Hoy, querido Icue, es miércoles de ceniza y me he impuesto como penitencia, sin querer ser cansino, escribir de nuevo sobre los decires de D. Carlos Ríos Vidal y es que este Caballero da para mucho comentario.
Corifeos animadores de pitiminí y de la nada andan estos días, es carnaval, farfullando quea este Sanluqueño se le ha acabado el crédito;que su revolución ha fallado;que el hombre anda más mareado que un drunken duck; que se ha venido abajo; que tiene problemas de actitud y que todo lo que balbucea, en un buen y correcto hablar, esto lo digo yo, es un aburrido ritornello.¡ Qué farfullen lo que les venga en gana! Su farfulleo no es otra cosa que quejidos y lamentos como si fueran, que lo son,el coro de una tragedia griega. ¡No preocuparse D. Carlos, usted tiene crédito porque tiene cash!
Aquí en el FC Cartagena, hoy por hoyafectivo Icue, no hay tragedia griega, hay entusiasmo que ni de lejos es delirio, aunque el delirio lo esperamos para poder relamernos durante un largo rato mientras otros en los días de piñata se disfrazan de plañideras de un difunto que todavía goza de buena salud.
Los hay en otros decires: “El problema no es que te alegren. El problema es que con 1-0 te pongas a aplaudir los goles del Almería. Si te jode que jugándonos la vida contra el Sabadell haya gente más pendiente de celebrar los goles que encaja el Murcia”.Sic, transcrito tal y como se escribió.
Leyendo esas y otras impertinencias he recordado ese proverbio italiano pleno de buen sentido que dice que: “Las fiestas las hacen los tontos para que los inteligentes se diviertan en ellas”. En el fondo, está ocurriendo -como ya nos advertía el clásico- que hay gente que cuando otros realizan alguna cosa de dudosa oportunidad, parece que se indignan, pero disimulan. Aplauden secretamente la impertinencia. Ahora estamos en carnaval, o sea en una sucesión de impertinencias y farsas a lo largo de varios días.
Al contrario, Ríos, desde que pasea por los aledaños de Puertas de Murcia y Calle Mayor hasta acercarse al puerto, tiene demostrado tener un verbo fácil con lenguaje sin adornos, más bien desnudo, habla a los suyos, que también son los “periodistas” con sinceridad y huyendo de las frases hechas, con lo que resulta especialmente contundente. En cada comparecencia se le ve tranquilo y contento sin demostrar estar dispuesto a quedarse ahí, disfrutando de lo conseguido. “ El día que hagamos un poquito más, la afición nos saca a hombros del estadio", se encargó de recordar, para añadir a renglón seguido, sin un segundo de regodeo: “Recuerdo cuando se ha puesto a animar en el minuto 41 ó 42, y ese cántico de la afición en ese momento, lo merezcamos o no, no veas cómo ayuda. Cuando eso uno lo escucha en el campo, eso no está pagado, y encima te pagan por vivir eso."
Este Ríos, además de demostrar que atesora mucho crédito, tiene marcha o ganas de hacer disfrutar al personal poniendo el acento más rotundo y apasionado de todo su discurso en la necesidad de que los aficionados, simpatizantes o abonados tengamos muy claro cual es su curso por dónde fluye en términos de decencia humana y deportiva. “Yo no soy del Cartagena, me estoy haciendo del Cartagena”. Esto es sinceridad.
Icue, te darás cuentade que existen dos o más tipos de entrenadores: el de los marchantes, vendedores de arena en el desierto, los que hablan sin decir nadaexponentes del fútbol devaluado y, calco de los Lillos, Floros, Valdanos y el de los artistas, estrategas, estudiosos, críticos, curiosos e interesantes en los que prima el divertimento y la decencia siendo escuela para todos aquellos que deseen acudir a ella. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P.En un “Rincón para Doce”.Dies 2/22: ante diem decimum Kalendas Martias.
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