sábado. 27.04.2024
EN UN RINCON PARA DOCE

El FC Cartagena se quedó sin pulso

Una película de terror?, jugaban en el Cartagonova los de la ciudad del cine, eso es lo que pareció vivirse en la grada del fondo sur, es allí donde, después de pagar mi entrada y sin necesidad de acreditación, eso para otros u otras, suelo aposentarme, cuando Braulio marcó el...

Una película de terror?, jugaban en el Cartagonova los de la ciudad del cine, eso es lo que pareció vivirse en la grada del fondo sur, es allí donde, después de pagar mi entrada y sin necesidad de acreditación, eso para otros u otras, suelo aposentarme, cuando Braulio marcó el penalti. Una señora, sentada a mi lado lanzó un grito de auténtico film de Alfred Hitchock que nos dejó helados a toda la grada. Supongo que no era una persona acostumbrada a ver fútbol y contemplar como Braulio metió ese penalti ajustado al poste, que Esteban, portero de la UD Almería, a punto estuvo de parar y por eso chilló. Vamos, que es para tenerla al lado viendo en el cine cualquier película de la saga “Viernes 13”.

El prólogo del partido de esta tarde  ha tenido un momento de exultante alegría. La ilusión por el milagro que podía producirse vencía a todas las cautelas. En el Cartagonova, en Cartagena y todo su campo, en abril, todo contribuye a la esperanza, al júbilo: el cielo azul, la vecindad del mar, la luz, la hermosa aunque ventosa tarde, la alegría del cartagenerismo asistente con escasez, la divina fe y esperanza de ganar para salvarnos, el rostro osco del aficionado pensativo, el césped bien cuidado y esperando a los artistas... Luego, a lo largo del partido y de la tarde, todo se fue alternando de luces y sombras: también en esto, el partido de esta tarde abrileña ha sido toda una metáfora de la vida...

Pudo ser, otra vez, un momento mágico: No, otra vez se está escondiendo el sol con nuestras ilusiones, esas que, los más optimistas, siguen insistiendo no han muerto todavía. Trazan círculos los pájaros... me decía Joaquín, con el puro en la boca, soñando quién sabe qué y canturreando por lo bajo en el momento del término del partido, cuando Raimondi tuvo en su cabeza la posibilidad de deshacer el empate: pudo ser su hora, la hora de Nicolás Raimondi Schiaffarino, el partido del uruguayo. No ha sido, ha sido la hora del atardecer... No cabía mejor escenario. Le ha fallado la esencia de la obra: que el balón entrara. Lo esencial para los tres puntos. Poco antes del final, pudo suceder el milagro: en el aire límpido de la tarde, dando paso a que sonaran las sirenas de los buques de la cercana bahía y que los aficionados se asomaran gritando por encima de los graderíos del Cartagonova. No pudo ser, otra vez no pudo ser y todo ha quedado en canturreo de copla: “Siempre te estoy esperando, y nunca llegas a horita cierta...”.

Si no hace demasiado tiempo decía, en esta mi columna, que el FC Cartagena vivía o sobrevivía a contrarreloj y estaba hecho un “ecce homo”, hoy debemos constatar que, después de un primer tiempo, si no primoroso sí decente, ha vuelto a retratarse esa cara sufriente, ese cuerpo físicamente maltrecho, teñido con infinitas heridas y magulladuras. Los presagios, trazados por los círculos de los pájaros, que hacían temer lo peor se han cumplido: el primer equipo de Cartagena y su comarca no ha podido subirse al que podía ser su último tren hacia la permanencia con un triunfo ante el Almería, no ha sido así. Tristeza, ya estamos metidos de lleno en el lío del descenso.

Me he puesto a pensar: después de ver el partido de esta tarde en el Cartagonova no sé si estamos en primavera o es una de esas tardes de frío polar y ráfagas de viento. He sentido, sufrido y padecido porque el Cartagonova me parecía una nevera medio vacía de cualquier hogar sometido a la crisis. Ha sido una tarde de abrigo, insulsa y a la vez temible y de cuidado.El conjunto de la Ciudad Portuaria, tan acostumbrado durante toda la temporada a vivir sobre el filo de la navaja y al límite de la supervivencia, supo manejar mucho mejor que su adversario todos los minutos del primer tiempo para en el segundo tiempo dar una imagen plana.

La imagen plana del Cartagena empezó a mutar, mejor sigue mutando y aumentando desde aquellas vísperas en las que los del punto de inflexión decían que todo se arreglaba ganando todo lo que les echasen a partir de ese 18 de febrero que se le ganó al Sabadell. Después vinieron los puntazos del Alcorcón, Guadalajara, Alcoy, Gimnástico de Tarragona y…Real Murcia. Hoy, en esta tarde abrileña de domingo, el FC Cartagena vuelve a llevarse un revolcón más en esta desastrosa temporada. Tocaba pifia, empate y no inflexión.

Pena, es la sensación que ofrece el FC Cartagena cuando se desconecta, cuando cae la presión, cuando el balón no circula entre líneas y apenas hay mordiente en ataque. Sucedió en tantos otros partidos, prácticamente durante toda la temporada que tan fatal ha resultado. 

Con todo, no queda otra que soportar al equipo, sé continua en penitencia y también castigado y esperanzado o no de que este sea el último de esos partidos que están marcando, para olvidar, una temporada. Quién sabe si la historia nos aportará otro mayo florecido como el del 2009... ¡Ay,ay,ay!

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”.Dies 4/21: ante diem undecimum Kalendas Maias. Nº 225
http://lamedusapaca.blogspot.com. En Twitter: @Logrocartg.

El FC Cartagena se quedó sin pulso
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