23 de agosto de 2012, 23:57
El regreso de Carlos Molina supone una bocanada de aire fresco y lozano. Un guiño (aunque pequeño-pequeño) para la cantera cartagenerista, Cuando Pepe Egea llegó en 1988 a la presidencia al frente de aquel Nuevo Efesé su filosofía era clara: trabajar la cantera y con los canteranos. Algunos no le supimos entender bien. Pero la verdad es qyue de ahí surgieron excelentes jugadores, los Bartolo, Ray, Chocano, Miguelito Requena, Manolo Requena, Bayardo, Estevi y unos cuantos más que dieron la talla en aquel Efesé. Antes ya tuvimos a los Ángel, Palomeque, Juanito Huertas, Paco Sánchez y compañía. Y mucho antes a los Pani, Arango, los hermanos Egea, Añil, Melenchón, Emilio Rodríguez, Sebastian, Juanete y un largo etcétera Quien diga que la cantera cartagenera no da futbolistas de calidad no sabe lo que dice.
Pero estamos en otra era, la de Paco Gómez presidente y dueño del club. Diez años al frente del equipo marcan toda una época. El de Jacarilla ha hecho grandes cosas pero ha cometido también pifias tremebundas, entre ellas darle la espalda a la cantera. Su último gran error fue aniquilar de un plumazo aquellos equipos débase que tenían en La Unión, seguramente con los mejores chavales de la zona. No digo yo que estuvieran todos los que son pero sí que habían muchos de ellos.
Cuando se inició la desbandada hubo futbolistas con una calidad inmensa, que quedaron libres como un pajarito. Hubo muchos casos pero hubo dos muy nombrados; el del hispanomarroquí Hichan, que estuvo probando por media Europa a sus 16 años hasta que el Almería estuvo ojo avizor y se lo llevó por cuatro perras y el de Carlos Molina, Molinica, el que era portero de aquel Cartagena La Unión que llegó a disputar la fase de ascenso a Segunda B en el que cuajó una campaña soberbia. El Madrid estuvo hábil y se lo llevó para uno de sus filiales, el equipo C de Tercera.
Molinica es, sencillamente, un porterazo. Ya lo veréis. Para mí supone una buena jugada de bolsa del Cartagena aunque es paradójico: tiene que pedir favores ahora por alguien que era suyo hace poco más de un año. Pero hay algo más: esta cesión no deja de ser una especie de guiño a la cantera, hacia esos chavales que siguen soñando con la camiseta blanquinegra. No deja de ser un gesto, demasiado pequeño aún pero más vale esto que nada. Al menos la cantera cartagenera existe todavía.
Pero estamos en otra era, la de Paco Gómez presidente y dueño del club. Diez años al frente del equipo marcan toda una época. El de Jacarilla ha hecho grandes cosas pero ha cometido también pifias tremebundas, entre ellas darle la espalda a la cantera. Su último gran error fue aniquilar de un plumazo aquellos equipos débase que tenían en La Unión, seguramente con los mejores chavales de la zona. No digo yo que estuvieran todos los que son pero sí que habían muchos de ellos.
Cuando se inició la desbandada hubo futbolistas con una calidad inmensa, que quedaron libres como un pajarito. Hubo muchos casos pero hubo dos muy nombrados; el del hispanomarroquí Hichan, que estuvo probando por media Europa a sus 16 años hasta que el Almería estuvo ojo avizor y se lo llevó por cuatro perras y el de Carlos Molina, Molinica, el que era portero de aquel Cartagena La Unión que llegó a disputar la fase de ascenso a Segunda B en el que cuajó una campaña soberbia. El Madrid estuvo hábil y se lo llevó para uno de sus filiales, el equipo C de Tercera.
Molinica es, sencillamente, un porterazo. Ya lo veréis. Para mí supone una buena jugada de bolsa del Cartagena aunque es paradójico: tiene que pedir favores ahora por alguien que era suyo hace poco más de un año. Pero hay algo más: esta cesión no deja de ser una especie de guiño a la cantera, hacia esos chavales que siguen soñando con la camiseta blanquinegra. No deja de ser un gesto, demasiado pequeño aún pero más vale esto que nada. Al menos la cantera cartagenera existe todavía.
