viernes. 26.04.2024

El Icue y…cuando el fútbol es cordura

“Tenemos que ofrecerles a nuestros aficionados por lo menos el esfuerzo para que se vuelvan orgullosos de su equipo y si vuelven contentos con la victoria todavía mejor. Al menos deben volver orgullosos para que el viaje sea más placentero para todos”. Y este Pacheta, entretela de la efesemanía, ha...
“Tenemos que ofrecerles a nuestros aficionados por lo menos el esfuerzo para que se vuelvan orgullosos de su equipo y si vuelven contentos con la victoria todavía mejor. Al menos deben volver orgullosos para que el viaje sea más placentero para todos”. Y este Pacheta, entretela de la efesemanía, ha cumplido sin duda en Almería, como viene cumpliendo desde que arribó en Cartagena, allá por el mes de diciembre. El Salense nunca falla, puede cometer algún errorcillo, es humano, y esta tarde ha hecho brillar a su, nuestro FC Cartagena más que ese molesto sol almeriense que dejó deslumbrados a los jugadores, aficionados y parroquia  almeriense y entusiasmados a todos los cartageneristas, ya que como dijo el propio Pacheta,en la previa: “con esta victoriaprácticamente tendríamos asegurada la participación en el play off para el ascenso”.  Y ahí están, brillando todos, entrenador, jugadores y seguidores, tanto como el sol de Almería.
 
¿Por qué este Pacheta no es impenitentemente hosco y agreste, como trataron de definirlo algunos y sí es afable, cultivado, educado y delicado? ¿Por qué  sabe hacerse querer? ¿Por qué no es vengativo, que no lo es? ¿Por qué tiende al sosiego, a la calma y no a desazonar y humillar? El Icue se lo va a decir: Porque este hombre quiso ser carpintero, aprendió a trabajar con la materia más noble, la madera, y esto lo aprendió en un pueblecito riojano: Santo Domingo de la Calzada, pueblo donde la tradición cuenta que “cantó la gallina después de asada” y esto imprime carácter. Y, además, porque la otra belleza del hombre es el estilo, y Pachetín, perdón por la licencia cariñosa, es un hombre auténticamente estiloso, renovador, estimulador, previsor y líder. Y el líder, en el deporte como en el mundo de la empresa, crea y perfecciona con su autoridad y empatía.
 
Cuentan que los toreros clásicos, los más profundos, visten de purísima y oro en las grandes tardes, como mandan los cánones, aunque el estilismo también se haya adentrado en la fiesta como hace tiempo se adentró en el fútbol hasta convertirlo en un exponente de colores y tácticas. El FC Cartagena esta tarde, vestido con sus clásicos colores blanquinegros ha sido un torero fiel al canon y, en otro partido sentido de la temporada y también hondo, se vistió, bajo su zamarra blanquinegra, de purísima y oro, a una hora casi, casi taurina. De purísima por su fútbol en el que prevaleció la paciencia tanto para masticar el fútbol como para buscar luego el gol a dentelladas “secas y calientes”, que diría Miguel Hernández. Y de oro blanco y negro, un oro poco común, una rareza destinada a los incrédulos de este equipo y de su entrenador, currantes de la clasificación a los que el fútbol siempre premiacon el éxito en esta tarde mediterránea. 
 
Los grandes equipos se definen por muchas cosas, pero todos tienen un común denominador: la pegada, el puñetazo en la mesa, la sensación de que no necesitan muchas ocasiones para hacer un gol, de que el gol vive con ellos y se asoma a la ventana a la mínima rendija que dejen abierta en la ventana del área. En esa rendija, apareció Oscar Rico,  centró y de nuevo, en un cabezazo de suspiro, marcó Tonino, otra vez Tonino. Era el gol de la consolidación del liderato y del empujón hacia el play-off. Para Tonino, y ya lleva siete goles, coser y cantar.
 
Ciertamente éste no ha sido un Cartagena menor, sí un FC Cartagena superlativo en la fe, sin depresión, ni melancolía. A este Cartagena le ha inyectado Pacheta, quién si no,  un suero renovador, la plantilla lo ha asimilado y ya suenan clarines de ascenso. Este Efesé tiene gol como los grandes y sudoración de humilde, juega con el gol y se harta de ponerse el mono del carpintero. Y es que cuando el Efesé está de dulce, hasta el vinagre empalaga. Y cuando estos jugadores están de que sí, el“no”les pide disculpas y se larga discretamente.
 
Esta tarde el Icue se ha ilusionado sintiendo y escuchando como el Efesé desacreditaba el pedigrí del Almería arrojándole un lamparón al traje con color a sangre y metiéndole un cosquilleo a la grada en la que se ubicaba la efesemanía. El Cartagena, por lo que he escuchado, ha manejado el tiempo y las suertes y ha clavado el estoque en todo el hoyo de las agujas sin necesidad de utilizar el verduguillo.
Hoy, dentro de sus sentimientos, el Icue ha sentido al pintor Klee cuando decía que: “el arte no se enseña. Es genético e intuitivo”. El arte y el fútbol de este Cartagena de Pacheta tienen puntos convergentes. Este Pacheta y este su equipo son intuitivos y poseen arte. Gracias Pacheta por querer ser carpintero, futbolista y entrenador. Todo un arte. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce.Dies 4/14: ante diem duodevicesimum Kalendas Maias. Nº 284.

http://lamedusapaca.blogspot.com.

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