28 de junio de 2010, 2:00
El fútbol es una práctica social de identificación colectiva. Es un fenómeno que trasciende lo meramente deportivo para convertirse en un hecho total, es decir, que acapara además el ámbito social, cultural, político y económico. Detrás de los clubes de fútbol se sitúa una afición que se identifica con ellos. Dicha identificación puede venir por varias vías: a partir del origen del club, por el estilo de juego que éste practica, por un jugador en particular, por la rivalidad con otro club o por un éxito determinado.
Mucha gente se ha empezado a sentir identificada con el Cartagena a partir del ascenso – éxito – y de la buena campaña que ha realizado. Lo bueno de esto, es que ha conseguido enganchar a mucha gente joven, semilla de la afición del mañana y que ha de mantener viva al club durante años venideros. La identificación por el origen viene dada intrínsecamente por la localización – mientras esté en Cartagena, la afición de Cartagena seguirá a este club. Con el descenso del Murcia, se abre una nueva situación en el fútbol regional, donde el Cartagena se debería mover para ampliar su masa social. Cuantos más, mejor.
Con mayor afición, mayores serán los ingresos – por taquilla, merchandising, etc. - y cuanto mayores ingresos, mayor competitividad. A mayor competitividad, más éxitos. Y cuantos más éxitos haya, más afición se unirá. Es decir, la pescadilla que se muerde la cola. Ahora es momento de pensar en grande, de captar a un mayor número de aficionados, de ampliar los horizontes del club más allá de localismos.
Para ello se hace necesario provocar identificación a través del estilo – con un estilo vistoso, como el de este año, mayores simpatías se generan. Esta estrategia la está llevando a cabo muy bien el Barcelona -, a través de éxitos – como seguir manteniéndose en los focos de la Segunda durante mucho tiempo, y no digamos ya si se consigue ascender -, y sí, a través de la rivalidad. Es necesario que el Cartagena se “venda” en ciertas zonas como alternativa de nivel al Real Murcia. Allá donde el Murcia sea antipático, el Cartagena ha de pescar.
Ahora es el momento. Somos el primer equipo de la Región, y es momento de demostrarlo. Es momento de ampliar miras y pensar en grande. Forjar una identidad duradera hará el que el fútbol de primer nivel en Cartagena perdure durante mucho tiempo.
Mucha gente se ha empezado a sentir identificada con el Cartagena a partir del ascenso – éxito – y de la buena campaña que ha realizado. Lo bueno de esto, es que ha conseguido enganchar a mucha gente joven, semilla de la afición del mañana y que ha de mantener viva al club durante años venideros. La identificación por el origen viene dada intrínsecamente por la localización – mientras esté en Cartagena, la afición de Cartagena seguirá a este club. Con el descenso del Murcia, se abre una nueva situación en el fútbol regional, donde el Cartagena se debería mover para ampliar su masa social. Cuantos más, mejor.
Con mayor afición, mayores serán los ingresos – por taquilla, merchandising, etc. - y cuanto mayores ingresos, mayor competitividad. A mayor competitividad, más éxitos. Y cuantos más éxitos haya, más afición se unirá. Es decir, la pescadilla que se muerde la cola. Ahora es momento de pensar en grande, de captar a un mayor número de aficionados, de ampliar los horizontes del club más allá de localismos.
Para ello se hace necesario provocar identificación a través del estilo – con un estilo vistoso, como el de este año, mayores simpatías se generan. Esta estrategia la está llevando a cabo muy bien el Barcelona -, a través de éxitos – como seguir manteniéndose en los focos de la Segunda durante mucho tiempo, y no digamos ya si se consigue ascender -, y sí, a través de la rivalidad. Es necesario que el Cartagena se “venda” en ciertas zonas como alternativa de nivel al Real Murcia. Allá donde el Murcia sea antipático, el Cartagena ha de pescar.
Ahora es el momento. Somos el primer equipo de la Región, y es momento de demostrarlo. Es momento de ampliar miras y pensar en grande. Forjar una identidad duradera hará el que el fútbol de primer nivel en Cartagena perdure durante mucho tiempo.
