viernes. 26.04.2024

Los Idus de Marzo no fueron propicios

Que la afición cartagenerista y cartagenera está desencantada con su equipo es una realidad y a las pruebas me remito: El Cartagena había preparado unos lotes de entradas promocionales y a bajo precio para los partidos ante el Nástic y Girona, acaba de celebrarse el primero y el estadio ni,...

Que la afición cartagenerista y cartagenera está desencantada con su equipo es una realidad y a las pruebas me remito: El Cartagena había preparado unos lotes de entradas promocionales y a bajo precio para los partidos ante el Nástic y Girona, acaba de celebrarse el primero y el estadio ni, con mucho, se ha llenado. Han ido los de siempre y han faltado los de siempre, incluidos los asociados, ergo el personal está desencantado.  ¿Culpables? Unos más que otros. ¿No?

En Cartagena amaneció la mañana luminosa y nos traía aromas de flores estacionales  porque están brotando las orquídeas, los lirios, las violetas y el azahar del naranjo y limonero, cercanos al estadio. La tarde fue otra cosa, cambio a gris, hizo frío, fue desangelada y hasta sopló un vientecillo más propio de otras estaciones que de la que estamos.

Comenzó el partido y estaba claro que el FC Cartagena no iba a salir de su letargo invernal y estaba, sobre todo en el primer tiempo, como sin darse cuenta de donde se encontraba y pensando que todo podría solucionarse en la segunda parte. Comenzó el segundo tiempo y, con la salida de Ander Lafuente y Mariano, le entró la locura, las ganas de jugar, el árbitro pitó un penalti, lo cobró Braulio, todo fue de locura y hasta apareció la prisa para que llegase esa primavera con la que había amanecido el día.

Ya está aquí, creímos, deseamos y dijimos al comprobar que así era y que esa apuntada primavera futbolística se quedaba en esta Cartagena deportiva que tanto la había estado esperando. ¡Cuidado!  Acaba de nacer y es por ello hermosa y palpitante pero todavía la serpiente podía volverse hacia nuestro querido equipo y enroscar la cabeza en la cola y atraparnos hasta no poder desurdirse de ella porque era tarde. Apareció Moran, ese medio punta con veneno en sus botas, pegó un picotazo y todo se fue al carajo, como la luz primaveral de la mañana.

El resultado ha sido de locura y tristeza, cuando pudo ser de gozo y entusiasmo, es ésta una palabra griega que significa emoción y acaloramiento de las entrañas que surge de las contorsiones de la pitonisa sentada en el trípode de Delfos. Emoción si que hubo, acaloramiento poco, el equipo cartagenero bajó los brazos y nada pudo hacer. Les pesó la responsabilidad al comprobar que les había eliminado su enemigo futbolístico como la semana pasada lo hizo el CD Alcoyano. Que a partir de ahora se necesitarán más que esos veintitantos puntos  para que, según dicen los de las estadísticas, el Efesé pueda salvarse. ¡Qué no cunda el pánico! Vendrán a decir los de siempre, pero ese entusiasmo aquí, en la orilla de La Rambla, algunos lo conocen más que otros, siempre suele degenerar en cólera y la cólera por influjo de no sé que vientos se transforma en rabiosa desilusión y abandono.

Había llegado al partido de esta tarde muy entristecido por el incipiente óbito, tantas veces denostado, de un equipo monocorde, tristón, apagado y bicolor amarillo y blanco. Hoy, con su vestido clásico, fundido en blanquinegro, tampoco ha resplandecido con la verdad futbolística pero sí ha enaltecido y ha honrado los valores que convierten a los futbolistas en hombres de bien, a pesar de haber perdido. 

Contemplando lo de esta tarde me he dado cuenta que no ha muerto ese futbolístico perro famélico y desdichado y no se ha acabado la rabia; que no se ha podido salir de ese parvulario con catón futbolístico y no se ha abandonado ese fútbol que era fútbol para miopes.  Hoy el partido, fundamentalmente en el segundo tiempo, ha sido trabajado, cumpliendo con su obligación, por profesionales.

El día en que se cierre este tormento, fíjense si quiero a este club, brindaré, allá donde me pille la noticia, con cava riojano. Si la noticia me pillase en Villa feliz de Babia, no lo creo, sería a mí vuelta el momento de celebrarlo. ¡Chin, chin!

Al FC Cartagena lo ha arrastrado la entrada de la primavera, que ha pasado como si fuese un huracán en lugar de confabularse con los dioses para traernos luz, belleza y tranquilidad. Ya saben, habiéndose enfrentado dos equipos de ciudades romanas, no podía ser de otra manera y los Idus de Marzo han favorecido a Tarraco para quitar a Cartagena, haciendo de notario, toda la fe deportiva. Lo más parecido a la muerte. Ay, ay, ay.

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 17/3: Ante diem sextum decimum Kalendas Apriles.
http://lamedusapaca.blogspot.com. En Twitter: @Logrocartg.

Los Idus de Marzo no fueron propicios
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