23 de octubre de 2012, 11:07
Quiero, en primer lugar, agradecerles a ellos la deferencia de la invitación como editores de Sport Cartagena y, a ustedes, los lectores, solicitarles su benevolencia, ya que soy profano en este apartado y, dada la categoría de la pluma de los compañeros que firman en este diario, como son Díaz Manresa, Simón Ruiz, Eusebio García y, en general, todo el staff y equipo de redacción, es complicado estar a tan alto nivel. Eso sí, les aseguro que pondré toda mi voluntad y esmero en mi artículo mensual, para que su lectura les resulte amena y entretenida, así como apreciable el contenido.
Independientemente del tema que trate en mi colaboración y del título que pueda tener cada mes, siempre lo haré bajo el epígrafe “DESDE FUERA”, pues ese será un denominador común en todos mis escritos, el espíritu de intentar mirar las cosas con la perspectiva del que no se afecta, del que no se enerva, sino todo lo contrario, comentar y destacar siempre lo positivo de la cuestión que me toque abordar.
En ningún momento, pretendo hacer ver que esto sea ser objetivo, no se trata de eso. Soy de los que piensan que, cuando cambias tu manera de mirar las cosas, las cosas que miras, cambian, así que, mi mirada siempre será la que haga destacar aciertos y bondades. Esto es algo que ya tengo por norma en mis artículos dominicales en el diario La Opinión, en el que llevo diez años escribiendo, solo enfatizar e incidir en el lado más positivo de las cosas y de las personas, especialmente en temas ciudadanos del día a día en nuestra Trimilenaria. Solo alejándose, solo “desde fuera”, es posible mantener esta actitud, por eso, siempre intentaré no estar dentro ni participar en primera persona, sea cual sea el contenido a tratar. Es una forma personal de ver y hacer las cosas que, espero sea del gusto de ustedes.
Mi vinculación con el deporte, para los que no me conocen, viene siendo desde el año 1973. Sí, hace ya treinta y nueve años, en un pueblecito del entorno de la Trimilenaria, concretamente la Media Legua, a tres kilómetros de Cartagena por la carretera de La Unión. Allí, pegado a esa carretera, frente al Polígono de Tiro de la Media Legua, con un campo de fútbol que tenía un poste de teléfonos en todo el centro del campo, nació el Deportivo Hondense, con equipo en alevines e infantiles y aficionados, que jugaban campeonatos locales no federados. Este equipo llegó a ser filial de Cartagena, cuando a los juveniles los entrenaba Pedro Lirón y era todo un equipo aquel conjunto juvenil de nuestro EFESÉ del Almarjal. Durante más de diez años, con jóvenes de mi barrio, de Vista Alegre y de Los Mateos, participamos en federados y aficionados, cierto es que, con poco apoyo, pero con mucha voluntad. Los jugadores aportábamos al mes veinticinco de nuestras antiguas y queridas pesetas para mantener el equipo, pero los tiempos cambian y las etapas se cubren.
Dejé mi siempre entrañable equipo y pasé a la Salle Minerva de Alumbres, en cuya directiva colaboré durante un año, para, finalmente, pasar a La Unión Atlethic en Regional, de la Ciudad Minera y Cantaora, con Santos como Entrenador y Blázquez de Presidente. Inicié entonces mi colaboración con ellos como Secretario Técnico y, después de dos años, pasé a la reserva…, hasta hoy, aficionado a nuestro Cartagena, a nuestro fútbol y a los equipos que llevan el nombre de la Trimilenaria en cualquier actividad.
En fin, con esto, solo pretendía, siendo la de hoy mi primera intervención, contarles un poco sobre mi trayectoria de vinculación con el deporte y, cómo no, decirles que, hoy inicio mi compromiso con este diario y con ustedes. En mi próxima colaboración en Sport Cartagena, me gustará darles mi punto de vista sobre nuestro primer Club de Fútbol y su Presidente, eso sí, como les decía, desde fuera.
