lunes. 13.05.2024

Goiría, un gol en 1.597 minutos

Nunca en la historia del fútbol cartagenero hubo un jugador que, contratado como delantero nato, haya dispuesto de tantos minutos y ofrecido una rentabilidad tan baja como goleador. Lo cambian por un ariete de ultramar que mide 13 centímetros más y con cinco años menos de edad. Se va (se irá)...
Nunca en la historia del fútbol cartagenero hubo un jugador que, contratado como delantero nato, haya dispuesto de tantos minutos y ofrecido una rentabilidad tan baja como goleador.
Lo cambian por un ariete de ultramar que mide 13 centímetros más y con cinco años menos de edad. Se va (se irá) Goiría y ha llegado Raimondi, una incógnita envuelta en ilusiones y promocionada por un video de 9 minutos en las redes con jugosas jugadas del uruguayo. Unos van y otros vienen. A Goiría, que llegó a Cartagena con las bendiciones de Juan Ignacio Martínez que vio en él aptitudes de ariete en una eliminatoria Burgos-Alcoyano, siendo JIM entrenador en El Collao y el vasco atacante burgalesista, le toca bailar con la más fea. El fútbol es cruel. Ahí tenemos un ejemplo.

En la misma fase dominada por Paco Gómez en la presidencia, en los comienzos del de Jacarilla como dueño del Cartagena, hubo otro atacante muy parco en goles –Loreto, ex murcianista- pero queda a años luz de Goiría. Loreto fue un fracasado cuando hizo campañas bastante aceptables en Cádiz, Zaragoza, incluso Murcia. Pero de albinegro “le picó la moscarda”, como decimos por aquí.

Garzón fue un atacante catalán que un día contrató Florentino Manzano, también en Segunda B, y como goleador (lo fue en Sabadell y cumplió en su etapa herculana, y posteriormente en el Yeclano) pasó por el estadio cartagenero inadvertido. Decepcionó.

La suerte juega en estas situaciones, pero en el caso de Goiría, sin hacer leña del árbol caído, esa ineficacia cara al gol le ha llegado a reportar situaciones ingratas, injustas como la de recibir improperios en la calle tras un partido. La grada del Cartagonova repudiaba a Goiría y no llegaba a comprender cómo los respectivos entrenadores lo tenían casi como fijo en la alineación. Yo me niego a criticar a Goiría porque sí, porque hizo lo que pudo hacer, que no fue lo mejor para su equipo. Critico a los técnicos que se empecinaron en darle una, otra y otra oportunidad cuando otros compañeros de plantilla seguían en el banquillo, hambrientos de oportunidades, olvidados.

Carlos Ríos y Pedro Reverte han sido valientes, deduzco, para determinar que Asier Goiría no siga. A veces las decisiones dolorosas tienen que tomarse porque en lo económico el Cartagena no puede ser una ONG. Digo yo, si me lo permite el que tiene que pagarle.

Goiría, un gol en 1.597 minutos
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