jueves. 16.05.2024

Icue y…los decires de Carlos Ríos Vidal

Escuchar, todavía no he tenido esa suerte, a D. Carlos Ríos Vidal, querido Icue, tiene que ser saludable, agradable y hasta reconfortante. Siempre dice algo, y aun con discurso variado, es consecuente, sólido en el decir, variado, ameno, sin eufemismos, y cosa inaudita en los entrenadores de fútbol, hasta es...

Escuchar, todavía no he tenido esa suerte, a D. Carlos Ríos Vidal, querido Icue, tiene que ser saludable, agradable y hasta reconfortante. Siempre dice algo, y aun con discurso variado, es consecuente, sólido en el decir, variado, ameno, sin eufemismos, y cosa inaudita en los entrenadores de fútbol, hasta es capaz, lo hemos comprobado, de mantener, desde que llegó a la Ciudad Portuaria, un discurso psicológico, coherente, con buen decir, motivador y divertido, optimista y equilibrado.

El Icue reconoce no haber estado cara a cara en ninguna de sus ruedas de prensa pero tiene la vergüenza torera de manifestar que le ha leído en los medios digitales e impresos y escuchado en las diversas emisoras que las han volcado a las ondas. Mentiría si dijera que no existe otro entrenador de tan buen decir y con tanto sentido común como el sanluqueño. Hay otro, se llama Carlos Pouso Lejonagoitia y  entrena al Club Deportivo Mirandés.

D. Carlos Ríos Vidal habla como una locomotora arrancada con el combustible de la biomasa que le arrastra su naturaleza apasionada: “Las vacas cuando escuchan música, dan más leche”, comenta cuando trata de justificar la motivación musical de sus pupilos. Comprendo esta su manifestación, es una manifestación melancólica y, como la melancolía, intuyo le conduce a su niñez. ¡Grande, muy grande este Carlos Ríos!

D. Carlos Ríos Vidal, cuando habla, utiliza siempre el fútbol para describir su situación o la de su entorno familiar o técnico: “Era la única persona a la que se había subido el sueldo para la próxima temporada, cuando al plantel se le había pedido que se lo rebajara".

Dijo al finalizar la temporada pasada cuando aun le restaban dos años más de contrato con el Recreativo de Huelva. Dimite, considera finalizada su etapa en el Recreativo y en su despedida, siempre cauto, no desea entrar en el porqué de esa decisión tomada: “Es muy difícil de tomar, porque renuncio a dos años de contrato en Segunda A, renuncio al cariño de mucha gente y a un contrato económico que nunca he tenido y que le daría estabilidad a mi familia”.

Llega a Cartagena y, como carta de presentación, humilde, sincera y campechana, va y suelta esta hermosa verdad: “Cuando estás en Tercera, la trascendencia de lo que haces es diferente. Pero la única diferencia entre Tercera y Segunda es que recibes la llamada de los medios de comunicación todos los días y no le puedes decir que no le contestas. La diferencia en Segunda está en la trascendencia que tiene todo lo que uno hace en su trabajo diario”.

En todas sus declaraciones trata de eliminar todas aquellas aristas en palabras puntiagudas que otros entrenadores suelen utilizar para fustigar más que para motivar como hace Ríos a sus jugadores: “La posición del Cartagena sólo es orientativa, no definitiva”.

El Icue lee entre líneas y comprueba que este hombre con rasgos de forzudo de circo no es mentiroso, desea conocer a todo el mundo de su entorno, trata de animarlos y los motiva diciendo no ser necesario porque: “ve que el personal ya está animado”.

En su línea discursiva, para extraer el gran zumo  del esfuerzo de todos sus deportistas,  siempre antepone la motivación, la claridad y el sentimiento, aunque a veces lo enmascara con esas triquiñuelas propias del pillo y del psicólogo que desea: “que no debemos mirar la clasificación para nada. Hay que pensar solo en el partido del fin de semana. Hay que olvidar la negatividad y pensar en las cosas que sirvan de estímulo positivo para el grupo. Creo en las energías positivas”. 

Son sus propios jugadores los que manifiestan que es un entrenador con el himno de la alegría marcado en su redondeado rostro. él no le da importancia, siente ese halago, lo justifica y dice: “Que van a decir, porque ahora es el entrenador que está y no van a decir lo contrario. Tengo una manera de entrenar y una manera de ser que la traslado al trabajo. Me alegro de que lo vean así ellos, pero lo importante es que esa alegría hay que trasladarla al terreno de juego, en juego y en goles que nos sirvan para ganar”.

Es un hombre que siempre entra como los grandes estoqueadores, que tanto le apasionan, en corto y por derecho. Prefiere el resultado al fútbol espectáculo y siempre se pronuncia a favor del triunfo: “Jugar al fútbol está bien pero yo me quedo con los resultados a favor de mi equipo, sea como sea. La victoria ya es un espectáculo”.

Icue, vamos a dejarlo que se entretenga disfrutando y  pensando en esas sus dos grandes pasiones: el fútbol, al que dedica todas las horas del día a preparar entrenamientos y partidos, y ese otro disfrute que es presenciar corridas de toros.

Querido Icue y apreciados lectores, como broche final les dejo estas otras perlas que otro día analizaremos: “Nos van a ayudar muchísimo los 7.000 aficionados que vayan”; “Al final las camisetas estarán tan sudadas que no se encontrarán aficionados para recogerlas”; Y atreviéndose a parafrasear a Jesucristo ante Lázaro llegó a decir que: “nos vamos a levantar otra vez y que no vamos a bajar”.

Sí, para este pequeño, gran entrenador-filósofo es más sencillo poner en práctica sus principios filosóficos que escribir diez volúmenes sobre ellos y hasta es capaz de llevarle la contraria hasta al mismo León Tolstoi.

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 2/8: ante diem sextum Idus Februarias.
http://lamedusapaca.blogspot.com En Twitter: @Logrocartg.

Icue y…los decires de Carlos Ríos Vidal
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