ascenso, aunque en un principio el objetivo sea la salvación matemática, todavía no han hecho ninguna oferta de primas al presidente Paco Gómez, no se les ha subido el éxito a la cabeza. Y eso que da gusto ver a jugadores como De Lucas -que rechazó la renovación en Murcia para cruzar el Puerto de la Cadena- o Cygan que, a sus 35 años, saltaba de alegría como si de un juvenil que acababa de debutar se tratara tras el triunfo en tierras gaditanas.
Han demostrado con ello aptitudes futbolísticas y actitudes humanas que están siendo recompensadas con el apoyo incondicional de los aficionados, de los fieles de toda de la vida y de los que este año se han sumado al proyecto de Paco Gómez.
Por el contrario, los jugadores del Murcia llevan un par de semanas que, pese a no haber ganado ningún partido, estar ocupando puestos de descenso a 2ªB, recibiendo críticas de la afición y haciendo que la afición no acuda a Nueva Condomina -las cifras oficiales que se dan de asistencia están a veces, incluso, por debajo del número de abonados- no paran de presentar ofertas económicas al presidente Samper sobre una hipotética prima de ascenso a la máxima categoría del fútbol español que cifran en 80.000 euros por cabeza. Y eso es algo, cuando menos, inaudito.
Un equipo que si sigue con los números que lleva perderá la categoría no puede estar en estos momentos negociando esa prima de ascenso sino pensando en sacar a su equipo de la situación que vive dejándose el pellejo y no, como dijo Samper -tan, por otra, parte criticable por cuestiones deportivas y extradeportivas- dejándose caer al suelo en cuanto los rozan, jugando con desgana. Esa es una actitud propia de mercenarios, de peseteros del fútbol y no de jugadores implicados en un proyecto.
Es por ese motivo que los aficionados del Efesé (le guste o no a Gómez Meseguer que denominemos así, con nuestro particular seseo cartagenero al equipo de la Liga Adelante) debemos estar contentos, y sobre todo agradecidos, por el comportamiento de nuestros jugadores, por la implicación de veteranos -"viejunos" dicen algunos exaltados seguidores del Murcia- como Cygan, Víctor y De Lucas; por la lucha constante de Mariano, Txiki, Pablo Ruiz, Clavero o Lafuente; por la calidad exquisita de Longás o Sielva y, en definitiva, de la actitud que está demostrando toda la plantilla, con sus altibajos, bajo la batuta de ese gran entrenador que es Juan Ignacio Martínez.
No siempre la aptitud, la calidad de un equipo, lleva a conseguir el objetivo marcado. Lo que seguro que sí que lo hace es esa aptitud unida a la actitud que tienen nuestros jugadores. Así que, aunque no sea el objetivo hay que valorar que, en caso de vender a Las Palmas el domingo, tendremos 20 puntos cuando se lleva transcurrido un cuarto de temporada y eso son números de ascenso.
Ojalá que se siga así en la jornada 42.
Así, aunque soy de los que pienso que el Cartagena ha hecho mejores fichajes que su eterno rival y que la dirección técnica murciana se ha equivocado fichando nombres y no hombres, también soy consciente de que la plantilla del Murcia podía ir mucho mejor de lo que ahora figura en la tabla simplemente con un cambio de actitud de sus jugadores.
Porque, lo fácil y habitual en el mundo del fútbol es echar la culpa al entrenador, en este caso a José Miguel Campos, que el año pasado salvo a los murcianos de un descenso más que merecido. Por ello, es muy probable que en los próximos días, si no hoy mismo, se produzca la destitución del técnico de Mazarrón. Pero creo, que Campos no es el culpable de dicha situación, sino los jugadores que visten la camiseta grana.
La cuestión es que, estableciendo un paralelismo entre los dos conjuntos, el Cartagena ha fichado jugadores jóvenes y veteranos que se han identificado con un proyecto, que pese a que están en puestos de ascenso, aunque en un principio el objetivo sea la salvación matemática, todavía no han hecho ninguna oferta de primas al presidente Paco Gómez, no se les ha subido el éxito a la cabeza. Y eso que da gusto ver a jugadores como De Lucas -que rechazó la renovación en Murcia para cruzar el Puerto de la Cadena- o Cygan que, a sus 35 años, saltaba de alegría como si de un juvenil que acababa de debutar se tratara tras el triunfo en tierras gaditanas.
Han demostrado con ello aptitudes futbolísticas y actitudes humanas que están siendo recompensadas con el apoyo incondicional de los aficionados, de los fieles de toda de la vida y de los que este año se han sumado al proyecto de Paco Gómez.
Por el contrario, los jugadores del Murcia llevan un par de semanas que, pese a no haber ganado ningún partido, estar ocupando puestos de descenso a 2ªB, recibiendo críticas de la afición y haciendo que la afición no acuda a Nueva Condomina -las cifras oficiales que se dan de asistencia están a veces, incluso, por debajo del número de abonados- no paran de presentar ofertas económicas al presidente Samper sobre una hipotética prima de ascenso a la máxima categoría del fútbol español que cifran en 80.000 euros por cabeza. Y eso es algo, cuando menos, inaudito.
Un equipo que si sigue con los números que lleva perderá la categoría no puede estar en estos momentos negociando esa prima de ascenso sino pensando en sacar a su equipo de la situación que vive dejándose el pellejo y no, como dijo Samper -tan, por otra, parte criticable por cuestiones deportivas y extradeportivas- dejándose caer al suelo en cuanto los rozan, jugando con desgana. Esa es una actitud propia de mercenarios, de peseteros del fútbol y no de jugadores implicados en un proyecto.
Es por ese motivo que los aficionados del Efesé (le guste o no a Gómez Meseguer que denominemos así, con nuestro particular seseo cartagenero al equipo de la Liga Adelante) debemos estar contentos, y sobre todo agradecidos, por el comportamiento de nuestros jugadores, por la implicación de veteranos -"viejunos" dicen algunos exaltados seguidores del Murcia- como Cygan, Víctor y De Lucas; por la lucha constante de Mariano, Txiki, Pablo Ruiz, Clavero o Lafuente; por la calidad exquisita de Longás o Sielva y, en definitiva, de la actitud que está demostrando toda la plantilla, con sus altibajos, bajo la batuta de ese gran entrenador que es Juan Ignacio Martínez.
No siempre la aptitud, la calidad de un equipo, lleva a conseguir el objetivo marcado. Lo que seguro que sí que lo hace es esa aptitud unida a la actitud que tienen nuestros jugadores. Así que, aunque no sea el objetivo hay que valorar que, en caso de vender a Las Palmas el domingo, tendremos 20 puntos cuando se lleva transcurrido un cuarto de temporada y eso son números de ascenso.
Ojalá que se siga así en la jornada 42.
