Aquí donde me tienen, soy un seguidor y cartagenerista frustrado. Me explico: cartagenerista frustrado de una plantilla que inició la Liga muy fuerte y de un equipo que aún tiene mucho camino por recorrer para ser equipo. Un cartagenerista frustrado, por ejemplo, es aquel que cuando sigue el partido desde su casa intuye que, como hoy se enfrenta al último de la fila, puede ganar y luego va y se sienta delante del portátil para escribir algo y queda en blanco ya que el partido no dio más de si.
Los partidos gustan o no
gustan, pero a los que nos gustan, nos gustan mucho y los que no nos gustan
como el de esta tarde pues nos disgustan, nos frustran y hasta nos desesperan.
Y para muestra, lo de esta tarde previa al descanso de Navidad, ha sido un partido
para despreciar, olvidar y dejarnos ansiosa y negativamente boquiabiertos durante
dos largas horas. Lo destacable de esta tarde los treinta primeros minutos de
nuestro equipo que parecieron de goleada. Nivelón, le llamaría yo. A diferencia
de lo que sucedió con el resto de partido en el que ningún jugador supo
desarrollar instintos competitivos y se pasó de saber y ganar a quedarse sin
recursos y empatar.
Mucho ha llovido desde aquel
día siete de octubre en el que se empató con el CD San Roque de Lepe tanto
llovió que, habiéndose jugado doce partidos, únicamente se consiguieron once
puntos y eso son números y lo demás puntos que cayeron por los desagües o se los
llevó La Rambla. De los tres primeros puntos contra el Albacete Balompié a los
seis partidos imbatidos hay tanto recorrido como el de los cinco partidos
perdidos hasta ahora. Para empezar, hoy se ha jugado con sordina: s
ilenciosamente
y sin estrépito
. No sé si el
juego con sordina de este equipo a partir del minuto treinta es el juego más
musical de este Grupo IV, pero, desde luego, no es el que vende y me consta que
Pacheta y los jugadores lo saben. Sabemos, apreciado Icue, que hay talento,
esfuerzo, necesidad de ganar y una angustia atenazadora y paralizante. Y hasta
rubor y hasta me da la impresión que, lo que empezó siendo enormes alardes de
suficiencia, ha entonado hacia mas
ejercicios de humildad y esto, el Icue lo sabe, es objetivo del Saleño.
A pesar de lo
anunciado por las urracas y los relojes astronómicos mayas: “Ayer no se acabó
el mundo”. Lo siento porque fue muy divertido.
Lo de ayer fue una tontería maya. Me refiero no al partido, que la ha
superado, sino a la fecha (21/12/12) El fin
del mundo no ha sucedido ni en el día de ayer, ni a una hora, ni en un instante
y, como no ha sucedido el FC Cartagena no ha desaparecido y sí ha empatado.
De haber sucedido lo
anunciado el FC Cartagena no hubiese empatado como acaba de hacerlo en esta nefasta
tarde y eso que nos hubiésemos ahorrado. De haber sucedido no hubiésemos podido
asistir al espectáculo tan triste al que se ha asistido en esta tarde de la
Lotería. Y es que algunas brujas deben conjurarse en el Cartagonova, ¡válgame
Dios!, con la esperanza de ahuyentar del Efesé
hacia un lejano lugar del universo esos maleficios que tanto le
atormentan.
Ahora, todo son
«agüeros» y cosas que no se fundan en razón alguna o sí. Al Efesé, querido
Icue, parece perseguirlo toda una trulla de astrólogos cargados de astrolabios
y globos, naipes y habas, contando milongas y engañando al personal. Si esto
sigue así volveremos a la Edad Media. Se empieza creyendo absurdos y se termina
cometiendo barbaridades. Y es que e
sta tarde de premios y loterías y de suerte y de
salud y de “a otro año será” se ha vuelto a redescubrir el sin fútbol. Sólo
jugar, pasar y chutar
Es Navidad y he visto a un
niño negro, de apenas 10 años, sacar la cabeza por la ventana junto a su madre,
me han saludado cuando lo he visto salir vestido para la ocasión. Pantalón negro
corto, calcetas negras casi hasta la rodilla, zapatillas
deportivas y una camiseta blanquinegra. Y sí, claro, una pelota de fútbol. El
niño ha girado la calle y, en ese giro, la explicación del todo. Fútbol
infantil, sin malicia y sin pureza, fútbol de largar, pasar y chutar. Sin más.
Termino sentándome en un
banco delante del fogón a contemplar por qué el fútbol es así y recuerdo otros
tiempos y otros partidos.
Definitivamente, lo tengo claro.
Acaba de pasar por La Rambla el último clasificado, con 10 puntos, 11 goles a
favor y 23 en contra. Todo un equipo, sí, el peor equipo de toda la Segunda B
-81 equipos- y encima con la mini vitola de la rivalidad regional.
S
e ha empatado,
gracias, y t
enemos a ese serrano llamado “Pacheta” que no
entiende de Astrología y sí y mucho de un fútbol aderezado con buenos augurios.
¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”.
Dies 12/22: ante diem undecimum
Kalendas Ianuarias. Nº 270.
http://lamedusapaca.blogspot.com.